El brillo y la libertad de De Jong con Holanda abren debate

De Ligt y De Jong se relajan con su selección

 Los holandeses se mostraron sonrientes en el entrenamiento del combinado del país de los tulipanes / Perform

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Para los que aún no lo hayáis visto, os recomiendo que os pongáis en bucle el gol de Frenkie de Jong frente a Alemania en territorio maldito para Holanda. Más allá de su importancia en el devenir del encuentro (perdía la ‘Oranje’ 1-0 en el 58’), es una muestra salvaje de lo que significa el término ‘centrocampista con llegada’. El futbolista del Barça, en una demostración de precisión, oportunismo y potencia, caza un balón centrado desde la izquierda llegando en segunda línea, descuadrando a toda la defensa germana, más preocupada de atar en corto a los delanteros neerlandesas, salva a un rival con un control orientado en carrera magnífico y define como los ángeles.

BAJO EL SON DE FRENKIE

Es lo que tiene la libertad y el tener licencia para descolgarse. Frenkie llevó la batuta del encuentro. Él le daba el sentido al juego, una batuta que Ronald Koeman no ha dudado desde hace ya meses en otorgarle. Se mueve con ligereza y acierto por toda la medular tulipán, se ofrece, quiere el balón, da salida en corto y en largo. Verle brillar en un escenario tan imponente como el Volksparkstadion de Hamburgo y frente a una selección de tanta entidad y hacerlo, además, con este despliegue, no deja de sembrarnos una duda.

¿Siente realmente Frenkie esa libertad cuando se pone la camiseta azulgrana? Cierto, apenas han sido tres partidos oficiales. Y cierto, es muy joven y el cartel de titular indiscutible le añade una carga de presión a la que debe ir acostumbrándose poco a poco. Pero la sensación es que con el esquema que plantea Valverde tiene una función mucho más posicional, de contención, que le permite menos libertad de movimientos y, en consecuencia, llegar menos al área rival de la forma que le vimos con Holanda anoche. Una de sus especialidades, más que el disparo de media distancia, es esa conducción rompiendo líneas que tanto daño hace a una defensa más pendiente de los hombres de ataque y que se descontrola cuando aparecen ‘agentes externos’.

AUTOCRÍTICA

"Las cosas salieron bien en la pretemporada, pero debo decir que no he jugado mi mejor juego en competición", comentó hace apenas un par de días el internacional holandés, consciente de que aún puede dar mucho más. “La gente entra en pánico, pero yo no. He estado un poco plano hasta ahora”, añadió. Nadie ha entrado en pánico, obviamente, pero lo que sí nos discutimos es si su rol en el Barça le permitirá salir de esta llanura de la que habla. Esperemos que sea tan solo un tema de adaptación y de ‘desacongojamiento’. Una palabra inventada, pero que suena bien. También valdría descongestión, liberación o algo por el estilo.