“Bartomeu presidía con miedo”

'De la gloria al infierno', escrito a seis manos, es un libro que narra los últimos seis años de la historia del Barça. Los autores, periodistas los tres, destaparon el Barçagate, en cierta manera el detonante de una obra lograda tras horas y horas de entrevistas a quienes han vivido el club por dentro las últimas temporadas. Este libro va mucho más allá del Barçagate, aunque en muchas de sus páginas se respira el caso, ya en manos de los tribunales.

¿Sin el Barçagate habría habido libro?

Sique: Puede que sí. El Barçagate es uno de los capítulos del libro, pero no es ni mucho menos el que más tiempo y esfuerzo hemos dedicado. 

Soldevila: El Barçagate es importante porque demuestra una manera de funcionar, de gestionar, es un ejemplo. Es la punta del iceberg de cómo se ha llevado la entidad. Y es cierto que es importante porque es la noticia más importante que hemos dado nunca y que ayuda a poner el foco mostrando que la gestión era mucho más mala de lo que parecía. 

Sique: La situación económica del Barça no se explica por el Barçagate. La deriva económica tiene un punto inicial que es cuando se va Neymar, en 2017. El año anterior la masa salarial era de 430 millones de euros; el año siguiente, de 640 millones. En un año y medio, tras salir Neymar, ¡sube 210 millones! 

Tremendo... 

Sique: Bartomeu se vuelve loco y, como nos ha dicho mucha gente con la que hemos hablado, gestiona con miedo. Y un club de fútbol no se puede gestionar con miedo.

Soldevila: Un jugador que negoció con él nos dice eso, que Bartomeu tenía miedo de todo el mundo, sobre todo de los jugadores, y los jugadores se aprovechaban.

Sique: En poco más de un año, desde la salida de Neymar, renueva a siete futbolistas, toda la columna vertebral. Y lo hace por miedo a que alguien les fiche. Y luego, si cuentas los fichajes de Dembélé, Coutinho, que ninguno ha funcionado… Entre los tres se acercan a los 1.000 millones.

Decís que Bartomeu tenía miedo. ¿Y vosotros, por meteros en terrenos delicados?

Soldevila: Nunca, nunca. No hemos tenido miedo y tampoco nos han dado motivos para tenerlo. 

Sique: El Barça jugaba un partido en privado y otro en público. Quedaría muy bien que un día nos despertamos con una cabeza de caballo en la cama, pero no es verdad. A ver, presiones siempre hay, como puede pasarte a ti, pero lo normal. Lo que sí notamos fue presión emocional, pensando que esto podía hacer daño al Barça, a Bartomeu… 

Escudero: Emocionalmente, los siguientes días fueron duros a nivel mediático porque te sientes realizado, pero es duro que todo el día se hable del mismo tema: teles, radios, diarios… Eso cuesta de digerir. 

¿En qué momento os decís a vosotros mismos que tenéis una bomba?

Soldevila: Aquel día estaba en Collbató. Después de un año haciendo preguntas a miembros del club, a personas vinculadas a Bartomeu sobre si ha habido algún tipo de intervención en las redes sociales, porque era evidente que así será, recibo un mail anónimo en el que se me envían tres informes y con algunos detalles diciendo que el Barça había pagado esos informes. Llamo a Sergi, con quien hacía un mes que estábamos haciendo ‘La Llotja del Què t’hi jugues’ diciéndole lo que tenía: “Hay que quedar con Sique ya”. 

Escudero: Lo publicamos el lunes 17 de febrero de 2020. Pues el jueves y viernes anterior nos reunimos con una persona del Barça que es la que nos certifica toda la información. El jueves, a los cinco minutos de conversación, ya estaban contrastados todos los informes. 

Sique: Eso es lo que nos sorprendió. Cuando damos la información, no mostramos las pruebas. Y el Barça nos desmiente con un comunicado. Y pensamos: “Estos tíos son gilipollas. Si saben que tenemos las pruebas”. Y claro, nos hicieron una asistencia de gol para rematar a puerta vacía. Por la noche enseñamos las pruebas y esto también hizo que el caso fuera más grande de lo que en realidad era porque el Barça había mentido con un comunicado oficial.

Soldevila: Fue un error de principante muy grave. 

¿Sin el comunicado no habría sido para tanto?

Siqué: Puede que sí, pero esto ayudó mucho y, además, ayudó a que fuera de entrada. 

¿Qué es lo más grave del caso?

Soldevila: El aspecto moral. 

Sique: Sí, es que nosotros siempre nos planteamos la noticia como una crítica ética, más que un delito, porque no sabíamos si lo había.

¿Cómo acabará todo?

Soldevila: Ni idea. Pero es importante la primera reflexión que ha hecho la juez, que no es injuria y calumnia. Y hay una parte de este auto que dice que ni Bartomeu ni Masferrer encargaron estos mensajes, que no se puede demostrar que lo hicieran. Esto puede llegar a ser importante, pero ni idea. Quedan siete u ocho testimonios aún. 

¿Que no haya delito o no haya pruebas de haberlo cometido les exime de responsabilidad?

Sique: Que contrataron a una empresa y que fraccionaron los contratos para saltarse los controles internos es así. Pero bueno, hay que saber por qué lo hicieron. Y eso es una cuestión interna del Barça. Si es delito, lo desconocemos.

El nombre de Barçagate no os ha gustado nunca...

Escudero: No lo pusimos nosotros.

Soldevila: Fue Paco Cabezas, de El Mundo. 

Escudero: Nosotros le llamamos ‘caso de las redes sociales’. No tenía mucho márqueting. 

Sique: Es que nosotros no le podemos poner un nombre porque queda pedante. Si miras, la primera semana tampoco es que hiciéramos especiales. Estoy contento de ello porque no hicimos un serial, no lo hicimos. 

¿Quién creéis que es el gran ideólogo?

Soldevila: Quien pide contratar, y lo dicen los propios protagonistas, es Bartomeu. Quien ejecuta es Masferrer. El ideólogo no sé quién es. No sé si Carlos Ibáñez porque tiene la experiencia. 

Sique: La policía dice que Bartomeu es el ideólogo, Masferrer el ejecutor, Romà Gómez Ponti el cómplice necesario y Òscar Grau el tonto útil.

¿Literal?

Soldevila: No lo dicen así.

Sique: Es la interpretación que yo hago. 

¿Os ha cambiado de alguna manera este caso?

Soldevila: A mi sí, a mi me ha cambiado la vida. 

Escudero: Bueno, el respeto de los compañeros. Es que el Barçagate se hizo grande gracias a la credibilidad que le dieron el resto de medios, son quienes amplificaron la noticia, hasta el punto que el NYT hizo una noticia. En ese sentido, nos sentimos muy respetados por los compañeros y, a partir de ahí, el prestigio nuestro como periodistas creció. 

Soldevila: A mí me ha cambiado la vida porque iba de contrato en contrato y contratos de mierda, con salarios deplorables. Y desde el Barçagate puedo vivir de esto. 

Sique: Yo, a nivel de prestigio, sí. A nivel económico cobro exactamente lo mismo que antes.

¿Y los premios que suponen?

Sique: Pues mira, están muy bien, pero sinceramente, la mayoría de premios que hemos recibido no sabía ni que existían. 

Soldevila: Los premios… 

Sique: A ver, ¡molan! Mira, somos el Barça de Guardiola: hemos ganado seis títulos. 

Soldevila: Lo que sí damos valor son a los premios que nos dan los propios compañeros periodistas. 

Escudero: Y también, a veces descubres que en algunos casos la calidad periodística no siempre es lo que tiene más valor.

Sique: Pero no lo dice por los nuestros (ríen todos). Lo dice porque a raíz de los nuestros hemos tenido que hacer de jurado de algunos de los premios. 

Debo repreguntar...

Sique: A ver, nosotros quisimos que le dieran un premio a Albert Llimós por el tema de los abusos y no se lo dieron porque no quisieron. 

Soldevila: Porque era un tema sensible.

¿Algún momento de tensión?

Escudero: Cuando el Barça hizo la auditoría de PriceWaterhouseCoopers, blanqueando todo el tema del Barçagate. Fue un día muy tenso por diferentes motivos, pero uno de ellos porque el día después se vendieron unos titulares que se ha demostrado que no es tan así.

Soldevila: De hecho, de aquella rueda de prensa se desprende para muchos medios que aquello viene de una extorsión que se le hace a Masferrer. 

Escudero: Y eso es mentira, absolutamente falso. 

Sique: Ese día me llamó mi madre preocupada, diciéndome que Bartomeu se iba a querellar contra mí, que lo había visto por la tele. Eso me cabreó porque el mensaje que llegaba era ese y yo sabía que no se iba a querellar porque no podía. 

Hemos hablado poco del libro...

Sique: Hemos hablado mucho del Barçagete y el libro no es del Barçagate. 

Hemos hablado de periodismo...

Soldevila: Pero el libro nace de aquí. 

Sique: El libro es un encargo. Deusto se pone en contacto conmigo. 

Pues vamos con una tópica: ¿Por qué el culé debe leer este libro?

Sique: Porque así entenderá qué ha pasado en el Barça en los últimos seis años. Y para construir el futuro, tienes que conocer el pasado. Y lo digo para evitar que se repitan errores, sea quien sea el presidente. Se llame Bartomeu o se llame Joan Laporta.