Ter Stegen fue Messi

Entre las manos de Ter Stegen y las piernas de Dembélé el Barça se sobrepuso a la adversidad

El equipo se hizo grande en una semifinal épica, sin Messi, que se decidió en los penaltis

Explosión de felicidad

Explosión de felicidad / EFE

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El drama es necesario para los mejores finales. Sin épica la gloria es menos gloria. Y nada mejor para sentirse vivo que los penaltis. Pocas cosas saben mejor que ganar desde los once metros.

No hay forma más visceral de celebrar un triunfo que cuando se está tan cerca de la derrota.

Y el Barça estará en la final de la Supercopa con un gol de Riqui Puig, que con toda la presión del mundo, convirtió el último lanzamiento.

El último de la fila decidió la suerte del partido. La gran broma final de un duelo que fue puro fútbol. El último giro inesperado de una semifinal que se decidió en las manos de un brutal Ter Stegen y las piernas de Dembélé.

La lucha de Dembélé

La lucha de Dembélé / VALENTÍ ENRICH

Un jugador especial

Lo sabíamos y lo está demostrando con más continuidad. Ousmane Dembélé es un jugador especial. Único en su especie.

De la estirpe de los regateadores puros. Esos que ya solo se ven en cuentagotas y nos animan los partidos con sus aventuras.

No es fácil ser un regateador. Pocos jugadores están tan expuestos como los extremos. No basta con talento, hace falta mucha valentía para estar dispuesto a fracasar tantas veces.

Sobre todo solistas como Ousmane, que juega desnudo. Cada balón es un mano a mano. Cada pérdida compromete a los suyos.

Dembélé juega su partido y no siempre es el mismo que el de sus compañeros. Pero cuando lo hace con esta confianza es una agonía insoportable para los rivales.

Busca el uno contra uno, te prueba por dentro, te engaña por fuera. Corres detrás de una sombra, porque tiene una velocidad salvaje. El Mosquito es una avispa.

Pero todo esto ya lo intuía la afición del Barça. Lo que no vio venir fue su liderazgo en momentos comprometidos.

Sin Messi en el campo, asumió la responsabilidad de desequilibrar el partido ante la Real. Y justo cuando más apretaba el conjunto donostiarra, despertó a los suyos.

Lo de Pedri

También Pedri, que volvió a ser la gran solución. De todas sus virtudes una asombrosa es su capacidad para solventar situaciones al límite. Muchas veces recibe en espacios comprometidos, presionado por rivales, y casi siempre sale bien parado.

Puede que sea esa habilidad para el giro. Puede que sea verdad eso de que juega con retrovisores. Pero con su fútbol es capaz de dar sentido y estructura a todo un Barça con 18 años. Ver para creer.

De su inteligencia vivió el Barça. También de la de Griezmann, que está haciendo un trabajo para el equipo encomiable. Y Busquets, que con el 4-3-3 vuelve a disfrutar de lo suyo.

Los tres confirmaron que viven un gran momento. Lo mismo que De Jong, que liberado de cadenas, cada vez se parece más al jugador que tanto entraba por los ojos del Ajax.

De Jong marcó ante la Real en la Supercopa

De Jong marcó ante la Real en la Supercopa / EFE

Inmenso De Jong

El holandés marcó, otra vez atacando el área, y llegando desde atrás. Esta vez con un cabezazo formidable tras un regalo de Griezmann.

De Jong jugó un partido inmenso pero también provocó un penalti que devolvió el empate y falló el suyo en la tanda final.

Un borrón a su mejor partido con el Barça. De Jong estuvo en todas partes. Y fue emocionante verle romper líneas con esa exuberancia que enseñó en Europa con el Ajax.

Enfrente tuvo una Real Sociedad que lo peleó todo con la energía de los equipos del norte.

Fue un partido competido de tú a tú, hermoso y muy disfrutable. Tan competido que terminó decidiéndose en los penaltis y en las manos de Ter Stegen.

Lo del alemán fue sencillamente un escándalo. Y sus intervenciones lograron que el Barça llegara a la gran lotería, donde vivió su gran momento.

Ter Stegen jugó toda la tanda con una sonrisa en la cara. Convencido de ser decisivo para terminar parando dos lanzamientos.

-¿Cómo lo has visto en el vestuario?- Le preguntaron a Ronald Araújo tras el partido. "Sigue volando", contestó.

Su fe fue la de un Barça que vuelve a parecerse al Barça y estará en la final de la Supercopa.