Barça y Celta vuelven a 'chocar' por un futbolista

El Barcelona B quiere reforzar su ataque con un goleador de postín y el elegido sería el santiagués Borja Iglesias, si bien también se ha tanteado al delantero del Tenerife 'Choco' Lozano. El futbolista, consciente de las pocas oportunidades que tiene de subir al primer equipo -el reciente fichaje del uruguayo Maxi Gómez se lo ha acabado de confirmar- estaría encantado de vestir la camiseta azulgrana, por encima de las otras ofertas que tiene, incluso algunas de Primera División.

El problema es que entre los clubs las negociaciones no están siendo nada fáciles. Y dos son los motivos principales: las condiciones, es decir, venta o cesión, y las relaciones entre las entidades, desgastadas tras algunos capítulos anteriores.

En cuanto a lo primero, el Celta no quiere desprenderse totalmente de un futbolista que esta pasada temporada anotño 34 'dianas' en el filial céltico y se convirtió en el 'Pichichi' de la Segunda B. La opción preferida del club vigués es una cesión, aunque también podría estudiar un traspaso siempre y cuando pudiera reservarse una opción de recompra asequible. Y el Barça quiere todo lo contrario, es decir, un traspaso al uso que le permita disponer al cien por cien del jugador, que ya ha cumplido 24 años.

En cuanto a las cantidades, el Barça estaría dispuesto a hacer un esfuerzo y rondar los 1,5 millones de euros, consciente de que no será fácil negociar con el presidente de los olívicos, Carlos Mouriño.

Y es que en Vigo todavía no han olvidado la afrenta del verano de 2015, cuando el Barça se llevó sin abonar nada a una de las perlas de la cantera celeste, el entonces infantil Anwar Medeiro. El extremo derecho sigue en el club azulgrana, ha jugado esta campaña en el Cadete B aunque tuvo la desgracia de una lesión que le obligó a pasar por el quirófano.

El enfado del Celta llegó a tal punto que en el partido de Liga del Camp Nou de febrero de 2016, el presidente Carlos Mouriño decidió no acudir al palco. 

Y después llegó el 'caso Nolito'. El Celta se mantuvo inflexible en reclamar la cláusula de rescisión del futbolista, de 18 millones de euros, y Luis Enrique se quedó sin su principal petición, pues el Barça, por cuestiones contables, no podía llegar a tal cantidad. El andaluz terminó fichando por el Manchester City.

Así las cosas, la llegada de Borja Iglesias al Barça para reforzar al filial en su regreso a Segunda A se tendrá que cocer a fuego lento y con muchísima paciencia.