Benito, futbolista y empresario

Benito debutó oficialmente como azulgrana el 19 de mayo de 1940 en Les Corts, ante el Atlético de Palma, en Copa. Es el segundo de pie por la derecha

Benito debutó oficialmente como azulgrana el 19 de mayo de 1940 en Les Corts, ante el Atlético de Palma, en Copa. Es el segundo de pie por la derecha / ANTONI CAMPAÑÁ BANDRANAS

David Salinas

David Salinas

Con motivo del 75 aniversario de Benitosports, firma familiar de tiendas de material deportivo que vio la luz en 1943 bajo la marca de ‘Deportes Martín’, se editó hace unos meses un libro en el que se recuperaba la figura de uno de sus fundadores, Benito García, potente defensa del FC Barcelona, que inició el negocio junto a una de las figuras del equipo azulgrana en esos momentos, el goleador Mariano Martín. Escrito por Joan Safont, el volumen rescata la trayectoria de un futbolista que defendió la camiseta del Barça en una de las etapas más difíciles de la entidad.

Benito García Cano nació en Honrubia de la Cuesta (Segovia) el 3 de abril de 1915. De joven emigró a Madrid para buscarse la vida, trabajando en la capital de repartidor en una joyería y de albañil. Empezó entonces su interés por el deporte. Cogió cuerpo haciendo kilómetros portando paquetes de un lado para otro y, en la obra, aprovechando la hora del almuerzo, para hacer ejercicio con ladrillos en los bolsillos.

Sus primeros equipos fueron la Peña Álvarez, el Atlético Tetuán –el madrileño–, el del barrio de Tetuán de las Victorias, y el Nacional, que jugaba en el campo de El Parral. Destacó en este último la temporada 1935-36 por su fortaleza, seriedad y disciplina. Tenía 21 años cuando estalló el conflicto bélico, siendo llamado a filas por el ejército republicano y destinado a la sierra madrileña de Guadarrama, no entrando en combate.

Benito, que se mantuvo en forma durante la guerra, fichó la temporada 1939-40 por el Cartagena. El ex azulgrana Roig, entonces residente en la Ciudad Portuaria, habló de él a los amigos que tenía en el Barça, Rossend Calvet y Agustí Sancho, y se formalizó su pase al FC BarcelonaBenito tenía ficha de aficionado, por lo que su primera licencia profesional la suscribió con el conjunto de Les Corts.

Estuvo en la ‘encerrona’ del 11-1

Fue dado de alta el 15 de mayo de 1940 junto a Nicolás Santacatalina como jugador del primer equipo, aunque debutó pocos días antes, el 2 de mayo, contra el Castellón en un amistoso (1-0). Se instaló junto a su esposa Concepción Débora y su hija, Pilar, en la calle Béjar, en Hostafrancs. Hizo amistad con Josep Escolà, que regresó al barrio después de la guerra tras exiliarse dos años en Sète (Francia) junto a Domènec Balmanya.

Benito debutó en un partido de Copa, contra el Atlético de Palma (7-0) el 19 de mayo de 1940 y se despidió, oficialmente, el 23 de abril de 1945 en un Valencia-Barça (2-3) de Liga. Fue campeón de Copa 1941-42, de Liga 1944-45 (con Samitier en el banquillo) y de la Copa de Oro (1945). Estuvo en el 11-1 contra el Real Madrid en junio de 1943 y en el programa ‘Aquest any, Cent!’ de TV3 recordó que “el ambiente estaba jodido. Empezaron a tirar cosas al autocar y la faena que tuvimos para entrar en la caseta… Y cuando salimos a jugar ya vimos que la cosa estaba mal. De inicio ya nos pitaron fueras de juego que no eran”. Benito fue expulsado en el primer tiempo.

Su último partido oficial como azulgrana fue en abril de 1945 contra el Valencia en Mestalla. Y el penúltimo, un 5-0 al Real Madrid en Les Corts en marzo. Antes de colgar las botas, en 1943, puso en marcha un negocio de artículos deportivos junto a su compañero Mariano Martín que fue referencia en Barcelona, destacando por la venta de balones ‘Nitram’ (Martín escrito al revés) y camisetas. Compaginó el fútbol y poco después su exitosa etapa en los banquillos –fue conocido como el entrenador de los ascensos– con el mundo empresarial.

Tuvo ofertas de importantes equipos de Primera División, pero Benito fue fiel a la tierra que lo había acogido y no se movió de su universo, Catalunya y la tienda de la plaza Urquinaona. Su compromiso venía de lejos. En 1943, tras el humillante 11-1 en Chamartín, aseguró que prefería comerse “una sardina en Barcelona que un bistec en Madrid”. Consolidó el negocio gracias a su visión de futuro y valentía, superando momentos críticos y tristes, como la llegada de algunas crisis y la desvinculación con la familia Martín.

El negocio acabó en manos de su hijo, también Benito, licenciado en ciencias económicas por la Universitat de Barcelona y heredero de los conocimientos y buen hacer su padre, que falleció el 24 de agosto de 1999. La tercera generación, liderada por Laura García, nieta del fundador, está ahora al mando de las siete tiendas Base: Benitosports y las franquicias de otra marca deportiva, siendo la adaptación digital uno de sus primeros grandes retos.