La cantera del Barça 'desaparece' seis años después

Juan Manuel Díaz

Juan Manuel Díaz

¿Ha desistido el Barça en su apuesta por la cantera? ¿Lo hace porque La Masia no crea futbolistas con suficiente nivel o porque no se les da confianza? ¿No cabe un solo canterano en la 'unidad B' que debe dar un respiro a los titulares antes de una final? Dejando al margen un talento único como Leo Messi, ¿Es imposible que vuelvan a forjarse excelentes jugadores como Valdés, Puyol, Xavi o Pedro, por mencionar únicamente a los que ya no están en Can Barça? ¿La calidad de los canteranos actuales obliga al club a ir al mercado a buscar futbolistas como Cillessen, Yerry Mina, Digne, André Gomes...? 

Todas estas cuestiones alimentaron los debates futbolísticos previos y posteriores al Celta - Barça (2-2). Eran cuestiones que ya estaban presentes en el entorno barcelonista y que van más allá de la apuesta de Ernesto Valverde por una alineación repleta de suplentes entre los que no había ningún canterano.

Para preservar un once titular que, este sí, cuenta con numerosos y fantásticos jugadores formados en la cantera: Sergi Roberto, Piqué, Jordi Alba, Busquets, Iniesta y Leo Messi.

Pero quizás lo que más inquieta a muchos es las dificultades que están teniendo para llegar al primer equipo y consolidarse nuevos canteranos en las últimas campañas. Un asunto que se escapa, absolutamente, a las competencias del 'Txingurri'. 

Fechas para la historia

El hecho es que el 17 de abril de 2018 el Barça jugó en Balaídos con un once inicial en el que no aparecía un solo canterano, un hecho que no se producía desde el 6 de abril de 2002, cuando el equipo entrenador por Carles Rexach venció 0-2 en San Mamés al Athletic Club.

El Barcelona jugó aquel día con Bonano, Reiziger, Christanval, Abelardo, Coco; Cocu, Rochemback, Luis Enrique; Rivaldo, Overmars y Saviola. El club vivía su etapa más oscura de la era moderna, en todos los aspectos: deportivo, económico y social.

Dieciséis años y una catarata de títulos después, se producía esta 'involución' puntual que todavía ponía más en valor otra fecha: la del 25 de noviembre de 2012.

Ese día, Tito Vilanova hizo jugar durante 61 minutos un once completamente formado en la cantera del Barça frente al Levante, consiguiendo ganar por 0-4.

El añorado técnico blaugrana había recurrido durante muchos partidos a una alineación en la que Dani Alves era el único que no provenía de La Masia. El brasileño se lesionó y tuvo que entrar en su lugar Martín Montoya, conformando el siguiente equipo: Valdés; Montoya, Piqué, Puyol, Jordi Alba; Xavi, Busquets, Cesc; Pedro, Messi e Iniesta.

Sin exclusiones

Vaya por delante que la base de la filosofía que instauró e inspiró Johan Cruyff, no es exclusivista ni se cierra a fichar futbolistas. El germen de lo que se ha denominado 'ADN Barça' es, precisamente, la 'escuela holandesa' que Johan como futbolista y Rinus Michels como entrenador importaron al Camp Nou y que igualmente asimiló y adaptó Carles Rexach, por ejemplo.

La clave es adoptar una concepción del juego, en este caso basada en el buen trato del balón y la asociación de futbolistas en torno a él tanto para atacar como para defender. Siempre con la idea de jugar al ataque. A partir de aquí, han habido y hay variantes, según los técnicos (Van Gaal, Rijkaard, Guardiola, Tito Vilanova...) pero la premisa es siempre la misma.

Empaparse de la idea

Es obvio que es más fácil implantar ese estilo de juego -y cualquier otro- si se aplica desde las categorías inferiores pues los futbolistas se empapan del mismo y crecen con esa idea. Y el talento no tiene fronteras, como demuestra el hecho que el argentino Messi, el castellano-manchego Iniesta y el vallesano Xavi Hernández, el orgullo de La Masia, tengan una procedencia tan dispar. 

También puede tener, a la larga, un beneficio económico pues en principio solo hay que salir al mercado de fichajes a completar la plantilla, a fichar aquel perfil de futbolista que puntualmente no se puede cubrir con un canterano. O a contratar a un crack que marque la diferencia. El Barça nunca debe renunciar a tener los mejores jugadores (Luis Suárez, Coutinho...). 

Es evidente que lo que ha vivido el Barça en la última década, la reunión de la mejor hornada de canteranos de su historia liderada por el mejor futbolista del mundo es un hecho excepcional, quizás irrepetible. Pero la excepcionalidad no debe llevar a la renuncia.