Un Barça sin capitanes

Los cuatro capitanes del FC Barcelona, hasta ahora intocables, están perdiendo peso específico en el equipo. Las cifras así lo indican. Entre todos, Sergio Busquets, Gerard Piqué, Sergi Roberto y Jordi Alba, hubieran podido acumular 990 minutos en las tres primeras jornadas de Liga, pero solo han sumado 330 (el 33,3%). Su presencia, salvo la de Busquets, va diluyéndose.

El primer capitán del FC Barcelona es el único que se mantiene firme. Fue titular contra el Rayo y el Valladolid y no pudo jugar en San Sebastián por sanción (fue expulsado en el debut liguero por doble amarilla). Busquets, con 166 minutos sobre el césped, solo se ha perdido 14 de los 180 que ha estado a disposición de Xavi Hernández.

Jordi Alba, cuarto capitán, es el siguiente que acumula más minutos: 100. El lateral zurdo empezó como titular contra el Rayo (82 minutos), fue suplente ante la Real Sociedad (18) y se quedó en el banquillo contra el Valladolid. Ha ido de más a menos. El también canterano Alejandro Balde, titular en los dos últimos choque, está ganándole momentáneamente la partida.

Sergi Roberto, tercer capitán, es el único que ha intervenido en los tres partidos de Liga, pero siempre saliendo desde el banquillo y jugando, como mucho, media hora. Contra el Rayo sumó 30 minutos, ante la Real Sociedad solo 5 y contra el Valladolid, 29.

Inédito

Por último, el segundo capitán, Gerard Piqué, con 606 partidos desde 2008, es el único que todavía no ha debutado en la presente temporada. El central ha calentado banquillo contra el Rayo, Real Sociedad y Valladolid y el técnico le ha dejado claro que es quinto central de la plantilla, por detrás de Eric, Araujo, Christensen y Kounde, que entró en el equipo antes que él.

La prueba de que las 'vacas sagradas' están perdiendo protagonismo fue evidente en el partido contra la Real Sociedad. Con Busquets sancionado y Piqué, Sergi Roberto y Jordi Alba en el banquillo, el capitán fue el guardameta Ter Stegen. La pasada temporada, por ejemplo, nunca se llegó a la situación de dar el brazalete a un jugador que no tuviera mando en el vestuario. Busquets lo lució en 49 partidos y Piqué y Jordi Alba, en dos.