Ni con Busquets ni sin Busquets tiene el Barça remedio

Busquets: "El resultado ha sido excesivo"

Busquets analizó la derrota del Barça ante el Levante nada más terminar el partido / Movistar

Juan Manuel Díaz

Juan Manuel Díaz

El FC Barcelona vuelve a estar en el diván a dos días de recibir al Slavia de Praga en el Camp Nou en la cuarta jornada de la Champions. El motivo, la derrota sufrida ante el Levante (3-1); pero sobre todo, la manera como se produjo.

La falta de intensidad en la presión, la carencia de continuidad en el juego, desconexiones inesperadas, líneas muy separadas... problemas que arrastra el equipo desde finales de la pasada temporada y que se acentúan en los desplazamientos.

La sala de máquinas blaugrana es la que ha concentrado la mayor parte de las críticas y Sergio Busquets ha quedado señalado en muchos análisis, aunque hay un detalle que a algunos se les puede escapar: Busi no estaba en el once inicial de las derrotas en San Mamés (1-0), Granada (2-0) y la ya mencionada ante el Levante.

Es más, en las dos primeras derrotas del Barça en el campeonato, Busquets no jugó un solo minuto; y en el Ciutat de València entró en juego con el 2-1 en el marcador (63').

SOBREEXPLOTACIÓN

Es evidente que Busquetsel mejor mediocentro de la última década, está pagando la 8lógica) explotación a la que le han sometido Josep Guardiola, Vicente Del Bosque, Tito Vilanova, Tata Martino, Luis Enrique Martínez, Julen Lopetegui, Ernesto Valverde y Robert Moreno desde su explosión en la élite en 2008.

Nadie como Sergio ha interpretado durante todos estos años el papel del mediocentro convertido en la extensión del entrenador sobre el terreno de juego. Siempre bien colocado para ayudar a la defensa y para triangular con los volantes; con una rapidez mental que le permitía anticipar el sentido del juego o el momento de presionar la salida de balón del rival; y con la calidad técnica para activar el rondo y filtrar los mejores pases.

MUCHOS KILÓMETROS

El de Ciutat Badia acusa la acumulación de tantos kilómetros en sus piernas, después de temporadas en las que ha jugado prácticamente todos los partidos del Barça y de la selección española. Valverde -como Moreno en la selección- se ha visto obligado, al fin, a dosificar a 'Busi' con la esperanza de que llegue a la recta decisiva de la campaña con las pilas cargadas y sin los apuros físicos de los últimos cursos.

El auténtico problema es que hasta el momento, el Barça no tiene un futbolista que pueda dar un relevo de garantías a las ausencias de Busquets. Ivan Rakitic había cumplido este papel, pero ya no entra en los planes del Txingurri y tiene un pie fuera del Camp Nou. Frenkie de Jong, por el momento, no se encuentra cómodo en esa demarcación y rinde infinitamente mejor cuando juega de volante.

DEMASIADO TARDE

Las consecuencias de esta situación se vieron ante el Levante. El Barça jugó al ralentí el primer tiempo y se quedó clavado en el segundo, cuando el Levante aceleró para consumar una espectacular remontada.

Pero lo más grave es que durante esa hora, al margen de los fogonazos de Messi, el equipo careció de continuidad en el juego, de un plan definido y de la cohesión necesaria. No estaba Busi, y cuando apareció el de Ciutat Badia, ya era demasiado tarde.

El segundo capitán fue de los que se acercó a la afición desplazada a Valencia para agradecerles el esfuerzo, y uno de los pocos que dio la cara en la zona mixta. Sigue siendo fundamental dentro y fuera del campo. Porque, mientras recupera su mejor nivel, con o sin Busi, los probelmas del Barça no tienen, por ahora, remedio