Historia SPORT

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El Barça pierde el efecto Messi

A falta de un partido oficial para el final de la temporada, el conjunto blaugrana ha marcado 86 goles, su peor cifra desde el debut del astro argentino

La media de tantos por partido del curso (1,68) es la peor desde 1995 (1,66)

Resumen, ocasiones y highlights del Getafe 0 - 0 FC Barcelona de la jornada 37 de LaLiga Santander

Jordi Carné / David Salinas

Con la certificación de la segunda posición en el Coliseum Alfonso Pérez, la última jornada –en la que el Villarreal visitará el Camp Nou– será intrascendente para el FC Barcelona. Después de mucho sufrimiento, el conjunto blaugrana participará en las próximas ediciones de la Champions League y la Supercopa de España, los objetivos “de mínimos” que el club pidió a Xavi Hernández cuando tomó las riendas del equipo a principios de noviembre. Llega el momento de hacer balance, analizar la situación deportiva y económica y tomar decisiones para reforzar la plantilla de cara a la próxima temporada.

Una de las misiones de la dirección deportiva culé será, sin ninguna duda, dotar de gol al Barça. Hay una cifra en concreto de esta campaña muy preocupante: a falta de un partido oficial para las vacaciones veraniegas, el conjunto culé ha marcado 86 goles. Para encontrar una cantidad de dianas tan baja nos tenemos que remontar a la temporada 2004/05, esto es, la del debut de Leo Messi con el primer equipo. Ese curso, el astro argentino solo jugó nueve ‘ratos’. No fue titular en ningún partido y solo acumuló 238 minutos, aunque con eso tuvo suficiente para estrenarse contra el Albacete. A los de Frank Rijkaard, no obstante, les valió para levantar la Liga.

A partir de la siguiente temporada, en la que Messi empezó a jugar con regularidad, el número de dianas no dejó de crecer paulatinamente. Con el rosarino en plantilla, la cifra nunca bajó de los 100 y llegó a su máximo histórico en el curso 2011/12 (190). Tres años después, con Luis Enrique en el banquillo, el Barça volvió a ser muy contundente en el área contraria (175). Desde entonces, sin embargo, los goles cada vez se han hecho más de rogar en el Camp Nou. La tendencia ya era ciertamente preocupante y el adiós del ‘10’ ha sido categórico. Aunque no podemos caer en la simplificación futbolística y atribuirlo todo a una sola cuestión, la siguiente tabla refleja a la perfección la deriva barcelonista.

TEMPORADA PARTIDOS VICTORIAS EMPATES DERROTAS GOLES
2004/05 47 29 10 8 86
2005/06 57 38 11 8 121
2006/07 59 35 12 12 118
2007/08 58 29 18 11 104
2008/09 62 42 13 7 158
2009/10 59 45 10 4 138
2010/11 62 45 11 6 152
2011/12 64 47 13 4 190
2012/13 60 43 9 8 158
2013/14 59 40 11 8 148
2014/15 60 50 4 6 175
2015/16 62 46 9 7 173
2016/17 59 42 9 8 171
2017/18 59 41 13 5 141
2018/19 60 40 13 7 138
2019/20 51 32 10 9 110
2020/21 54 34 9 11 122
2021/22 52 26 14 12 86

En los once duelos de febrero y marzo, los de Xavi marcaron 31 tantos e intentaron rebelarse contra el mal inicio de temporada con Ronald Koeman. En ese período, celebraron una media de 2,8 dianas por encuentro y ‘maquillaron’ las estadísticas. A partir del mes de abril, la diferencia es abismal: los jugadores del Barça han visto portería quince veces en once compromisos, esto es, poco más de una vez (1,36, concretamente) cada 90 minutos. La cifra empeora si se contextualiza: sin contar los ocho goles en los triunfos ligueros contra el Levante (2-3) y el Celta (3-1) y la derrota contra el Eintracht en la vuelta de los cuartos de final de la Europa League (2-3), en los ocho partidos restantes los culés solo han marcado seis tantos (0,72 por encuentro).

La media de toda la temporada (1,65) es la peor desde 1988 (1,32). En este sentido, el partido contra el Villarreal será decisivo para mejorar unos números que, más allá de evidenciar que el Barça necesita un ‘9’ como Robert Lewandowski para volver a ser temible en ataque, también ponen de manifiesto la magnitud de la obra de Leo Messi en el Camp Nou. El club blaugrana no necesitó perder al ‘10’ para valorar lo que tenía, pero cuando se ha ido ha recordado lo que suponía tener en la plantilla a un futbolista que convertía lo extraordinario en habitual.