Atacar bien para no morir en el intento

Cerrado el mercado de invierno llega la hora de la verdad. Para afrontarla, la dirigencia del Barcelona le ha dado a Xavi Hernández un defensa y tres delanteros

Nos quedamos con los tres de arriba. ¿Hacían falta? Abrimos el debate.

Xavi cree que Aubameyang tiene recorrido en el Barça

Xavi cree que Aubameyang tiene recorrido en el Barça / FCB

Xavi Torres

Xavi Torres

De cara al final de temporada se apuntan tres objetivos para Xavi Hernández: acabar la Liga entre los cuatro primeros, competir en la Liga Europa más allá de la eliminatoria contra el Nápoles y poner las bases futbolísticas para el proyecto de futuro del Barça.

No hay duda de que para que el club no entre en colapso económico debe clasificarse para jugar la Liga de Campeones de la próxima temporada. El equipo, hoy, es quinto, a 15 puntos del Real Madrid, a 11 del Sevilla, a cinco del Betis y a uno, del Atlético de Madrid, su rival en la jornada de este fin de semana. Pero alerta, porque la Real Sociedad está solo un punto por detrás, el Villarreal, tres y el Rayo y el Athletic, cuatro -At. Madrid, Barcelona, Rayo Vallecano y Real Sociedad han jugado un partido menos). Europa está cara. Y la Champions, más. No hay tiempo para distraerse.

Ocasiones y goles

Explican los entrenadores que si acabas la Liga por encima de los 80 goles lo más probable es que tu equipo aspire a ser campeón y que si estás por debajo de los 60, difícilmente vas a abrir la puerta de Europa. Veamos: el Real Madrid, tras 22 jornadas, ha marcado 47 goles y el Barça, tras 21, apenas 32. La progresión de estos números llevarían a los blancos a sumar 81 goles y a los azulgrana, 58. Peligro.

Para el Barcelona, además, el problema es más grave. Fijénse que es el equipo de la Liga con mayor posesión de balón -65% de media- y, en cambio, solo es el cuarto en chuts contra la portería rival -dentro, fuera o al poste-, con 215, atención, 60 menos que el Real Madrid. ¡60! ¿Qué quiere decir esto? Que el Barcelona ataca mal, que tiene el balón pero no sabe qué hacer con él, que no finaliza las jugadas... y como consecuencia de todo ello, que no marca goles. Y, en este sentido, no hace falta darle muchas más vueltas al asunto para entender que sin más acierto de cara a la portería rival el futuro del Barça es poco (o nada) esperanzador.

Por tanto, los movimientos del club en este sentido se entienden como muy necesarios. Han llegado Ferran Torres, Adama Traoré y Pierre-Emerick Aubameyang para ayudar pero nadie debería perder de vista que, al margen de individuos, hay un problema más coral que tiene que ver con la idea y el balón. Vamos con todo ello.

La profundidad

Lo primero que hay que destacar es la voluntad de Xavi Hernández de que su equipo sea protagonista. El técnico de Terrassa quiere atacar, jugar en campo contrario, controlar el partido a partir de la posesión y de un juego de posición que le permita buscar el gol de manera ordenada y recuperar el balón cuando lo pierde, también gracias a este orden, a través de la presión.

En esta tribuna hemos incidido en numerosas ocasiones sobre las dificultades de los futbolistas del Barcelona para atacar. A menudo se confunde el objetivo real de la circulación del balón: generar y aprovechar espacios para marcar un gol en la portería rival que, quizás no debería hacer falta recordar, está en el centro. Dicho de otra manera, la circulación del balón (casi) nunca debe acabar en la banda con un centro sinó en una acción de uno contra uno o en un retorno de la circulación hacia el lado opuesto para tratar de encontrar ese espacio por donde crear peligro. Y este movimiento, las veces que haga falta y con la mayor velocidad posible. Como es muy dificil encontrar espacios ante defensas reculadas y muy numerosas hay que añadir un elemento imprescindibl más: la profundidad. Si no hay movimientos de desmarque hacia la portería contraria no se generan espacios y el rival, simplemente con orden, logra su objetivo. Tratar de atacar simplemente con pases al pie es inútil.

Por tanto, hay que entender el juego para ver todas las opciones que se dan en cada jugada: cuando hay que acercarse para recibir al pie o para romper en profundidad; cuando para recibir el balón o para generar un espacio; cuando hay que pasarlo o cuando hay que habilitar a otro compañero que va a ocupar ese pasillo; cuando hay que atacar esos espacios o quedarse quieto para no molestar a un compañero llevándole involuntariamente marcadores; cuando hay que acompañar para la segunda jugada... Sin profundidad casi nunca hay ocasión -aunque, a veces, un chut desde la larga distancia puede dar vida-.

El nuevo tridente

Y en éstas está Xavi porque la manta del ataque, hasta ahora, ha sido muy corta. El rendimiento de los delanteros siempre ha sido insuficiente: por las lesiones de Ansu y Dembélé, ahora también afectado por su situación contractual; por las capacidades de Memphis, Braithwaite y Luuk de Jong; por las precipitadas apariciones de Abde, Jutglá e Ilias... y por el inexistente entendimiento en el juego antes comentado. Excepto Ansu, ningún otro futbolista ha crecido con la mirada cruyffista por lo que el cortocircuito de interpretaciones está siendo insoportable.

La llegada de Adama permite atacar en estático -hay que recordar que al futbolista de L'Hospitalet le gusta empezar sus jugadas con el balón en el pie- e insisitir hasta la saciedad en las acciones de uno contra uno; si Ferran Torres es alguien en el mundo del fútbol es porque es un gran percutor de los espacios; y si Aubameyang ha superado los 300 goles en su carrera ha sido gracias a su velocidad y habilidad para llegar a la portería contraria. Ninguno de los tres está en el top 10 de delanteros pero no hay duda de que el nuevo tridente mejora -en mucho- lo presente. La situación del club y las dificultades de encontrar tesoros en diciembre hacen que hoy la operación refuerzo deba considerarse un éxito. Después, cuando el balón corra, ya veremos.

¿Y como van a jugar? A pesar de que Auba explicó en su presentación que Xavi lo quería de 9 al técnico de Terrassa se le abren alternativas para decidir. De su talento depende que todo llegue a buen puerto porque, como ya se ha comentado, además de sus características individuales va a hacer falta que todos rindan dentro del equipo.

¿Titularísimos?

Por supuesto que no, porque quedan 17 partidos de Liga y dos, como mínimo, de Liga Europa, y son demasiados para jugarlo todo. Al revés. Sus llegadas deben despertar los espíritus competitivos de sus compañeros para establecer una lucha por la titularidad que beneficie al equipo. Veremos qué sucede con Dembélé pero no hay duda de que hay que reactivar a Memphis e, incluso -aunque sean de dificil encaje en la idea futbolística de Xavi-, a Braithwaite y Luuk de Jong. Respecto a los jóvenes Abde y Jutglá que, recordémoslo, no pueden jugar en Europa, más de lo mismo. Esto es el fútbol profesional, es el Barça, y cada día se debería plantear el reto a cada futbolista de ser mejor que ayer. Solo así se llega a la cima. Y dicho esto, así de entrada, apostaríamos por Adama como extremo derecho; Ferran, de 9 y Auba, aprovechando el juego de Alba, de extremo izquierdo.

Acabamos como empezamos. Decíamos que Xavi debe poner las bases futbolísticas para el proyecto de futuro del Barça. Seguro que la mayoría de estos futbolistas no van a estar pero la historia debería hablar de ellos como los que iniciaron la resurrección. ¿Será así? Tiempo al tiempo.