Cinco claves de la crisis del Barça

El equipo ha firmado cuatro empates, cinco derrotas y 18 goles encajados en 13 partidos

Problemas en las dos áreas, una plaga de lesiones, turbulencias en el banquillo... hay trabajo por hacer

Jordi Alba: "Con poco nos hacen gol"

El lateral atendió a los medios de comunicación tras el partido ante el Alavés / Movistar

Adrià Fernández

Adrià Fernández

El Barça se encuentra sumido en una de las crisis más severas de la historia reciente. No es nada nuevo ni reciente, es una mezcla de mala suerte, una catastrófica gestión del equipo, cuyo proyecto ha sido inexistente durante temporadas. Dando palos de ciego.

Las consecuencias llegan a posteriori, como todo en la vida. Cuando llevamos dos meses y medio de competición, el Barça ha cambiado el objetivo de luchar por el título de Liga a luchar por clasificarse para la Champions League. De hecho, en la competición europea, este martes ya tiene una 'final'. Aunque se trate de la cuarta jornada de la fase de grupos, el equipo necesita volver de Kiev con los tres puntos si quiere mantener vivas sus opciones de clasificarse para los octavos de final. De no lograrlo, tendría unas secuelas deportiva y económicas muy severas. De aquellos polvos, estos lodos.

En lo que llevamos de curso, los blaugrana han sumado cuatro triunfos, cuatro empates y cinco derrotas en los trece partidos que ha disputado. Uno registros paupérrimos que le sitúan en la cuerda floja de la Liga y de la Champions.

A continuación, repasamos algunas de las claves que explican la complicadísima situación en la que se encuentra sumergido el Barça:

Fragilidad defensiva

El Barça ha encajado 18 goles en 13 partidos disputados, una media de 1,4 goles en contra por encuentro: demasiado para un equipo que aspira a todo, o al menos ese es el objetivo cuando se inicia cada temporada. La sensación que transmite el equipo es que cualquier rival le puede hacer sombra y que, con muy poquito, es muy probable que Ter Stegen acabe recogiendo algún balón del fondo de la red: tan solo ha acabado tres encuentros sin encajar.

Evidentemente, la culpa nunca es, únicamente, del portero. Eso sí, temporadas atrás, el guardameta alemán salvó al equipo de más de un desastre con milagrosas atajadas. Este año, el teutón ha demostrado un peor rendimiento al que tenía (mal)acostumbrado al equipo y éste se ha resentido.

A pesar de contar con seis centrales en la plantilla, el equipo sufre mucho atrás. Piqué sigue demostrando que es un central de garantías, aunque ha quedado retratado en más de una ocasión; Eric Garcia continúa su proceso de adaptación como blaugrana, con un rendimiento irregular en ocasiones; las lesiones de Araujo no le han permitido lucir, todavía, su potencial al 100%; Lenglet está muy lejos del nivel que lució en su segunda temporada; Umtiti no está ni se le espera y Mingueza está actuando más de lateral que de central, donde ha evidenciado algunas carencias, igual que Jordi Alba en defensa desde hace años.

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Falta de olfato goleador

Perder en dos años a las tres máximas referencias ofensivas del equipo es doloroso. Más aún cuando se preveía que los recambios no iban a ser de garantías y no han acabado cumpliendo las expectativas. La incapacidad económica del club para renovar al mejor futbolista del mundo ha acabado lastrando, y de qué manera, a los blaugrana.

El equipo presenta muchas dificultades para anotar, de hecho, ha anotado 17 goles en 13 partidos, una media de 1,3 goles a favor por partido. En esta misma línea, el equipo se ha quedado sin ver puerta en cinco encuentros.

A pesar del golazo de Memphis ante el Alavés y de que empezó la temporada por las nubes, su rendimiento ha empezado a caer en picado: es la referencia ofensiva del equipo y solo lleva cinco goles, siendo el máximo goleador del equipo. Le siguen Ansu Fati, Braithwaite, Sergi Roberto y Piqué con dos tantos y Agüero, Luuk de Jong, Coutinho y Araujo con una diana.

Ausencia de presente

Se augura un futuro esplendoroso, igual que el pasado que el equipo ofreció, sin embargo, la plantilla carece de presente y experiencia en la élite futbolística. A corto plazo se trata de un problema de difícil solución, puesto que no se puede acelerar el tiempo y la economía del club carece de recursos para afrontar fichajes multimillonarios.

El equipo cuenta con 11 jugadores por debajo de los 24 años y siete por encima de la treintena. Tan solo queda un pequeño reducto de futbolistas cuyas edades están comprendidas entre 25 y 29 años, una franja considerada como la de rendimiento óptimo. Tan solo dos de ellos son titulares indiscutibles: Ter Stegen y Memphis. Completan el grupo jugadores que están bajo lupa: Lenglet, Umtiti y Coutinho, además del tercer capitá, Sergi Roberto.

El golazo de rosca perfecta lo anotó Memphis. ¡Qué barbaridad!

Plaga de lesiones

Peor que las de Moisés. El Barça no tiene que luchar únicamente contra la fuga de talento que sufre la primera plantilla desde este verano; también, contra la plaga de lesiones que mantiene o ha hecho pasar por la enfermería a 15 de los 26 futbolistas con los que cuenta en la primera plantilla blaugrana. La suerte, en este aspecto, no ha sonreído al equipo en lo que llevamos de curso.

El Barça ha achacado, durante el inicio de la temporada, varias ausencias, sobre todo, en el ataque. De hecho, los de Koeman tuvieron que afrontar el primer tramo de la temporada con una delantera impropia de un club como el blaugrana: Memphis, Luuk de Jong y Braithwaite. Ver para creer.

Para afrontar el duelo contra el Deportivo Alavés, los de Sergi Barjuan tuvieron que lidiar con seis bajas: Araujo, Pedri, De Jong, Sergi Roberto, Dembélé, Ansu Fati y Braithwaite. A esta lista se unieron tres nombres más que tuvieron que ser sustituidos por diferentes problemas: Piqué, el 'Kun' Agüero y Nico González, quien pidió el cambio pero no se ha especificado parte médico.

Las turbulencias en el banquillo

La inestabilidad nunca es buena compañera de viaje. El Barça afrontó esta nueva temporada, sabiendo que Ronald Koeman tenía fecha de caducidad. El presidente Laporta fue incapaz de atar un sustituto en verano por la incapacidad de convencer a un nuevo entrenador del nuevo -y en proceso de construcción- proyecto y de asumir el finiquito del técnico neerlandés.

Las jornadas iban avanzando y el margen que le otorgó el presidente blaugrana a Koeman cada vez iba menguando más. La irregular imagen del equipo sin unas líneas maestras que seguir dibujaba un equipo gris, plano y sin capacidad de reacción ante las adversidades.

La derrota ante el Rayo Vallecano fue la gota que colmó el vaso y Koeman fue destituido en un decisión que llegó varios meses tarde, tal y como reconoció Laporta en la presentación de Barjuan, quien ha tomado las riendas del equipo de forma interina hasta que aterrice el nuevo entrenador al banquillo del Camp Nou. Todos los caminos conducen a Xavi Hernández.

Piqué no pudo terminar el partido ante el Alavés por unos problemas musculares