El Atlético no admite inventos

El de Las Palmas no fue un partido cualquiera. El empate podría ser, incluso, una anécdota, una simple tachadura en el guión escrito por Ernesto Valverde desde que llegó. Los números salen de la nevera y vuelven a ella sin inmutarse, fríos como son. Pero las sensaciones se cuelan sin pedir permiso y, cuando no son buenas, buscan hacer daño.

El Girona no pudo dejar mejor poso en la plantilla blaugrana. El resultado, un 6-1, no explica todo lo que se vivió en el Camp Nou: Messi tirando del carro y los del carro empujando para que no estuviera solo, Coutinho y Dembélé ya habían justificado su precio y Suárez agradecía mirar a derecha e izquierda y encontrar compañeros de viaje. Pero Valverde decidió que esos protagonistas no tuvieran la oportunidad de demostrar en Las Palmas que la merecían hasta que el partido ya había entrado en fase de descomposición. Demasiado tarde. 

los suplentes no aprietan

Jugaron Digne, obligado por la sanción de Alba, y jugó Aleix Vidal. Ni uno ni otro dieron el paso adelante que necesitaba el momento. Ocasión perdida. Sería injusto decir que estuvieron a un nivel inferior que el resto de sus compañeros. También sería poco realista pensar que, en su situación, pueden conformarse con eso. Tampoco Paulinho, fundido, estuvo a la altura de lo que estaba acostumbrado a dar. Incluso Luis Suárez se convirtió en un suplente circunstancial por querer evitar la amarilla que le impidiera jugar ante el Atlético. No debió jugar.

sin inventos

El Atlético no admite experimentos. Se trata de un rival que obliga a ponerlo todo desde el minuto uno hasta el minuto noventa. Sin dejarse nada en el vestuario, sin contemplaciones. Exigencia máxima en una final anticipada de la Liga: ganar es, prácticamente, cerrar la carpeta, empatar es iniciar una guerra psicológica y perder es sentar a un Atlético famélico en una cena con la familia. Es jugársela ante un rival que no tiene nada que perder.

Tener “respeto por lo que nos ha llevado hasta aquí” también es mantenerse en el sitio al que has llegado. Así que hoy Valverde, si no hay sorpresas, y el Txingurri parece poco amigo de ellas, saldrá con su mejor equipo, al que volverán Jordi Alba y Gerard Piqué, pero también un Luis Suárez sin la soga al cuello. Solo existe una duda: insistir en Paulinho o apostar por la alternativa que ofrecen Coutinho y André Gomes.