El Barça tiene dos problemas con Ter Stegen

¡Otra más! Ter Stegen volvió a salvar los muebles al Barça

 El cancerbero alemán evitó el segundo del Nápoles y que los azulgrana volvieran con vida al Camp Nou / MOVISTAR

Juan Manuel Díaz

Juan Manuel Díaz

El FC Barcelona tiene un problema con Marc-André Ter Stegen. En realidad, dos. El primero es que las negociaciones con el portero alemán para prorrogar su contrato están estancadas y el Bayern de Múnich está al acecho. El segundo, la enorme dependencia que ha generado el Barça respecto a Marc-André, hasta el punto de que el fútbol blaugrana se ha ido reduciendo en muchos encuentros a sus espectaculares paradas, y a los fogonazos goleadores de Leo Messi.

La importancia de Ter Stegen para el Barça se ha acrecentado en una temporada tan extraña e irregular como la 2019/20 y los ejemplos son innumerables. En la memoria queda el penalti detenido en el milagroso empate ante el Borussia en Dortmund (0-0). O sus paradas ante el Inter en el Camp Nou, evitando que el tanto de Lautaro (2') fuera decisivo antes de la remontada liderada por Luis Suárez (2-1).

Porque Marc-André ha conseguido ser tan decisivo en el Camp Nou, por ejemplo ante el Levante (2-0) o el Real Madrid (0-0) como en los desplazamientos en donde el resto del Barça flaquea y en ocasiones, algunos compañeros apenas se aguanta las medias: en buena parte, fueron suyas las victorias en el Wanda Metropolitano (0-1) o en el campo del Slavia Praga (1-2), rentabilizando los goles de Messi.

PEORES NÚMEROS, IGUAL DE DECISIVO

Quizás la hoja de servicios de Ter Stegen no sea tan brillante como en campañas anteriores desde el punto de vista de las estadísticas, especialmente en las dos anteriores. Marc-André dejó su meta a cero casi en la mitad de los partidos, mientras que en la actual campaña, detenida por la pandemia del coronavirus COVID-19, apenas lo consigue en uno de cada tres.

TEMP. PJ G. ENC. SIN ENC.
2019/20 34 34 11
2018/19 49 43 23
2017/18 48 39 24
2016/17 46 47 17
2015/16 26 27 9
2014/15 21 16 10

Pese a todo, su rendimiento bajo la porería y el reconocimiento que recibe desde el banquillo, la grada y la crítica salen al paso de estas cifras más pobres. Las imágenes del germano volando de punta a punta de la portería, o encarando un uno contra uno, son demasiado recientes y potentes como para no pesar más que los muchos goles que encaja el equipo en el presente curso.

NI CON VALVERDE, NI CON SETIÉN

Es cierto que Quique Setién había conseguido corregir, en parte, esta acusada debilidad defensiva que mostraba el Barcelona en la etapa final de Ernesto Valverde en el banquillo, pero Ter Stegen se ha lamentado en repetidas ocasiones de las lagunas colectivas y la irregularidad que ha mostrado el equipo desde el inicio del curso.

Antes de que el coronavirus frenara en seco las competiciones, el Barça había entrado en la fases decisiva de la temporada. Había recuperado el liderato de la liga pese a su grave tropiezo en el Santiago Bernabéu semanas antes, y esperaba superar al Nápoles en los octavos de final de la Champions (1-1 en la ida de San Paolo).

Pese a todo, las dudas en torno a las opciones de título del Barça se mantienen, debido a la fragilidad mostrada en los desplazamientos -en la semifinal de la Copa, cayó en el último minuto por 1-0 en un despiste defensivo y tras un buen y desafortunado partido- y a que Setién no consigue que un equipo exhausto y diezmado por las lesiones ofrezca su mejor cara de manera regular. Ter Stegen y Messi siguen siendo los dos únicos argumentos fiables.

TENSIONES INTERNAS Y LA MEMORIA DE ANFIELD

Las tensiones internas no ayudan. De la plantilla con la directiva, y entre los propios jugadores. Las declaraciones de Éric Abidal asegurando que algunos jugadores se habían quejado del poco trabajo a las órdenes de Valverde, o las discrepancias en el seno del vestuario en torno al recorte salarial que exije la junta han levantado ampollas. Además, la sombra de los fracasos de Roma y Liverpool en la Champions están más frescos que nunca.

Y es en este ambiente enrarecido y en este contexto deportivo en el que se han estancado las negociaciones para renovar a Ter Stegen, aunque resulta inconcebible pensar que Marc-André se vaya del Camp Nou. Tiene contrato hasta el 30 de junio de 2022 y una cláusula de 180 millones.

CARÁCTER Y DETERMINACIÓN

Pero también es bien sabido quién es el alemán, un tipo de apariencia amable y simpática, siempre educado, que interactúa en Twitter con sus fans, que coge un apartamento en el centro de Barcelona, se le ha visto desplazarse en el metro o en monopatín e ir a comprar el pan en la panadería del barrio. E igualmente, capaz de entrar en los despachos de Arístides Maillol y exigir la titularidad absoluta o el traspaso inmediato. 

Que se lo digan a Claudio Bravo. O que conteste Manuel Neuer, con el que discute públicamente sobre la portería de la selección alemana. ¿Se imagina Marc-André arrebatando a Neuer la titularidad en el Bayern y en el Mannschaft de una tacada?

En ambos casos, Ter Stegen tiene toda la razón de su lado, pues su rendimiento prueba que, a día de hoy desde hace mucho tiempo, es el mejor del mundo junto a Jan Oblak (Atlético). Un dato que tendrán que tener muy en cuenta en Can Barça.