Broker Barça: bienvenidos a una nueva forma de fichar

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

SPORT adelanta este lunes que el Barça ha fijado sus ojos en Lucas Paquetá, centrocampista de 21 años, y también brasileño, del Flamengo. Aunque la operación no está ni mucho menos encarrilada, el interés culé en esta joven perla ratifica todavía más la nueva hoja de ruta del conjunto azulgrana a la hora de acudir al mercado. Neymar fue el primero de una serie de jugadores procedentes de Sudámerica que le están dando rédito al Barça, ya sea en el campo o en las arcas del club.

La imposibilidad de seguir afrontando traspasos multimillonarios es el factor clave para entender el cambio de estrategia. Sí, recientemente se fichó a Coutinho y Dembélé por unos 250 millones de euros, pero la operación se financió, en gran parte, con el dinero ingresado por la salida de Neymar al PSG (220 'kilos). El golpe que supuso su salida 'obligaba' a la directiva a reilusionar al barcelonismo al precio que fuera. En realidad, y tal como diría Piqué, con Neymar empezó todo.

A finales de 2011, el club le comió la tostada al Real Madrid y se aseguró la llegada de 'Ney', cuyo desembarco en Europa se produjo el curso 2013-2014, año en el que el Tata Martino dirigió al Barça. Fue una inversión de futuro en toda regla, ya que los culés se rascaron el bolsillo con un jugador de 19 años que prometía mucho pero que, al fin y al cabo, todavía no había demostrado nada en el fútbol de élite.

En lo futbolístico, y al margen de problemas judiciales, la apuesta salió bien. Neymar fue clave en la 'era Luis Enrique', que dejó un arsenal de títulos y también un final inesperado: la fuga del brasileño al PSG, una puñalada en lo anímico pero la confirmación de que una nueva forma de negocio era posible. Y así está siendo.

Los casos de Marlon, Yerry Mina y Arthur ratifican el interés del Barça por explotar este método. Marlon costó 5 'kilos' en su día y el Sassuolo lo ha comprado por seis, mientras que Yerry Mina costó 12 y se ha vendido al Everton por 30. 

Menos éxito tuvieron las operaciones de Vitinho y Robert Gonçalves. El club azulgrana logró su cesión con opción de compra pero no llegó nunca a hacerla efectiva, ya que la progresión de ambos no fue la esperada.

Diferente es el caso de Arthur. Su incorporación responde realmente a necesidades deportivas, pero al margen de cómo le vayan las cosas, su llegada parece garantizar un buen negocio para el Barça, que pagó al Gremio 30 millones por el centrocampista. Hace menos de un año, el valor de mercado de Arthur era de seis mllones; ahora ya supera los 35.

Tanto a Barça como a Real Madrid les cuesta seguir la estela en el mercado de los grandes de la Premier. Sin ir más lejos, la mayor inversión del verano de unos y otros ha sido Malcom (40 millones) y Courtois (40) respectivamente. La falta de 'cash' -y el problema de la masa salarial- obliga a ambos clubes a apostar por jóvenes jugadores antes de su 'boom'.

Ahí se vislumbran tres horizontes; si el jugador cumple con las expectativas y se consolida en el equipo, la operación es un éxito rotundo. Si exhibe maneras pero no le alcanza para tener minutos en un club de primer nivel (caso Yerry Mina), resulta fácil obtener un traspaso al alza, ya que el club comprador valora muy positivamente la juventud y margen de crecimiento del futbolista. En el peor de los casos, el jugador se estanca y su salida no cubre lo que se pagó en su día por él, un mal menor teniendo en cuenta que se trata de inversiones asumibles.

La versión más 'broker' de Barça y Real Madrid ya es una realidad, así que la lista de Arthurs, Vinicius, Yerrys y Paquetás tan solo acaba de empezar.