Barça: el peligro de dar vida a rivales directos en la fase de grupos

Suárez abrió la lata ante el Dortmund de la mano de Messi

 Luis Suárez puso el 1-0 en el duelo del Barça ante el Dortmund a pase de Messi / MEDIAPRO

Sport.es

El Barça llega a la última jornada de la fase de grupos matemáticamente clasificado para los octavos de final, pero con la posibilidad de influir en el desarrollo del grupo en función de los resultados de la última jornada: en este caso, tiene la posibilidad de condicionar a Inter y Borussia de Dortmund, que pelean por la segunda plaza del grupo.

El Barça juega este martes en Milán con la tranquilidad de saberse clasificado, pero con la capacidad de decidir el grupo. El Inter se clasifica si gana, o siempre que termine al menos empatado a puntos con el Dortmund gracias a su mejor diferencia de goles en el enfrentamiento directo con los alemanes. El Dortmund, por su parte, debe conseguir más puntos que el Inter para ser segundo.

No es la primera vez que el Barça llega a la última jornada de la fase de grupos como juez del grupo. Sin ir más lejos, el año pasado, el Barça recibió al Tottenham en la última jornada, en un grupo en el que también estaba implicado el Inter.

El Barça ya estaba clasificado para los octavos y no pasó del empate en casa ante el Tottenham: ese punto sirvió al equipo inglés para clasificarse para los octavos de final. Lo hizo empatado a puntos con el Inter: entre ambos hubo una igualdad máxima, pero el Tottenham avanzó porque había metido más goles. 

Curiosamente, y gracias a ese punto que arrancó ante el Barça, el Tottenham siguió vivo en la Champions y llegó a su primera final, que acabaría perdiendo ante el Liverpool.

mal recuerdo en 2010

Ocurrió algo similar en la temporada 2009-10: el Barça defendía el título logrado en Roma en un grupo con Inter, Rubin Kazan y Dinamo de Kiev

El equipo que entonces dirigía Guardiola acabó como primero de grupo, pero dio vida al Inter: no logró ganar en Milán, circunstancia que permitió al equipo (entrenado por Mourinho) clasificarse como segundo de grupo, por delante del Rubin Kazan gracias a una victoria en la última jornada.

La historia no tuvo final feliz para el Barça: volvió a toparse con el Inter en las semifinales. Debido a la erupción del volcán Eyjafjallajokul, en Islandia, el Barça tuvo que viajar por carretera a Milán para jugar la ida de las semifinales: 981 kilómetros con escala en Cannes. El partido, marcado por el arbitraje del portugués Olegário Benquerença, acabó 3-1, con goles de Sneijder, Maicon y Milito para los ‘nerazurri’

En la vuelta, aquel Inter que parecía un equipo muy inferior en la fase de grupos, logró tumbar al Barça. Fue el partido de los aspersores: el Barça necesitaba un 2-0 pero solo ganó 1-0. El Inter de Mourinho se metió en la final, que ganaría ante el Bayern para encumbrarse con el triplete.