Así se fichó a Coutinho: "Raúl, vámonos a Londres"

Albert Masnou

Albert Masnou

Neymar estaba titubeando ante las insistentes preguntas de sus compañeros, de su entrenador, de la secretaría técnica y de  los directivos que se desplazaron hasta Estados Unidos en el stage de pretemporada que el equipo celebraba el verano de 2017.

El Barça estaba alojado en un hotel de New Jersey para disputar un encuentro contra la Juventus (1-2) y los gestores no sacaban el trigo limpio de las intenciones reales de Neymar. Era días de pasillos, de nervios y de un montón de preguntas sin respuestas. Ni el farol que se marcó Piqué con el ‘Se queda’ sirvió para disipar dudas. Solo las acrecentó.

Nadie sabía lo que realmente pensaba el jugador brasileño. Y ante esta indefinición, el Barça tenía la necesidad de quitarle a Neymar su idea de la cabeza de irse. “¿Qué harás en Francia? Que es una liga menor, que nunca ganarás el balón de oro allí, que jugarás ante 20.000 aficionados, que no es la mejor idea para tu proyección internacional, que tu padre ya ha cobrado las comisiones de tu renovación...”. Ningún imput parecía hacerle reaccionar.

Y no era cuestión de quedarse parado sin tener una solución a este problemón porque una cosa es perder a un complemento del equipo de forma inesperada y la otra una pieza fundamental como era el brasileño.

Fue Robert Fernández, entonces secretario técnico, quien reaccionó antes que nadie sabiendo que su misión era lograr que Ernesto Valverde, desde hacía pocos días nuevo entrenador, tuviera un equipo capaz de aspirar a lo más alto. Con Neymar era una cosa y sin él otra. 

Así que Robert Fernández giró la mirada hacía Raúl Sanlehí, entonces ejecutivo del club y hombre clave en las operaciones de compra y venta de jugadores: “Raúl, prepárate que nos vamos a Londres”, le dijo.

Y el día siguiente, con Neymar aún dando vueltas entre el me quedo y el me voy, Robert Fernández y Raúl Sanllehí cogieron el avión con destino a Londres para reunirse de forma inmediata con el Liverpool. El objetivo no era otro que el de sentar las bases de la contratación de Coutinho, un jugador de la misma edad que Neymar y que consideraban que encajaría a la perfección en el estilo Barcelona. Creían que podría ser el recambio ideal ante la posible marcha de su compatriota.

Neymar, Bartomeu, Piqué y compañía se quedaron en Estados Unidos mientras que Robert y Sanllehí viajaron de incógnito a Inglaterra.

Nadie supo nada de esta viaje de urgencia que hizo que Robert Fernández no estuviera presente en las gradas de los dos estadios en los que jugó el Barcelona en la gira americana. Ni contra el Manchester en Washignton ni contra el Madrid en Miami.

Robert y Sanllehí se reunieron con el Liverpool para saber precio de Coutinho y para forzar el traspaso, una negociación que fue especialmente difícil porque los reds no estaban dispuesto a deshacerse de él. Solo se entiende que Coutinho sea hoy jugador del Barcelona si se tiene en cuenta este paso que se dio en el verano del 2017.

El Barcelona sembró entonces para recoger más adelante. El deseo hubiera sido poder fichar a Coutinho el verano de 2017 pero fue imposible porque el Liverpool no era un rival menor. Era un muro a derribar que solo cayó ante la insistencia del Barça fue posible este objetivo.