Héroes de hielo

Ter Stegen y Oblak, protagonistas

Ter Stegen y Oblak, protagonistas

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El partido de mañana estará (literalmente) en sus manos. Los dos tendrán una misión poco gratificante: aguar la fiesta del fútbol. Evitar el gol y celebrarlo en soledad, como corresponde al oficio de portero. Los dos lo vivirán de forma contenida, con esa tranquilidad marciana que han mostrado toda su carrera. 

Una frialdad –ante la posibilidad del error– que ha marcado su trayectoria. También la precocidad para asumir responsabilidades y una respuesta formidable ante las expectativas. “En el Barça nadie te pone la alfombra roja”, reconoció Ter Stegen tras sus primeros meses en el Barça.

El meta alemán compartió largas conversaciones con Zubizarreta antes de fichar, pero nunca se llega preparado para un club como el Barça. Menos aún si estás en la veintena. “Si tienes miedo a los errores, los cometerás. No, nunca pienso en que fallaré”, asegura a menudo el alemán.

Poco antes de cumplir los 19 años debutó con el primer equipo del Borussia Mönchengladbach (el 10 de abril de 2011) y logró mantener la portería a cero en cuatro de los últimos cinco partidos de la Bundesliga.

El reto era mayúsculo (evitar el descenso) y salió bien parado. En el Barça tuvo que competir con Bravo –y las críticas– antes de sentirse indiscutible. El verano de 2016 incluso pareció más fuera que dentro (el City apretó) cansado de no ser titular en la Liga. Pero ahora, en su cuarta temporada en el Barça –y con 25 años– disfruta del mejor momento de su carrera. 

"Nunca pienso que fallaré" (Ter Stegen)

Sus números ligueros invitan a pensar en el Zamora (ha encajado dos goles en siete partidos) y es el meta titular de Alemania tras la lesión de Neuer como ya ocurrió en la Copa Confederaciones. Es un Ter Stegen más medido. Que no necesita demostrar en cada intervención con el pie que podría ser uno más en el centro del campo. En el vestuario sigue siendo el mismo tipo meticulosamente ordenado.   

Oblak, en el nombre del padre

De pequeño Ter Stegen no quería ser portero. Pero una lesión de un compañero cambió su historia con 11 años. Algo distintos fueron los inicios de Oblak. El esloveno se pasó parte de su infancia detrás de la red viendo las paradas de su padre, que jugaba en Tercera. Aprendió rápido. Y con solo 16 años ya jugaba en Primera con en el Olimpija Ljubljana y era mejor de lo que nunca había sido su padre. 

Ahora reconoce que siempre se ha sentido mayor de lo que era y deslumbra en el Atlético a los 24 años. El Atlético de Simeone empieza en Oblak, uno de los tres porteros nominados al Balón de Oro, y termina en Griezmann.

"Siempre me he sentido mayor de lo que era" (Oblak)

Mañana se mide al Barça en un buen momento (ha encajado solo cuatro goles en la Liga), pero enfrente le espera un rival temible. Messi le ha marcado 27 goles al Atlético