Bryan Gil, el gaditano de L'Hospitalet que regatea como los mejores de LaLiga

Por casualidad, nació en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) donde sus padres se habían trasladado temporalmente en busca de trabajo, pero Bryan Gil es de Barbate, el pueblo pesquero de Cádiz donde se forjó como futbolista, más en la playa que los campos de césped artificial en los que luego se formó, y donde aprendió los regates y los desbordes que le han convertido en uno de los jugadores más apetecibles de Primera división.

Aunque encadena dos descensos, con el Leganés el año pasado y con el Eibar esta temporada (ambos como cedido), el cartel de Gil permanece intacto, tras sus 29 partidos y cuatro goles en el Eibar este curso, en el que debutó con la absoluta.

Formado en la cantera del Sevilla, donde llegó en edad alevín procedente del Barbate, Gil llegó al fútbol profesional casi de casualidad. Jugaba en las calles de su pueblo cuando un amigo de sus padres les recomendó que lo apuntasen a un equipo porque el chaval tenía condiciones. Lo reclutó el Sevilla, donde tuvo como entrenador a Ernesto Chao, que también dirigió a Ansu Fati en las inferiores del club hispalense.

A sus 20 años, Gil ha llamado la atención del fútbol español porque es un extremo de los de antes: a pierna natural o a pierna cambiada, siempre busca el desborde, es rápido, tiene el regate que solo se aprende en las calles y además, ha demostrado que tiene gol.

Sin miedo a regatear

Solo dos jugadores han completado más regates que Gil en esta Liga: Messi, con 246, y Javi Galán (Huesca), con 151. El jugador gaditano suma 118, a falta de cerrar la Liga ante el Barça en Ipurua.

Una joya que ha llamado la atención de los grandes del fútbol español: tiene contrato en vigor con el Sevilla -hasta 2023- pero su futuro está en el aire. Encadena dos cesiones y espera hacerse un hueco en la plantilla de Julen Lopetegui: quizá todo dependa de su verano, porque Gil tiene opciones de jugar el Europeo sub-21, la Eurocopa o los Juegos Olímpicos.

Hijo de una familia de clase trabajadora, Gil se tuvo que instalar en la residencia de jóvenes futbolistas del Sevilla porque para sus padres y sus abuelos era imposible desplazarse tres o cuatro veces por semana a Sevilla desde Barbate (dos horas de viaje). Creció con Jesús Navas como referente hasta que Pablo Machín le dio la alternativa en Primera división, en enero de 2019. No tardó en convertirse en el primer jugador nacido en el siglo XXI que ha asistido y marcado en la Liga española.