Bordalás: "Yo siempre he admirado a Cruyff"

Bordalás: "Como jugador imitaba a Cruyff"

Bordalás: "Como jugador imitaba a Cruyff" / EFE

Guillem Balagué

Guillem Balagué

José Bordalás es el preparador de moda. Seguramente él mismo, que pasó 18 años entrenando en la zona de Alicante, se ríe de las modas. Ha llegado a la élite tras todo tipo de experiencias y de todo ha aprendido: de tener nueve hermanos, de ser despedido, incluso del modo en que la Antigua Roma creo un imperio de la nada.

G: Un recuerdo de su infancia

B: de mi infancia tengo un recuerdo muy entrañable. Soy el octavo de diez hermanos. El quinto de los chicos. Éramos cinco y cinco. Una familia humilde. Nos íbamos cuidando unos a otros, los mayores a los siguientes. Tengo un recuerdo magnífico de no haber estado solo nunca, siempre protegido. El esfuerzo era algo muy importante. Siendo tantos tienes que compartir, repartir tareas, ayudar, respetar… Convivir con mucha gente te enseña a tratar con todos, y eso sirve para adaptarlo a la sociedad

G: ¿Su primer trabajo?

B: Limpiar cristales, trabajar en el campo, he repartido periódicos. Para permitirme un lujo, como unos simples vaqueros

G: ¿Había alguien más en casa que jugara al fútbol?

B: mi hermano, pero no consiguió ser profesional. Yo tenía mucha pasión y me pasaba horas desde muy pequeñito jugando en la calle con primos, con amigos, con vecinos. No se me daba mal, hasta que tuve una lesión muy grave de rodilla con 16 años y posteriormente un número importante de recaídas que me privaron de desarrollar mi gran pasión. 

G: ¿Era quien llevaba el balón y escogía los equipos?

B: sí, recuerdo que ya ejercía un liderazgo, me gustaba llevar la iniciativa de todo. Llevaba el balón, escogía equipos. Quizá por eso luego fui entrenador. Siempre me he fijado mucho en los detalles, de muy joven veía partidos y no solo observaba el juego bonito o los grandes jugadores, sino también en el juego colectivo. Cuando tuve que dejar el fútbol un amigo me animó a que le ayudase a dirigir niños y ahí me inicié. Me dije ‘esto me encanta’. 

G: ¿Pensó que iba a acabar siendo entrenador de adultos? 

B: Sí. Entrené infantiles unos meses. En ese mismo club el equipo juvenil no estaba haciendo buena temporada, el presidente habló conmigo para que me hiciera cargo y conseguimos un ascenso. Luego me hice cargo del filial, que estaba en regional, y ascendimos a preferente. Y luego del primer equipo, el Alicante CF, que estaba en tercera división. Sabía que era lo mío

G: ¿Cómo vivió el paso de entrenar a chavales a hacerlo con mayores?

B: Nunca me puse nervioso. Recuerdo dar mi primera charla con bastante seguridad. Tomé una decisión bastante drástica, porque empezamos muy mal e hice bastantes cambios: incorporamos muchos jugadores que yo había tenido el año anterior en juveniles. Tuvimos una remontada meteórica y acabamos campeones y con chicos más jóvenes. 

G: Primera experiencia con adultos y sale campeón. 

B: Jugábamos en campos muy duros, en mal estado, donde te enfrentabas a jugadores muy veteranos, a veces con bastante dureza. Y ya en aquel momento entendía que el trabajo psicológico con los chicos era vital, que era capaz de convencerlos de conseguir algo importante, como ascender de categoría. Si el colectivo no cree en el trabajo, en lo que hace, difícilmente puedes tener éxito. Mi intención siempre ha sido crear buenos grupos, que un equipo sea como una familia, quizá por lo que yo he vivido. 

G: ¿Tu primer error grave? 

B: entrené a un equipo con jugadores de muchísima experiencia a los que les faltaba ilusión por conseguir objetivos, porque ya los habían conseguido antes. Creí que podía convencerles para obtener un rendimiento máximo. No fui capaz, pero aprendí muchísimo. 

G: ¿Cómo era ese joven entrenador?

B: eres más impulsivo, quienes tenemos un carácter fuerte a veces tomamos decisiones de manera apresurada y el día a día te enseña que hay que meditarlas, analizarlas, tomarlas con cierta calma. Aunque cuando estás dirigiendo un partido sí que debes ser ágil mentalmente. El fútbol va muy rápido, y al que no se adapta, el fútbol le pasa por encima. 

G: ¿Qué referencias tenía de otros entrenadores o líderes?

B: yo siempre he admirado a Johan Cruyff. Cuando era jugador del Ajax, y posteriormente como técnico. En videos, por ejemplo, de Alemania 74, ves cómo [la Naranja Mecánica] presionaba la pérdida, algo que luego se ha atribuido a algo más reciente. Pues ya lo hacían, de manera más desordenada, pero era un equipo que te asfixiaba. 

G: ¿Con que Johan se queda? 

B: Sobre todo el del liderazgo, de la personalidad, de su forma de entender el fútbol. Tengo una opinión distinta a la mayoría: cuando hablan del Johan entrenador piensan en posesiones largas, pero si echamos la mirada atrás nos acordaremos de la cantidad de cambios de orientación de Koeman, de desmarques a los espacios de Stoichkov, de Goikoetxea, de Bakero en segunda línea… Tenía una alternancia muy grande en el juego. 

G: pasa 18 años de su carrera en la zona de Alicante.

B: Yo creo en el trabajo y en los momentos. Y hay momentos que pueden cambiar el destino de las personas. Había jugado el play-off, no tuvimos la suerte de ascender, y fue volver a empezar, entrenar en segunda B hasta que te llega la posibilidad de entrenar en segunda A. Es difícil que te den la oportunidad en primera si no consigues ascender con el equipo al que estás dirigiendo. Pero estoy muy satisfecho porque sé lo que me ha costado llegar. 

G: Los vestuarios son más o menos los mismos, ¿no? 

B: sí, son chicos de edades muy similares y quizá lo único que cambia es que los jugadores de equipos importantes ganan más dinero y pueden tener más egos, pero la personalidad y la esencia es la misma. 

G: usted busca a un tipo de jugador que recuerde eso, que viene de abajo

B: al haber pasado por diferentes etapas, el jugador tal vez sea un poquito más responsable y valore más lo que tiene. Pero buscamos un perfil de jugador dentro de las posibilidades económicas del club, de las necesidades en ese momento, y que se adapte a tu idea de equipo. 

G: ¿Cuando te despiden de un trabajo es cuando más se aprende?

B: indudablemente. El Alavés me contrata con el objetivo de establecerse en segunda división y no pasar los apuros de las dos temporadas anteriores. Sin embargo, superamos esas expectativas, ascendimos, todo el mundo estaba súper contento, mi relación con los dirigentes y el club es fantástica, esa es la realidad, pero bueno, fue una decisión. Una gran decepción. 

G: ¿Cómo le comunicaron el cese como entrenador?

B: El presidente Querejeta me llama y me lo dice, sin darme muchos detalles ni explicaciones. En todo caso, mis decepciones han durado muy poco tiempo. Lo que más me dolió no es que prescindieran de mí, si no que lo hicieron a última hora. Tuve que hacerme cargo del Getafe con ocho o nueve jornadas ya de campeonato, siendo el penúltimo en la tabla. 

G: ¿Cómo funciona todo tan bien en el Getafe?

B: Hay mucha complicidad con mi presidente, un hombre que lleva muchos años en el fútbol, que ha sabido valorar y reconocer mi trabajo. Me ha apoyado en decisiones importantes y difíciles, ya en ese primer año, de cambios de jugadores. Tiene muchísimo valor lo que está haciendo este equipo con las posibilidades que tenemos. Sólo hay que ver el mercado invernal, el Espanyol nos ha quitado un jugador y está colista en primera. Queríamos a Braithwaite y se fue al Leganés 

G: ¿Por qué siente fascinación por la Roma antigua? ¿Por cómo conseguir de la nada construir un imperio?

B: sí. No todo me fascina, sabemos que el imperio romano también hizo cosas menos buenas. Pero esos monumentos, el circo romano, cómo canalizaban el agua y la suministraban a un millón de personas, tanto poder... Dejaron huellas por muchos países, incluso conquistaron parte de África. En Roma, a la que viajo siempre que puedo, vivía un millón de personas en aquella época, imagínate qué barbaridad. 

G: Cuando imagina hacia dónde va el fútbol usted habla de la velocidad y del aspecto físico. Lo del Liverpool, por ejemplo.

B: es una realidad. El otro día estaba viendo un partido de hace dos temporadas y ¡cómo ha cambiado el fútbol! Esa transformación ha ocurrido en el básquet, en el balonmano, en todos los deportes de equipo, y el fútbol no podía ser una excepción. El fútbol ha pasado por diferentes etapas, ahora es físico y calidad, y en breve va a ser físico, calidad y velocidad. Y el que no tenga una de las tres cosas va a tener dificultades para poder ser un profesional de máximo nivel.

G: ¿Se imagina algún día en la Premier?

B: sí, es algo que siempre he tenido en mente y que como profesional me encantaría. Creo que encajaría en mi forma de entender el fútbol y disfrutaría muchísimo, sin duda.