FC BARCELONA

Messi carga el cañón y apunta al Sevilla

Un Barça todavía en 'construcción' se encomendó a la magia de un Messi sublime en el último ensayo antes de la Supercopa de España

Toni Juanmartí

Si, como dicen, el fútbol es un estado anímico, el del Barça es ahora moderadamente mejor que hace cinco días. El conjunto de Luis Enrique, todavía en 'obras', recuperó la identidad perdida en ataque para llevarse la 51ª edición del Trofeo Joan Gamper pero no despejó las dudas defensivas que dejó el doloroso 4-0 encajado ante el Liverpool. A la espera de corregir los desajustes, el gran estado de forma de un Messi que volvió a exhibirse se antoja como la mejor arma de cara a la Supercopa de España.

Siempre es difícil interpretar las alineaciones de Luis Enrique pero su once en el Sánchez Pizjuán no distará mucho del que presentó este miércoles en el Gamper, con la presencia significativa de Digne y Arda Turan en el lateral y extremo izquierdo respectivamente.

Fueron el galo y el turco, de hecho, los primeros en avisar. Digne, que se incorporó de manera incansable, puso un preciso para que Viviano enviara a córner el testarazo de un Arda que sigue en línea ascendente, sin acercarse todavía a lo que fue en Atlético.

A diferencia de lo que ocurrió ante el Liverpool, el Barça sí tuvo el control del balón. Más Iniesta, que Rakitic y Busquets, todo sea dicho. El manchego asumió la batuta y su asociación con Messi en tres cuartos de campo desarboló el entramado de los italianos. Sobre todo en el primer gol. El manchego puso un pase picado al área y Messi se inventó una chilena tras controlar con el pecho que se convirtió en una asistencia de oro para Suárez. El uruguayo, siempre atento, solo tuvo que meter la cabeza para inaugurar el marcador.

Solo cinco minutos después, Messi abanondó el papel de rey de la asistencia para marcar su primer tanto de la pretemporada. El rosarino bajó con el pecho otro pase picado al corazón del área, esta vez de Rakitic, y anotó a placer tras driblar al meta visitante con una tranquilidad insultante. Simplemente Leo.

Algunos ya intuían un festival pero, a la jugada siguiente, Muriel se encargó de recordar que el 4-0 sufrido ante el Liverpool no fue casualidad. Una buena triangulación de la Sampodria en la frontal del área acabó con el colombiano batiendo a Claudio Bravo. La defensa todavía está verde, de eso no hay duda.

Como tampoco se puede dudar de Messi en las faltas. En la primera que tuvo, el rosarino la envió al fondo de las mallas y demostró que ni la decepción de la Copa América ni el verano han desajustado ni una micra su punto de mira.

Tras el descanso bajó algo el ritmo del partido. El Barça siguió monopolizando la posesión pero perdió frescura. Y más cuando Luis Enrique dio entrada a cinco hombres de golpe: Ter Stegen, Umtiti, Denis Suárez, André Gomes y Cámara. Tanto el francés como el portugués debutaban con el conjunto azulgrana y, de hecho, eso fue lo poco noticiable que dejó su media hora de juego.

En ese tiempo, el Barça perdonó el cuarto y la Sampdoria lo aprovechó para recortar distancias. Arda Turan envió una tierna rosca al larguero y Denis Suárez se topó con el poste en un mano a mano. No perdonó, en cambio, Budimir. El croata le ganó la partida a Mascherano y fusiló a Ter Stegen tras bajar con el pecho un centro aéreo. El central azulgrana, tal como evidenció ante el Liverpool, está muy falto de rodaje, quizá por eso apostó Luis Enrique por Piqué y Mathieu como tándem de centrales.

Sustituido Messi a un cuarto de hora del final, solo Arda Turan y Suárez jugaron los 90 minutos. El uruguayo, que había abierto el marcador, estuvo a punto de cerrarlo en el tiempo añadido, pero su disparo de falta lo sacó Puggioni con una gran intervención.

Si alguna conclusión dejó el Gamper es que toda la fiabilidad que el Barça no ofrece hoy en defensa la tienen el incansable Luis Suárez y, sobre todo, Leo Messi. La Supercopa ya espera.