Dembélé salva un punto cuando el Barça necesitaba un milagro

El gol de Dembelé no sirvió para que el Barça conservara el líderato

El gol de Dembelé no sirvió para que el Barça conservara el líderato / LALIGA

Toni Frieros

Toni Frieros

El Atlético de Madrid y el FC Barcelona se retaron en el majestuoso Wanda Metropolitano sabiendo que el eterno rival de ambos, el Real Madrid, se había dado un histórico batacazo en Ipurúa ante el Eibar. Un acicate, por si no había suficientes, para unos y otros. 

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Liga

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Alineaciones
Atlético de Madrid
Oblak, Arlas, Savic, L.Hernández, Filipe Luis, Koke, Rodrigo, Saúl, Lemar (Vitolo, 63'), Griezmann, Diego Costa (Correa, 79')
FC Barcelona
Ter Stegen, Semedo, Piqué, Umtiti, Alba, Sergi Roberto (Rafinha, 45'), Busquets, Arturo Vidal (Malcom 83'), Arthur (Demélé 79'), Messi, Luis Suárez

El Atlético se presentó al duelo sin su eje defensivo titular, lesionados Giménez Godín. Sin embargo, recuperó a tiempo a Diego Costa y SavicErnesto Valverde, por su parte, sorprendió a propios y extraños dejando en el banquillo al francés Lenglet y recuperando para la titularidad a Samuel Umtiti. Y sin Coutinho, en Barcelona, y Rakitic, sancionado y lesionado, echó mano del carácter de Arturo Vidal. Como estaba previsto, adelantó a Sergi Roberto a la medular y apostó por Semedo como titular, como hiciera en el 5-1 ante el Real Madrid.

Los dos contendientes se presentaron con dos 4-4-2 de libro. El Atlético con Lemar de enganche y en el Barça Arturo Vidal. Como era de prever, la pelota empezó siendo del Barça, con un dominio avasallador. Sin embargo, no pasó absolutamente nada en los primeros compases de la batalla. El Atlético replegado, cerrando líneas y sin dejar espacios al Barça y los de Valverde, con paciencia, intentando encontrarlos.

Un grave error de Umtiti nos sacó del letargo pasado el primer cuarto de hora. Por el susto, pero Griezmann no supo sacar provecho.Sería difícil encontrar un partido de este nivel con tantos minutos sin incidencia alguna. Solo control y precaución. 

El Barça recuperó la virtud de presionar y, sobre todo, replegarse con rapidez y orden. Un gran trabajo de equipo donde todos colaboraron. Eso impidió que el Atlético lanzara sus mortíferos contragolpes.

Solo cuando Messi conducía el esférico el Wanda dejaba de cantar y se olía el peligro. Como es habitual, Leo buscó con ahínco su jugada favorita: conectar con Alba por la izquierda. Jordi apareció, como siempre, ejerciendo de extremo en toda regla. Una profundidad que, dicho sea de paso, no estaba teniendo Semedo.

A punto estuvo el Atlético de lograr un gol... sin disparar a puerta. Moría la primera parte cuando un defectuoso rechace de Piqué se envenenó y estuvo a punto de sorprende a un Ter Stegen que solamente se vio obligado, eso sí, a jugar con los pies. Como Oblak en la otra portería, inédito bajo los palos. Dos espectadores de lujo.

Acabó un primer tiempo soporífero en emoción, excesivamente táctico y donde hubo que lamentar la fortuita lesión de Sergi Roberto, tímido en sus prestacionens. Justo cuando iba a entrar Rafinha en su lugar, el colegiado Gil Manzano decretó el final del primer acto. Estuvieron calentando también Aleñá y Dembélé, pero el mensaje de Valverde quedó muy claro: quería control en el centro del campo.

El Barça controla el partido

El equipo amarillo, anoche de verde limón, empezó con mucho brío el segundo asalto, llegando a acorralar a un Atlético que no se movía ni un ápice de su guión, forrando el centro del campo con LemarKokeSaúl y Rodri y, si terciaba, la ayuda de Griezmann Diego Costa.

A pesar del gran control del partido que estaba realizando el Barça, el primer susto del segundo tiempo lo protagonizó Griezmman, que llegó hasta la línea de fondo después de una pérdida de Arthur. El brasileño, en este periodo, asumió más protagonismo y se movió preferentemente por la banda derecha, dejando la izquierda para Rafinha, más adelantado.

El duelo se calentó a partir del minuto 70, cuando una patada de Griezmann a su compatriota Umtiti provocó la enajenación mental transitoria del azulgrana que se enervó y se encaró... con Diego Costa. Un rifirafe que Gil Manzano cortó por lo sano amonestando a ambos. A falta de goles, al menos, hubo emoción 'subterránea'. Un lance que elevó la temperatura de un partido gélido en fútbol y que entraba en el camino que quería el Atlético: interrupciones, protestas, faltas...

Injusticia

Y llegó lo que nadie quería que llegara. En el minuto 76, un saque de esquina lanzado por el Atlético, lo remató en el segundo palo Diego Costa ante la nula oposición de RafinhaTer Stegen debió hacer mucho más, porque el balón ni iba fuerte ni alto, pero encogió el cuerpo y metió unas manos muy blandas.

Un golpe duro,sin duda. E inmerecido, porque el Atlético no había hecho nada destacable para ponerse por delante. Pero ese es su juego. Aprovechar una falta, un corner... Y aunque el Barça lo sabía y estaba avisado, cayó en la trampa por defender mal un corner.

Valverde echó toda la carne en el asador y sacó la artillería que tenía en el banquillo, Dembélé Malcon. Había que empatar y para esa empresa hasta Piqué de delantero centro era un buen recurso.

Y en ese ataque de caballería, con el Barça abocado, lanzado a por el milagro, se produjo. Y miren por donde,el criticado y denostado Ousmane Dembélé apareció para empatar la contienda. Recibió un balón por la derecha, entró en el área, disparó... e hizo justicia.

Un gol que necesitaba Dembélé, el Barça y el partido, porque hubiera sido un premio excesivo para el Atlético salir del Wanda con la victoria.

Ni uno ni otro aprovecharon en su medida el tropiezo del Real Madrid, pero el Barça sigue líder en función de lo que haga el Sevilla mañana. Y Simeone continúa sin ganarle al Barça en Liga. Que se lo haga mirar.