El Barça no tiene presente

La derrota vuelve a dejar a Koeman en el alambre y al equipo en una situación tensa en LaLiga

El Barça sigue en tierra de nadie, entre un pasado brillante y un futuro supuestamente prometedor

Así falló Memphis Depay el penalti ante el Rayo Vallecano

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El Barça sigue en el limbo, en tierra de nadie, en un punto inconcreto. Es un equipo con un pasado glorioso y se le adjudica futuro prometedor, pero no tiene presente ninguno.

En Vallecas volvió a ser un equipo sin fútbol ni colmillo, a imagen y semejanza de Coutinho, que volvió a protagonizar una actuación tétrica. Koeman lleva demostrando que es un tipo terco desde que aterró al banquillo del Barcelona.

Sus filias son tan conocidas como sus fobias. En Vallecas insistió con el 4-2-3-1 y la titularidad de Coutinho. El holandés ve en el brasileño un futbolista con gol y proyecta el jugador que deslumbró en el Liverpool, pero su fútbol lo desmiente en cada partido. 

Ante el Rayo Koeman volvió a hacerle un traje a medida, inventándose una mediapunta para explotar su futbol. El resultado fue un Coutinho que perdió nueve balones en los primeros 45 minutos, que ralentizó el juego y que fue la imagen de la impotencia.

Insiste Koeman con fórmulas que no cuajan y futbolistas que suenan a éxitos del pasado. El Barça es ahora un equipo en caída libre, lejos de cualquier grandeza, que pierde adeptos casa semana.

La desafección es cada vez mayor, porque este equipo es un tormento; ni divierte ni compite ni transmite nada. El Barça no marca un gol fuera de casa desde el 21 de agosto ante el Athletic.

El panorama es desolador porque el equipo ni gana ni parece estar construyendo nada. Además ha entrado en esa fase donde todo le sale al revés. A Koeman se le acumulan los lesionados y está perdiendo incluso algunas de sus certezas como el rendimiento de Memphis.

El holandés ni siquiera logró marcar de penalti, una de sus especialidades. Tampoco vio portería Agüero, que tuvo sus ocasiones. Sí convirtió en cambio Falcao, que volvía a medirse al Barça ocho años después. El colombiano aprovechó otra cadena de errores del Barça –Busquets y Piqué salieron en la foto- para hacer el primer y el único gol del encuentro.

El Barça ha dejado de competir porque le falta fútbol y porque se desmorona con muy poco. Al primer golpe se viene abajo como un castillo de naipes. En otras circunstancias, con el viento a favor, el Barça podría haber salido de Vallecas con un resultado favorable.

No fue así porque el Barça es ahora un equipo incapaz de marcar en un mano a mano, de penalti o a puerta vacía. El Barça no sabe levantarse, incluso cuando es superior, como en la segunda parte, no tiene contundencia.

Es una inercia cada vez más peligrosa, porque mirar la clasificación se ha vuelto incómodo. Nadie se atreve ya a asegurar la continuidad de Koeman. El holandés dijo que se iría cuando dejara de disfrutar, pero al culé le cuesta recordar la última vez que se divirtió con los suyos.