Baloncesto

La FIBA comparte la preocupación de Barça y Madrid y actuará para evitar el éxodo de promesas

El potencial económico de las universidades estadounidenses hacen tambalear el modelo actual del baloncesto formativo europeo

Dame Sarr ya no volverá a vestir la camiseta del Barça esta temporada

Dame Sarr ya no volverá a vestir la camiseta del Barça esta temporada / Dani Barbeito

Marc del Río

Marc del Río

El baloncesto universitario estadounidense ha puesto en alerta a los principales clubes del viejo continente ante un cambio de paradigma que ya ha arrancado y que promete seguir evolucionando en el corto plazo.

Históricamente, los 'colleges' no podían pagar salarios a sus deportistas, y el salto a la NBA ofrecía varias alternativas a la académica. Desde un buen progreso en el basket europeo, la posibilidad de jugar en la liga de desarrollo a través del equipo Ignite, o bien desde otras competiciones más 'exóticas' como la liga australiana.

Pero en poco tiempo, la opción más apetecible para los jugadores pasa por las universidades, y esa NIL (nombre, imagen y semejanza) que permite garantizarse una buena suma de dinero, en ocasiones superiores a lo que se podría lograr en alguno de los principales equipos de nuestro continente. Dinero fácil y rápido contra el que prácticamente no se puede competir, y que está provocando un expolio en las principales canteras europeas.

¿Se plantean Barça y Madrid eliminar sus canteras?

'Marca' apuntó en las últimas horas que tanto Barça como Madrid habían valorado la opción de eliminar sus canteras para ahorrarse sus costes, algo que el club azulgrana desmintió a este diario. Pero es una preocupación evidente, y que ha afectado recientemente a una entidad catalana que el pasado verano perdió a Kasparas Jakucionis, y que este curso, con la temporada en marcha, ha visto como Dame Sarr ha priorizado la aventura estadounidense a contar con cierta estabilidad en el primer equipo que dirige Joan Peñarroya.

Jakucionis prefirió Estados Unidos a seguir en el Barça

Jakucionis prefirió Estados Unidos a seguir en el Barça / EUROLEAGUE

El poder económico de las universidades estadounidenses

En todo este asunto, la FIBA no quiere permanecer de brazos cruzados. Es cierto que la NCAA actúa por su cuenta, y que, una vez abierta la veda económica, poco se podrá hacer. Pero el máximo organismo mundial de baloncesto no quiere dejar tirado a los clubes que sufren esta situación, y en este caso, se alinean con Barça y Real Madrid, tal y como admitió Andreas Zagklis, secretario general de la organización, en un congreso que se ha celebrado estos últimos días en Baréin.

La FIBA toma la palabra

La FIBA se marca un triple objetivo en este asunto: ayudar a los jugadores a tomar decisiones bien razonadas, que los jugadores que vayan a la NCAA aumenten su disponibilidad para ir convocados con la selección, y proteger las apuestas que llevan a cabo los clubes en esa inversión en los jóvenes jugadores y su desarrollo. Para ello, se quiere formalizar una colaboración con la NCAA que tiene una misión: que los traspasos de jugadores desde fuera de Estados Unidos hacia las universidades que integran el programa tengan el mismo trato que los fichajes entre clubes FIBA. Para ello, entraría en juego una Carta de Autorización.

Joan Peñarroya dando instrucciones a Dame Sarr

Joan Peñarroya dando instrucciones a Dame Sarr / Dani Barbeito

"No se puede negar que es una oportunidad para nuestros jugadores. Son unas cantidades de dinero que terminan en manos de jugadores de 18, 19 o 20 años que son bienvenidas tanto por ellos como por sus entornos y es algo que nos alegra. Pero al mismo tiempo, debemos reconocer que esto ha dejado de ser principalmente una experiencia académica para los deportistas. Las universidades de la NCAA se aproximan a ser entidades comerciales, clubes profesionales y eso supone un desafío para nuestro ecosistema", comentó Zagklis.

Andreas Zagklis, junto al comisionado de la NBA, Adam Silver

Andreas Zagklis, junto al comisionado de la NBA, Adam Silver / EFE

Las palabras de Zagklis

"Nuestro funcionamiento se basa en que se pueden llevar a cabo transferencias siempre que se respeten los contratos y acuerdos, y siempre que haya un traspaso, debe haber dicho proceso. Debe haber una autorización por parte del club de salida y la Federación nacional, y posteriormente garantías sobre el destino del jugador y sus condiciones, su elegibilidad para las selecciones, y la compensación para nuestros clubes, que han invertido en alguien que empezó a jugar en sus categorías inferiores con 9,10 u 11 años y que ahora se encuentran con una oferta de seis cifras", explicó.