Barça - PSG: relato de una interminable guerra fría

El Barça teme la ira del PSG

El Barça teme la ira del PSG / Marta Fernández

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

Algunas rivalidades entre clubes de diferentes ciudades son históricas, de toda la vida. Benfica y Porto, Ajax y PSV o Dortmund y Schalke 04 sirven como claros ejemplos. Hay otras, sin embargo, que nacen a partir de un momento concreto. El fichaje de Pedja Mijatovic por el Real Madrid selló un divorcio irreparable entre el Valencia y el conjunto blanco. Antes, la tragedia de Heysel había provocado que las aficiones de Liverpool y Juventus pasaran a odiarse. Y todavía más atrás en el tiempo, en 1920, nacía entre Brasil y Argentina una de las mayores confrontaciones en el fútbol a causa de un artículo racista en un diario de Buenos Aires en la previa de un encuentro entre ambas selecciones.

Todos los casos citados comparten un denominador común: la rivalidad entre aficiones. Es por esto que la guerra fría que mantienen Barça y PSG pertenece a otra categoría. Se trata de una tensión indetectable en las calles pero más viva que nunca en los despachos. Josep Maria Bartomeu y Nasser Al-Khelaifi llevan varios años con las espadas en alto, sin que se atisbe un solo gesto conciliador. Más bien todo lo contrario, pues De Jong y Ndombélé tienen todos los números para ser el próximo campo de batalla entre catalanes y galos.

La 'fiesta' empezó con Thiago Silva. En busca de un central, el brasileño pasó a ser el objetivo del entonces secretario técnico, Andoni Zubizarreta. El Barça intentó convencer al central de todas las formas posibles, pero éste siempre tuvo la misma respuesta: primero tiene que haber un acuerdo con el club. Misión imposible.

David Luiz fue el siguiente en sonar. El Barça se interesó por él cuando el brasileño aún militaba en el Chelsea, aunque finalmente fue el PSG quien se llevó el gato al agua. Los azulgranas no pusieron toda la carne en el asador ya que los informes no acababan de recomendar el fichaje de un jugador demasiado alocado -futbolísticamente hablando- para militar en la zaga culé.

De brasileño en brasileño, Marquinhos irrumpió con fuerza en la agenda del Barça. Fue un movimiento inteligente por parte azulgrana. Consciente de que el joven central era suplente en el PSG, el club catalán apretó y Marquinhos se dejó querer. El desenlace de la trama, no obstante, no fue el esperado: el club galo mejoró el contrato del jugador, que además comenzó a ser importante. 

La insistencia del Barça en jugadores del PSG reducía a pasos agigantados la simpatía de Al-Khelaifi a las llamadas desde Barcelona. Si con Thiago Silva los culés siempre fueron de cara, la estrategia con Marquinhos había sido diferente. Los azulgranas trabajaron en la sombra el 'sí, quiero' del ex de la Roma para tener más fuerza en una negociación que nunca se produciría. La presión del Barça, eso sí, obligó al jeque a rascarse el bolsillo. Y eso molestó y mucho al multimillonario catarí.

Pero el conflicto Barça-PSG viene brutalmente marcado por Marco VerrattiEl italiano trazó una jugada maestra para renovar al alza y así fue. Tras todo el verano jugando al despiste, el centrocampista acabó renovando y percibiendo una sensible mejora salarial. Igual que sucedió con Marquinhos, el interés azulgrana puso en aprietos a un Al-Khelaifi que interpretó la embestida como una declaración de guerra. Y su gran golpe estaba a la vuelta de la esquina...

Harto del Barça, el catarí coció su réplica a fuego lento. En contra de lo que creen los románticos, Al-Khelaifi estaba convencido de que su dinero podía comprarlo todo. También la firma de Neymar, por más complicado que pareciera. En cuestión de días, sin que nadie se lo esperara, el brasileño consumó su traición y el PSG su gran golpe: arrebatar al Barça al sucesor de Messi. Las redes sociales del club parisino incluso se mofaron de la entidad culé al utilizar el famoso 'Se queda' de Gerard Piqué. Con la guerra ya desatada, el Barça pidió a la UEFA que intensificara los controles de financiación al cuadro francés ante un posible caso de incumplimiento de 'Fair Play' financiero. 

En ese momento la UEFA miró hacia otro lado, aunque las recientes revelaciones de 'Football Leaks' podrían provocar ahora la expulsión del PSG de la Champions League por sobrevaloraciones en contratos de patrocinio en las temporadas 2013-14 y 2014-15, movimiento que a la postre facilitaría la llegada de Neymar y Mbappé.

Como dijo Napoleón, Bartomeu pensó: "Habré perdido una batalla, pero no la guerra". A decir verdad, el interés del Barça en Adrien Rabiot era anterior al fichaje de Neymar por el PSG. El conjunto azulgrana ha picado mucha piedra para convencer al francés de que no renueve su contrato. Éste finaliza el próximo 30 de junio y la gran esperanza de los culés es que Adrien ha resistido a todas y cada una de las presiones del PSG hasta llegar a la recta final del 'culebrón'. En poco más de un mes el centrocampista será libre para negociar su futuro a coste cero, y paciente, el Barça espera que llegue ese momento. El conjunto azulgrana se ahorrará un elevado traspaso pero, en cambio, deberá afrontar una prima de fichaje que irá directa al bolsillo de Rabiot. Si acaba recalando en el Camp Nou, el centrocampista se convertirá en el primer jugador que Bartomeu logra 'arrancarle' al PSG.

Desesperado, Al Khelaifi está dispuesto a 'regalar' al centrocampista en este mercado de invierno a cualquier equipo que no sea el Barça...¡por sólo 10 millones de euros!

Sin tregua en la disputa, Al-Khelaifi volvió a la carga este verano. El jeque tendió sus redes sobre Ivan Rakitic, haciendo dudar al croata... y también al Barça. Los 90 millones que el PSG estaba dispuesto a poner sobre la mesa hicieron que la Junta Directiva estudiara la salida de un jugador de 30 años ya claramente amortizado -costó 20-, pero Ernesto Valverde se negó a perder a una de sus piezas clave. La confianza del 'Txingurri' en Ivan y su felicidad en Barcelona frenaron la operación. El dinero bastó con Neymar pero no con Rakitic.

El siguiente asalto tiene nombre y apellidos: Frenkie de Jong. El Barça tenía controlada a la joven promesa del Ajax pero ahora los culés no tienen otro remedio que competir con Manchester City y PSG en la puja por el jugador. Los parisinos han dado el pistoletazo de salida ofreciendo 80 'kilos', lo que de entrada ya deja al Barça con el agua al cuello. Primero, por una simple razón de 'cash'. Y segundo, porque en caso de tener que hacer una gran inversión, el club priorizaría a De Ligt.

Eso no significa, ni muchos menos, que el Barça vaya a rendirse por De Jong. Éric Abidal confía en que el deseo del jugador de vestir de azulgrana, tal como hicieron antes mitos holandeses como Cruyff, Koeman, Neeskens, Kluivert o Cocú, entre otros, prevalezca por encima del dinero que City o PSG puedan ofrecer. Además, la buena relación entre Ajax y Barça y el hecho de que Marc Overmars sea el director deportivo del club holandés permiten soñar a la entidad catalana con un final feliz.

Por si no fueran suficientes todos los frentes abiertos, Barça y PSG se preparan para otra pugna en los despachos. El caso Ndomebele se vislumbre en el horizonte, aunque todavía es pronto. El centrocampista del Olympique de Lyon está en agenda de los parisinos desde hace meses, mientras que, al contrario que con De Jong, los azulgranas se han subido al carro.

La interminable guerra entre PSG y Barça desgasta a unos y a otros mientras clubes como Olympique de Lyon o Ajax se frotan las manos. Neymar fue el primer gran golpe y Rabiot podría equilibrar la balanza. ¿Qué será lo siguiente?