El calvario del lateral derecho

Por el Camp Nou han pasado muchos jugadores llamados a cubrir el vacío que dejó Dani Alves, pero nadie lo ha logrado hasta ahora. El lateral brasileño fue el dueño y señor de la banda derecha durante las ocho temporadas que permaneció en el Barcelona tras incorporarse procedente del Sevilla por 35 millones de euros. Dejó una huella tremenda, tan grande, que incluso el club blaugrana lo recuperó la pasada temporada durante medio año con el objetivo de solucionar el problema del lateral derecho.

El Barça ha buscado de forma incansable en el mercado jugadores con un perfil parecido al del brasileño, pero ahora ahora siempre ha fracasado, a la espera de que los resultados dictaminen si esta temporada volverá a repetirse la misma historia. De momento, lleva invertidos 98,7 millones de euros en esta carrera.

Alves ejerció su magisterio durante ocho años y su salida en 2016 dejó al equipo huérfano en el lateral derecho. El primero que aterrizó en 2015 fue Aleix Vidal, que coincidió un año con el brasileño. El Barça pagó 17 millones de euros al Sevilla preparando la inminente salida del incombustible defensa brasileño. El balance del catalán, que permaneció tres temporadas, fue más bien discreto, tanto de lateral como de extremo, con cuatro goles en 51 partidos.

En 2018, un año después de la salida de Dani Alves llegaría el portugués Nélson Semedo, en cuya contratación se invirtió 35,7 millones de euros. Fue una apuesta fuerte a nivel económico que no se correspondió con su rendimiento en el césped. Finalmente, tras 124 partidos y dos goles, el Barcelona se lo sacó de encima por 30 millones de euros.

CESIONES

El problema seguía vigente y en 2019 el club blaugrana volvió a invertir cinco millones en el joven lateral senegalés Moussa Wagué, que apenas acumuló seis partidos con el primer equipo entre Liga y Champions League en dos temporadas. Wagué acabó enlanzando cesiones en el Niza y el PAOK antes de irse con la carta de libertad a la liga croata, enrolado en el Gorica.

El siguiente en la lista fue Sergiño Dest, que llegó con 19 años tras haber brillado en el Ajax, pero que se topó con la misma realidad que sus antecesores. El Barcelona invirtió en 2020 otros 21 millones de euros en el estadounidense, pero no cuajó y tras dos temporadas con más sombras que luces se marchó cedido el pasado verano al Milan.

APUESTA CONJUNTA

No paró la búsqueda del nuevo Alves. Su compatriota Emerson Royal fue una apuesta conjunta del Barça y del Betis, que invirtieron seis millones cada uno en su fichaje. El brasileño acabó recalando en el Tottenham tras haber disputado únicamente tres partidos con la camiseta blaugrana después de que el Barça pagase en julio de 2021 al club verdiblanco los 14 millones pactados en su día. El club londinense se lo quedó en propiedad tras abonar 25 millones dos meses después.

A mediados de la pasada temporada Dani Alves regresó y cumplió el expediente en los diecisiete partidos que jugó. Tras su nueva salida, el problema seguía vigente y el Barça apostó por Héctor Bellerín, que llegó con la carta de libertad procedente del Arsenal, después de haber fracasado en su intento de incorporar a César Azpilicueta para cubrir esa demarcación. Y mientras tanto, el incansable Sergi Roberto sigue dispuesto a ayudar cuando se requiere su presencia en esa demarcación. Esta temporada Xavi Hernández, técnico blaugrana, ya ha alineado al de Reus en seis ocasiones como lateral derecho.