La cara y la cruz de Arturo Vidal

Nil Congost

Arturo Vidal volvió a jugar después de quedarse los últimos dos partidos de Liga en el banquillo. Lo hizo durante solo 6 minutos, pero fueron suficientes para que el chileno demostrara de lo que es, y de lo que no es capaz de hacer. Sin embargo, el King demostró a todo el mundo las ganas y el ímpetu que tiene de contribuir en los éxitos del equipo, algo que la afición culé le había exigido después de sus comentarios en las redes sociales.

El chileno se estrenó como goleador con el Barça en un partido muy especial para él, su primer Clásico. Entró en el minuto 84 substituyendo a Arthur, ya con el 4-1 a favor. El contexto del partido propiciaba que los dos equipos dejaran muchos espacios entre líneas, algo con lo que el chileno se siente cómodo. Tres minutos más tarde, el Madrid empezó a aflojar, y con ello empezaron a retumbar los ‘Olés’ en el Camp Nou… hasta que le llegó la pelota a Arturo Vidal.

El 5-1 del Barcelona que cierra la goleada viene precedido de una larga jugada colectiva en la que los blaugranas son capaces de desorganizar al Madrid, manteniendo la posesión durante más de un minuto. Mientras el Barça lleva el balón de un lado al otro, Arturo vidal se pasa todo el rato mirando la pelota, sin girar una sola vez el cuello para obtener información de su entorno, algo imprescindible en Can Barça. La falta de visión periférica del chileno y su dificultad para perfilarse hacia el espacio que quiere atacar, hacen que, cuando el balón finalmente llega hasta él, intente girarse hacia un espacio que no está viendo y la pierda. Afortunadamente, la pelota sale rebotada hacia Rakitic y el Barça puede seguir disponiendo de la posesión.

Curiosamente, en la misma acción en la que se demuestran las flaquezas del chileno para obtener una buena ubicación y poder darle continuidad al juego de posición del Barcelona, el mediocentro culmina la manita de su equipo cabeceando un centro preciso de Dembélé. En 10 segundos, Arturo Vidal pasa de perder el balón a recorrerse medio campo entero para atacar un espacio libre dentro del área que le permite rematar a placer.

6 minutos de partido que reflejan a la perfección lo que es Arturo Vidal. Un jugador que se siente cómodo con espacios, con capacidad para llegar y definir, pero con dificultad para ayudar a su equipo a progresar conjuntamente con la pelota.