"Esta camiseta de Maradona no la vendemos ni por 30.000 euros"

Entre callejuelas sinuosas y motos pobladas por hasta tres y cuatro tripulantes sin casco se encuentra ‘Largo Maradona’. Hablamos de los ‘Quarteri Spagnoli’ y, cómo no, nos encontramos en Napoli. Ropa tendida, mujeres cuchicheando entre ventana y ventana, ‘trattorias’ vetustas, suciedad y un encanto indescriptible que define lo que es la esencia pura de la ciudad partenopea. 

Un mural enorme con la figura de Diego Armando preside un rincón verdaderamente impactante. La religión maradoniana tiene instalado en esta minúscula plaza un enclave de adoración, una capilla cargada hasta los topes de bufandas, pósters, camisetas. Entre los infinitos recuerdos del ‘10’, del más grande, hay una pequeña bodega, la Bostik. Nos adentramos en ella y nos topamos con varias casacas en homenaje al ‘Pelusa’. Una firmada por Mertens, otra por Koulibaly, otra edición especial de Boca Juniors por el 60 aniversario de Maradona.

Pero la que más llama la atención es una preciosidad colgada detrás de la barra, en una percha. Con la publicidad de Buitoni y una dedicatoria cariñosa del puño y letra del argentino. En el emplazamiento hay un hombre y una mujer de unos 30 años. “Esa camiseta se la regaló Diego a mi padre. Eran amigos”. “¿Cómo de amigos?”, le preguntamos. “Bueno, mi padre es Antonio Bostik, capo y uno de los fundadores del grupo ultra 'Teste Matte' del Nápoles. No suele bajar ahora a la bodega, la deja a nuestro cargo, está mayor, Todo este homenaje a Maradona al aire libre que veis lo coordinó él”, nos responde la chica. 

LAS ANDANZAS NOCTURNAS DEL PELUSA

La historia, sin duda, promete. Queremos indagar más sobre la procedencia de esa casaca que nos tiene embelesados. “Diego y él eran colegas. Por las noches venía mucho. Mi padre tenía un club donde se reunían los ultras, con futbolines. Durante el día era imposible que pudiera salir a la calle. Era una locura, no le dejaban ni respirar. Por la noche venía de incógnito. Era cuando más podía disfrutar la Nápoles auténtica”, nos explica la chica, que habrá escuchado esas ‘batallitas’ cientos de veces. ¡Pero es que hablamos de uno de los más grandes de la historia!

En cada esquina, en pintadas en las fachadas, en los balcones. El ‘10’ está omnipresente en una ciudad que da la impresión de querer quedarse anclada en aquellos maravillosos finales de los 80. Cuando ese ‘barrilete cósmico’ fue capaz de reunir a 85.000 personas para darle el primer aliento y poner patas arriba un territorio defenestrado en Italia. Diego fue capaz de aupar a un club en depresión, en la región más pobre y criminalizada de Italia, hasta lo más alto del Calcio.

Desde los taxistas hasta los camareros, viejos y jóvenes (muchos ni vieron al ‘Pelusa’ en activo), cuando sacas el nombre de Maradona los ojos se iluminan con una luz especial. Por cierto, volviendo a la camiseta ‘retro’, nos dejan clarísimo que “no la venderíamos por nada, ni por 30.000 euros...”.