Collado, la 'zurdita' que completa la terna

El 'Txingurri' parece tener en cuenta a un futbolista con mucha clase y que recuerda en algunos aspectos a Riqui Puig

German Bona

German Bona

El ‘ojo clínico’ de Albert Benaiges volvió a dar en el clavo. Álex Collado llevaba tres años en el Espanyol cuando el Barça le vino a buscar para el Alevín B. De ahí, una escalada progresiva hasta coquetear con el primer equipo, aunque le queda un largo trecho todavía para cumplir su sueño.

El centrocampista se sumó ayer a Riqui Puig y Miranda, los habituales futbolistas del Barça B que se ejercitan con los grandes. Para Álex Collado fue muy significativo y así lo quiso expresar en las redes sociales. “Es un placer y un  sueño contar con estas oportunidades”, escribió.

El sabadellense, formado en la cantera del Mercantil, atesora mucha clase en sus botas y en el Barça B forma una pareja de interiores de gran nivel junto a Riqui Puig. Ambos juegan a pierna cambiada, así es como considera García Pimienta que exprimen mejor sus cualidades, si bien Collado ha logrado perfeccionar también su pierna menos mala.

Collado tiene características comunes con Riqui, es algo más alto que el de Matadepera, pero no mucho, y sobre todo coinciden en una gran visión del juego y manejo del balón en el uno contra uno. Pero también cuenta con toques distintivos que le hacen ser muy completo. Tiene gol y un disparo muy intencionado, como evidenció en la pasada edición de la UEFA Youth League en el feudo del Olympiakos. Collado, que ya había marcado en la primera mitad, recibió tras un saque de esquina desde fuera del área, se acomodó el balón a la zurda y la coló por toda la escuadra.

Collado no tiene todavía el ‘status’ de Riqui Puig y Miranda con el primer equipo, habituales de las primeras sesiones de la semana, pero llamadas como las de los últimos días y sobre todo la de ayer, con la lista de integrantes del ‘B’ ya más reducida, hacen albergar esperanzas de que el ‘Txingurri’ Valverde tenga muy en cuenta a este admirador de David Silva. El ‘overbooking’ en el centro del campo juega en su contra, pero clase tiene... y de sobras.