Un Barça sin defensa

David Salinas

David Salinas

La retaguardia del FC Barcelona está en el punto de mira. El equipo azulgrana ha recibido 16 goles (a una media de uno por partido) y está encadenando errores impropios de un conjunto de elite que aspira a todos los títulos. Y, por si fuera poco, las lesiones se están cebando con los componentes de la línea defensiva. Un cúmulo de circunstancias que explican, en parte, el mal momento por el que pasa el equipo: a 12 puntos del líder en la Liga (Atlético de Madrid) y segundo en la fase de grupos después de perder 0-3 contra la Juventus en el Camp Nou en la última jornada de la fase de grupos.

De los 16 goles recibidos por el Barça en lo que lleva de temporada, cuatro, por lo menos, se los podría haber ahorrado. Son los que ha ‘regalado’ en acciones incomprensibles contra el Getafe penalti innecesario de De Jong a Djené—; Alavés error de Neto tras una cesión de Piqué—; Atlético de Madrid —fallo de Ter Stegen en la salida que provocó el gol de Carrasco— y Cádiz error en cadena entre Jordi Alba, Lenglet y Ter Stegen que acabó con el tanto de Negredo poco después de que el Barça lograra empatar el partido—.

Otros tres goles encajados también se hubieran podido evitar si el VAR hubiera tenido otra valoración de la que realizó por tratarse de jugadas interpretables: el agarrón de Lenglet a Sergio Ramos en el clásico con una caída inverosímil del capitán blanco dentro del área, la falta previa que hubo sobre Mingueza en el 1-0 del Cádiz, firmado por Álvaro Giménez, y el forcejeo entre Araujo y Cristiano Ronaldo el pasado martes en el Barça-Juventus en el Camp Nou que acabó con penalti y 0-1 para el equipo de Andrea Pirlo.

El resto de goles encajados

En algunos casos ha habido fallos de concentración, las desconexiones de las que habla el técnico azulgrana. El último caso, para no ir más lejos, el 0-2 de la Juve, obra de McKennie, que remató solo dentro del área. Ni Lenglet ni Araujo estuvieron acertados porque, además, otro jugador de la ‘Vecchia Signora’, el galés Ramsey, se plantaron completamente solos ante Ter Stegen.

En otras palabras, el Barça, si hubiera mantenido la concentración exigida en estas jugadas, se habría librado de muchos goles y muchos disgustos. Koeman ya lo ha comentado en más de una ocasión, como después del Cádiz-Barça: “No encuentro explicación al 2-1. Estamos encajando goles que nunca me habían marcado en otros equipos”. Más gráfico, imposible.

Los 16 goles que ha recibido el Barça no son el peor registro de los últimos años. La temporada 2015-16 (en 16 partidos también) el equipo de Luis Enrique recibió 23. Pero en la 2009-10, con Pep Guardiola, solo encajó ocho.

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