El Barça rectifica a tiempo para tumbar al Rayo

Messi anotó el gol de la remontada ante el Rayo

 Leo Messi anotó el segundo gol del Barça desde el punto de penalti / LaLiga

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Se trataba de ganar, más que de exhibirse, porque el calendario no admite florituras ni descuidos, y el Barça cumplió su misión: con más problemas de los previstos, pero acabó tumbando al Rayo Vallecano en el Camp Nou (3-1) para consolidar su liderato en la Liga, que queda aparcada durante unos días pensando ya en la visita del Olympique del Lyon.

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LaLiga Santander

3
1
Alineaciones
FC Barcelona
Ter Stegen, Semedo, Piqué, Umtiti, Jordi Alba, Busquets (Malcom, 84'), Arturo Vidal, Arthur (Dembélé, 45'), Messi (c), Coutinho (Rakitic, min. 80) y Luis Suárez.
Rayo Vallecano
Dimitrievski, Advíncula, Velázquez, Gálvez, Amat (c) (Pozo, 64'), Alex Moreno, Comesaña, Imbula, Bebé, Álvaro (Embarba, min. 80) y De Tomás.

Se preveía un partido incómodo. Y lo fue, sobre todo en la primera parte. Al equipo azulgrana le costó sumergirse de lleno en el partido y cuando quiso hacerlo ya se vio por debajo en el marcador, pero rectificó a tiempo. Primero a balón parado, con un buen remate de cabeza de Piqué, luego de penalti, en el arranque de la segunda mitad, transformado por Messi, y finalmente, con la puntilla de Suárez. 

Valverde dibujó un equipo más titular que suplente: descansaron Dembélé, Rakitic y Sergi Roberto, pero por lo demás, todos los titulares saltaron al campo en un partido de entreguerras, incómodamente incrustado en el calendario, entre dos clásicos ante el Madrid y la Champions ante el Lyon. 

El Barça echó de menos el papel de Arthur en la circulación del balón. No fluyó la pelota tanto como acostumbra; espesos los jugadores de Valverde, faltos de chispa y probablemente con la cabeza en la Champions, más que en la Liga.

Tampoco Couutinho estuvo a la altura de lo esperado: apenas superó las líneas de presión del Rayo, tuvo poco juego y menos remate. Suárez se peleó una y otra vez con la línea de cinco defensas del Rayo y Messi se empeñaba en jugar más por dentro que por fuera.

una primera parte espesa

El Barça se atascó ante la muralla rayista durante todo el primer acto: apenas encontró juego por bandas (ni Alba ni Semedo lograron profundizar en la primera parte) ni entre líneas, a pesar de los intentos de Messi de conectar con Suárez.

El Rayo, poco a poco, se fue creciendo: bien plantado atrás, cómodo en el 5-4-1 diseñado por su entrenador, el equipo madrileño llegó incluso a discutirle la posesión al Barça en los primeros minutos.

A medida que el partido se templaba, quedó claro el guión: dominio del Barça y defensa cómoda del Rayo, que buscó contragolpes para intentar hacer daño. Lo logró a la media hora, cuando Raúl de Tomás desde fuera del área que se coló en la portería del Ter Stegen.

Obligado a remontar, el Barça no cambió sus planes: al partido le faltaba ritmo e intensidad, así que el empate tenía que llegar a balón parado. Supo leerlo Piqué, que subió a rematar una falta lateral botada por Messi: el central se adelantó a Dimitrievski y giró el cuello con el movimiento perfecto para embocar.

un barça más dinámico

Empatado el partido, el Barça cambió de planes: en el descanso, Valverde sacrificó a Arthur para dar entrada a Dembélé y redibujar al equipo con un 4-2-3-1 muy flexible: Busquets y Vidal como pivotes; Messi, Dembélé y Coutinho en la media punta y Suárez como ‘nueve’, sin olvidar la aportación de los laterales.

Fue precisamente la incorporación de un lateral, Semedo, la que empezó a girar el marcador: Dembélé conectó con Semedo, y una vez en el área, Amat se tragó el recorte del portugués y le derribó. El contacto fue suficiente para que el árbitro marcase el penalti. Lo transformó Messi, que chutó suave y pegado al palo izquierdo de Dimitrievski.

El gol alivió enormemente al Barça: ya por delante en el marcador, el equipo empezó a reconocerse a sí mismo. Mejoró en la presión al rival y logró que el partido se jugase en terreno rival, para desgracia del Rayo, que empezó a diluirse.

La entrada de Dembélé fue pura vitamina para el Barça: en la segunda parte, el partido respondió al guión previsto, con un Barça más jerárquico y dominador. El Rayo, pese a todo, no se resignó a la derrota y dio un par de zarpazos que sirvieron para demostrar que el partido no estaba cerrado. 

la sentencia la firma suárez

Messi estuvo a punto de sentenciar de falta, pero su lanzamiento lo despejó Alex Moreno, de cabeza, casi sobre la línea de gol. La sentencia la acabaría firmando Luis Suárez tras una excelente combinación con Rakitic, que había entrado un minuto antes para dar consistencia al equipo. El uruguayo remató a gol un pase atrás del croata, desde la línea de fondo, para liquidar definitivamente el partido.

No hubo tiempo para mucho más, aparte de los voluntariosos intentos de Dembélé, el descanso de Busquets (le sustituyó Malcom a falta de cinco minutos) y un tímido intento del Rayo. El Barça sumó tres puntos que refuerzan su liderato y ahora ya se enfoca en Europa.