La cantera no se asusta

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

El Barça atraviesa ese momento, una especie de crisis de los 40, en el que mirarse al espejo cuesta porque ya no eres lo que fuiste y tampoco sabes en qué te convertirás. Aparecen dudas existenciales y preguntas complicadas de responder. Solo existe una manera de superar ese apagón vital: aceptar que el tiempo ha pasado, que ya no eres el mismo, y empezar a construir el futuro. 

No es una labor fácil ni, seguramente, placentera, pero perder el tiempo descubriendo nuevas canas no aporta nada. El Barça necesita sentirse, de nuevo, satisfecho consigo mismo, algo que, a día de hoy, no ocurre. Y aunque el pasado no vuelve, todo lo aprendido es material imprescindible para empezar a construir. El Camp Nou disfrutó ayer de una victoria que solo el tiempo hará trascendente y las conclusiones hay que buscarlas más allá del marcador.

Ernesto Valverde sigue moldeando el equipo que quiere exhibir, pero, por encima de alineaciones y sistemas, lo más gratificante fue volver a comprobar que la cantera no se asusta, no tiene miedo. Como demostraron en el pasado Xavi y Puyol, como continuó haciéndolo Iniesta o Valdés, de la misma manera que aceptaron el reto Pedro y Busquets. Si el Barça quiere volver a reconocerse en el espejo solo hay un camino posible: dejar que los suyos crezcan

messi, la brujula

Leo, cuyo número de serie no existe, también necesitó en su momento sentirse arropado, notar el calor de Rijkaard o de Ronaldinho para convertirse en lo que es. Ante el Betis volvió a ser la brújula de un equipo que solo volverá a encontrarse si repasa su manual de instrucciones. Por eso Valverde situó a Busquets, un futbolista al que Guardiola soldó al centro del campo siendo un desconocido, cerca de él. La cantera ha perdido peso, pero ayer empezó a ganar kilos en la báscula. 

Roberto y Deulo, valientes

Sergi Roberto tuvo que hacer la mili en el lateral derecho para demostrar que podía regresar a casa, la medular. Ayer fue uno de los mejores y culminó su partido con el segundo gol. La asistencia fue de Deulofeu, un futbolista singular al que nadie había permitido reivindicarse en el Camp Nou. Jugó muy bien, pero aún lejos de lo que será. Tiempo, confianza y minutos en la cantera, la fórmula de la coca-cola blaugrana, el elixir que permitirá superar la crisis.