Un Barça en problemas

Arturo Vidal: "Las sensaciones no son buenas, tenemos que mejorar mucho más"

Arturo Vidal: "Las sensaciones no son buenas, tenemos que mejorar mucho más" / GOL

Dídac Peyret

Dídac Peyret

No se recuerda en los últimos años una brecha tan grande entre las sensaciones y los resultados en el Barça. Los de Valverde son líderes en LaLiga y la Champions, una posición que no camufla ni la falta de fútbol ni la indolencia del equipo.

No ayuda la poca autocrítica que transmite el vestuario. Empezando por el entrenador. Aunque de puertas adentro son conscientes de que algo no funciona esta temporada. 

También hay inquietud en la dirección deportiva, que observa con preocupación algunos síntomas que se hacen mucho más visibles lejos del Camp Nou.

El Barça tiene un problema fuera de casa de juego y concentración. Los números desnudan la desconexión del equipo: en los últimos siete partidos de Liga fuera de casa ha empezado perdiendo en cuatro.

Así ocurrió frente al Athletic (1-0, minuto 89’, ante Osasuna (2-2, 7’ y 80’), Granada (2-0, 2’ y 86’) y Leganés (1-2, 12’) en el último encuentro liguero.

De estos cuatro encuentros, el Barça solo logró una victoria en Butarque. Pero hay más, en tres de estos cuatro encuentros, el Barça encajó el primer gol antes del cuarto de hora.

En total, suma tres victorias, un empate y tres derrotas en siete encuentros fuera de casa en la competición liguera. O lo que es lo mismo, 10 puntos de 21 posibles a domicilio. 

En la mayoría de partidos el equipo ha exhibido falta de concentración y una inercia peligrosa: esperar que Messi resuelva los encuentros. No ocurrió así en Butarque, donde Arturo Vidal rescató al Barça.

De nuevo a balón parado, una tendencia insospechada a principio de temporada: de los últimos siete goles seis han sido en jugadas de estrategia. Una mejora positiva en este apartado, pero que subraya la falta de fútbol del equipo. 

“Las sensaciones no son buenas, tenemos que mejorar”. Lo dijo Arturo Vidal tras el encuentro, el único jugador que no hizo una lectura únicamente resultadista de lo ocurrido en Butarque. Esta vez con un cambio de dibujo.

El enésimo intento de agitar el equipo de Valverde. De nuevo sin grandes resultados. El Barça más ofensivo de la temporada apenas inquietó al colista de LaLiga. 

Sin una estructura clara

Esta temporada se está viendo la versión más intervencionista de Valverde. En sus dos primeras temporadas contó con menos recursos y trató de asentar una estructura más fija. 

Sobre todo en su primera Liga, donde tuvo que ajustar el equipo tras la traumática salida de Neymar. Entonces asentó un 4-4-2 y se aplicó en construir un equipo sólido en el repliegue. Un Barça en el que tuvo un papel clave para equilibrar el equipo Ivan Rakitic, el gran olvidado esta temporada. 

Si en la primera temporada el gran reto fue superar la marcha de ‘Ney’, en la segunda fue acostumbrarse a jugar sin IniestaValverde recuperó el 4-3-3 clásico (en la mayoría de partidos) con rotaciones medidas, sobre todo, en tres posiciones: el lateral derecho, el tercer centrocampista y el extremo izquierdo.

El movimiento más significativo fue seguramente la alternancia entre Arthur y Arturo Vidal, dos jugadores con características muy diferentes.  

Aunque la gran batalla fue tratar de sacar partido a Coutinho. Una situación que recuerda a la actual con Griezmann. Su evidente falta de adaptación es otra de las grandes preocupaciones que hay en el club.

El francés no termina de encontrarse ni mezclar con Messi, a pesar de que ya ha jugado en todas las posiciones del ataque. Tras el encuentro en Butarque, Valverde dio fiesta a los jugadores hasta el lunes. Y el francés se quedó en Madrid. También Piqué, sancionado para el duelo del miércoles ante el Dortmund, e inmerso estos días en su Copa Davis.  

Una imagen que subraya cierta sensación de desorden  y falta de concentración. El Barça no mejora y sigue en el diván.