La chispa que encendió la mecha: Así fueron los meses de Sarabia en el Barça

Eder Sarabia vivió algunos episodios tensos con pesos pesados del vestuario por su intensidad

Fue más fiel a sí mismo que Setién y puede que sea esa personalidad la que haya convencido a Piqué

Eder Sarabia habló sobre las polémicas imágenes del Bernabéu

Eder Sarabia habló sobre las polémicas imágenes del Bernabéu / Movistar+

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Dice Setién que, desde el mismo momento que un entrenador pisa un vestuario, los jugadores empiezan a buscarle sus debilidades.

Su historia con el Barça fue la de una gran decepción. Una aventura que empezó como un sueño y terminó con un guantazo de realidad en la cara.

-En el Barça no fui yo, no pude o no supe-

Esta confesión se la hizo a Del Bosque en 'El País' y desprende una mezcla de amargura y decepción consigo mismo. Setién fue incapaz de ser fiel a su ideario y se lo llevó la corriente por delante.

Él era la cara visible del cuerpo técnico, pero fue su segundo el que más veces salió en la foto.

Más de un de periodista que seguía la actualidad del Betis ya advirtió que Eder Sarabia era material inflamable en un vestuario como el del Barça.

Se sabía que era una persona de mecha corta y visceral diciendo las cosas.

También que el vestuario del Barça era cada vez menos entrenable. Y, en la élite, los entrenadores que no han tenido una gran carrera como futbolistas, se les escucha con escepticismo.

El propio Setién vivía con preocupación ese encaje:

"El primer día expliqué a los futbolistas cómo era Eder. Les dije que el primero que le tenía que aguantar era yo. Es un chaval que tiene energía pura, que vive el fútbol con intensidad, pero que es como es. No le vamos a cambiar ya".

Pero, lo que era un secreto a voces, se hizo evidente con las cámaras delante.

Primero, durante un encuentro ante el Atlético. Sarabia se desgañitaba con Griezmann y lo estaba viendo todo el mundo.

Lo que en otra época se habría vivido con normalidad se convirtió en viral en tiempos de redes. Sus frases se convirtieron en la comidilla del tercer tiempo.

Primero, Griezmann

-¡No es un pase a Busi, es un pase a los interiores!-

-¡Ahí!, gol, métela Antoine, me c*** en mi p*** madre, suave, suave. No hace nada de lo que hay que hacer, de repente empieza a jugar y tirar, cuando tiene que jugar la pelota-

Setién tuvo que intervenir para tratar de rebajar la tensión.  "El día que le sacaron las cámaras diciendo cosas, le dije que no podía dar esa imagen. Al día siguiente hablé con los capitanes y les pedí disculpas. Ellos me dijeron que no les importaba que chillara y les llamara la atención".

Sarabia da instrucciones a los jugadores

Sarabia da instrucciones a los jugadores / VALENTÍ ENRICH

Todo estalló en Vigo

El segundo episodio ocurrió en Vigo. Las aguas ya venían revueltas porque a los jugadores no les gustaban las formas de Sarabia.

Pero ese día la puesta en escena subrayó la fractura entre cuerpo técnico y jugadores. Ocurrió durante una pausa para la hidratación en Balaídos.

La tensión fue evidente desde el primer segundo. Los jugadores se acercan a Setién, pero es Sarabia el que da un paso adelante.

Busca a Messi y trata de darle indicaciones, pero se encuentra con el sapo del argentino.

Lo intenta hasta en dos ocasiones tapándose la boca para que las cámaras no capten lo que dice.

Messi mira a otro lado, toma un sorbo de agua y suelta un par de frases con cara de poco amigos. En una de ellas se le pueden leer los labios.

-Qué queres que haga, boludo. Qué queres que haga-

De cerca Setién asiste como espectador a la escena y su cara es un verdadero poema.

Eder Sarabia, en tiempos revueltos

Sarabia, en tiempos revueltos / EFE

La cosa no termina aquí porque después del partido la tensión se traslada al vestuario. Lo explicó el programa Què t'hi Jugues'de la SER.

Setién se muestra muy crítico con los jugadores, Messi exige respeto para los futbolistas. Y según esta información el técnico no se muerde la lengua: “Si no te gusta lo que he dicho, ya sabes donde tienes la puerta”.

Es uno de los momentos más tensos del cuerpo técnico que tratará de reconducir la situación. Y no solo con las formas. Setién terminará cediendo a los deseos de la plantilla sobre el sistema.

Consciente de que no hay tiempo de trabajar ni planificar, y que el club no tiene proyecto, el cuerpo técnico acabará tratando de sobrevivir al presente.

También Sarabia, que a pesar de no conectar con algunos peses pesados sí que tiene una relación cordial con otros jugadores como el propio Piqué, a quien dedicó buenas palabras en una entrevista reciente a Marca.

"Hay jugadores como Piqué que han salido y han explicado bien las cosas. Cuando llevas tanto tiempo no haciendo bien las cosas pasan estas cosas. A veces es bueno tocar fondo para levantar cabeza. Nos tocó a nosotros de por medio. Es una pena que nos pillarse ahí, pero no tenemos ningún rencor".

Setién siempre ha sido menos visceral que Sarabia. Y lo ha reconocido en más de una ocasión: quería un segundo que fuera capaz de llevarle la contraria.

La comparación con su padre

Puede que en la etapa en el Barça Sarabia fuera más fiel a sí mismo que el propio Setién.

Como futbolista siempre sufrió la comparación con su padre. Y Manu ha contado alguna vez que a su hijo le faltó fiebre competitiva para llegar.

Puede que esa sea la razón por la que como técnico no se permita esa licencia. Puede que sea justamente esa una de las razones por las que Piqué le haya confiado ahora su Andorra.

En 2018 ya soñaba a lo grande, aunque ya entonces se imponía rebajar sus intensidades.

"Hace unos años le dije a mi madre: en 10 años tengo que estar de primer entrenador escuchando el himno de la Champions en un banquillo. Pero ahora que estoy donde estoy y con quien estoy, no tengo prisa".