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Cabreo monumental del vestuario con el árbitro

Los jugadores del Barça se sintieron robados y a alguno le tuvieron que llegar a calmar

No entendieron por qué anularon el gol de Pedri y no señalaron penalti por manos de Dumfries

Inter - FC Barcelona | El penalti por manos de Dumfries que no se pitó a favor del Barça en Champions

Así fue la mano de Dumfries ante el Barça que no vio el colegiado  / TELEFÓNICA

Adrià Fernández

Adrià Fernández

Las polémicas arbitrales que se vieron sobre el césped del Giuseppe Meazza en contra del FC Barcelona indignaron a todo el club blaugrana. Desde el cuerpo técnico, personificado con las quejas de Xavi Hernández en rueda de prensa, pasando por la junta directiva hasta, evidentemente, la plantilla culé. La indignación y el cabreo inundaron vestuario del Barça en Milán.

El enfado fue tal entre los futbolistas que a algún jugador le tuvieron que calmar en reiteradas ocasiones. "El puto árbitro", se escuchaba en el vestuario azulgrana, que se sintió totalmente robado y con la clasificación para los octavos de la Champions League mucho más complicada de lo que debería estar.

El cabreo fue monumental entre todos los jugadores del Barça, se vieron estafados y no entendieron el criterio del árbitro esloveno Slavko Vincic. Primero con el gol anulado a Pedri, tras unas manos involuntarias de Ansu Fati en la acción previa. Eric Garcia y Sergi Roberto recordaron en la zona mixta que el reglamento valida los goles en los que el balón toca en la mano de manera fortuita a un jugador que no acaba marcando gol, como fue el caso.

En segundo lugar, las manos clamorosas de Dumfries dentro del área. Los jugadores no encontraron una razón lógica por la que el colegiado no fue a revisar la acción en el VAR. Cierto es que los penaltis hay que marcarlos, pero con 1-0 en contra y con esta acción en el tiempo de añadido, la clasificación del grupo C de la fase de grupos podría ser totalmente diferente. Sin olvidar, además, la entrada feísima por detrás de Çalhanoğlu a Busquets que le debió costar la expulsión y se saldó con tarjeta amarilla. La indignación fue total, pero entre los jugadores también existe el convencimiento de poder ganar las tres 'finales' que restar en la máxima competición europea.