Barça, un todo o nada en Múnich

Los caprichos del calendario han situado al Barça en la última jornada de la fase de grupos de la Champions ante el rival más complicado y en la situación más difícil. El equipo de Xavi se juega hoy su futuro en la gran competición continental en un escenario imponente, más por el rival que por el público, ausente en el Allianz Arena.

El Bayern, campeón europeo en 2020, se ha convertido en un modelo a imitar por los grandes clubes del continente por su capacidad para dominar su Liga, rendir siempre a buen nivel en Europa y mantener unas cuentas saneadas y una plantilla siempre competitiva. Justo lo que no ha sabido hacer el Barça en las últimas temporadas. La plantilla azulgrana se ha ido descapitalizando mientras el club perdía jerarquía. Nada de eso sucedió en Múnich, epicentro de un modelo de gestión económica y futbolística envidiable. El Barça ya no tiene a Messi, Griezmann o Suárez, pero el Bayern sigue presumiendo de Lewandowski, Müller o Sané. 

Una noche para la épica

Aunque parece tenerlo todo en contra (también la historia, porque el Barça nunca ganó en la capital de Baviera en partido oficial), el equipo azulgrana asume el partido como un posible punto de inflexión en la temporada. Hay momentos que invitan a la épica y a destrozar los pronósticos y el partido de esta noche puede ser uno de esos. 

Es un desafío mayúsculo para un equipo que navega con dudas tanto en LaLiga como en Europa. Y para encararlo, Xavi promete ser valiente en su planteamiento, aunque no temerario: lo importante es ser un equipo sólido y a partir de ahí, confiar en la creatividad de los centrocampistas, en el acierto de los delanteros... y en que el Bayern acuse sus numerosas bajas. 

Y con un nombre propio por encima del resto, el de Ousmane Dembélé: el francés apunta a titular y en sus botas estarán buena parte de las opciones de supervivencia del Barça. En ataque le acompañará Memphis, que afronta una oportunidad ideal para estrenarse como goleador del Barça en la Champions. 

Los números, muy claros

Las cuentas son claras: pese a su pésimo arranque en el torneo (sendas derrotas por 3-0), el Barça afronta el último partido en la segunda plaza y con 7 puntos, dos más que el Benfica, tercero. Por lo tanto, al Barça le servirá con igualar o mejorar el resultado del equipo luso, que recibe en Lisboa al Dinamo de Kiev. 

Pero además, si el Benfica empata, el Barça puede permitirse el lujo de perder y aun así, estar en el bombo de octavos, que se sorteará el próximo lunes. Si el Barça no logra el objetivo de seguir entre los mejores de Europa, le cabrá el consuelo de disputar la Europa League, una competición que no despierta el entusiasmo de la afición. 

La última presencia del equipo en el torneo se remonta a la temporada 2003-04, cuando aún se llamaba Copa de la UEFA. Desde entonces, el Barça ha ganado cuatro Copas de Europa, así que en el peor de los casos, habrá que pensar que el equipo da un paso atrás para intentar dar dos adelante en un futuro no muy lejano.