El central intentó provocar al argentino

La conversación secreta entre Messi y Pepe: "Sales en todas las fotos de los goles"

Leo Messi no eludió la charla con el defensa portugués del Real Madrid, que quiso descentrar al blaugrana y logró, precisamente, todo lo contrario

Ivan San Antonio

Acabó el partido y Leo era feliz, ajeno al ruido de los pasos tristes de los miles de aficionados que desfilaban por las gradas del Bernabeu. Ajeno también a la euforia de los seguidores culés. Cogió el balón, era suyo y solo suyo, y se refugió en la intimidad del vestuario. Messi es de los que hablan poco cuando llega la ducha. Pero en las entrañas de Chamartín sintió la necesidad de sumergirse en su móvil y repasar las decenas de mensajes de los privilegiados que poseen su número.

Acababa de besarse el escudo tras marcar el 3-4 y meter de un zurdazo al Barça en el último vagón del tren de la Liga. Entre sus interlocutores, la pregunta más repetida se refería a la conversación que tuvo con Pepe. Transcurría el minuto 78 y el marcador reflejaba un empate a dos. El central se acercó al blaugrana y, durante varios segundos, mantuvo una charla que parecía amistosa. Solo lo parecía, adornada con sonrisas irónicas. Pepe, impotente ante el más grande mientras el balón está en juego, trató de descentrar al '10' con la palabra. Buscó al argentino y lo encontró, pero de la forma que hubiera querido. Leo asume la responsabilidad de lanzar dos penaltis que deciden una Liga como si lo hiciera en el jardín de su casa, así que hay pocas palabras que puedan inquietarlo. Y el mensaje de Pepe no fue una excepción. De hecho, logró el efecto contrario. El defensa blanco hizo el ridículo. Una vez más.

Lo que pasa en el campo, se queda en el campo, pero siempre tiene consecuencias. El portugués quiso vacilar al argentino lanzándole un órdago: “Tú conmigo siempre te cagas”. El mensaje sorprendió por completo al blaugrana por absurdo. La incógnita es saber si Pepe creía sus palabras, lo que sería preocupante por tener una percepción de la realidad distorsionada, o solo fue un intento de asustar a quien no se asusta. Lo más probable es que solo fuera la forma patosa de demostrar el miedo que provoca Leo en el madridismo. Pero el tiro le salió por la culata.

Leo Messi no solo no evitó el choque dialéctico, sino que se llevó la mano a la boca para no dejar en ridículo a su interlocutor y respondió: “¿Pero qué dices? ¡Si siempre te marco y sales en todas las fotos!”. El blaugrana retrató a Pepe con palabras, recordándole que también queda retratado cada vez que su portero recoge el balón del fondo de la red. En el Santiago Bernabéu fueron tres veces. La conversación fue corta, pero duró lo suficiente como para que Leo bajara al portugués de la nube en la que vive instalado. Un futbolista capaz de decir a Messi que se arruga ante su presencia es un futbolista que no ha entendido nada de lo que pasa a su alrededor. Incapaz de reconocer que lo que debía hacer, en lugar de provocar, era agachar la cabeza, sacar un pañuelo limpio del bolsillo y limpiar las botas que estaban a punto de marcar el cuarto gol del Barça en el Santiago Bernabéu. Lo que Pepe debía haber hecho es dar las gracias a Leo por coincidir con él en un terreno de juego y, tras el partido, pedir perdón por sus palabras y solicitar su camiseta para un día explicar a sus hijos que jugó frente al más grande de la historia. Pero el portugués pecó y blasfemó, haciendo el ridículo.

Para el madridista, el día glorioso que Messi besó el escudo tras marcar tres goles en Chamartín fue un día más. Seguramente, el próximo día que se encuentren sobre el césped, Pepe volverá a repetir “tú conmigo te cagas”. Y Leo, cansado de dar la misma lección ante un alumno díscolo y poco atento, ni se molestará a responder. Lo hará, como hizo el domingo, de la misma manera que siempre responde a quienes dudan de él, a quien le provocan, a quienes se atreven a cuestionar su reinado. Leo seguirá llevándose el escudo para besarlo mientras, en segundo o tercer plano, aparece Pepe llorando, siempre retratado.