Los blaugrana continúan acumulando injusticias

El 'antivillarato' sigue funcionando

Una jornada más, los de Guardiola tuvieron que sobreponerse al acierto del rival y los fallos arbitrales

Tomàs Andreu

Ayer fue el turno de Iglesias Villanueva. Y el árbitro gallego tampoco estuvo afortunado durante los poco más de los noventa minutos que duró el encuentro. Una vez más, el colegiado de turno encargado de impartir justicia al Barça acumuló errores de bulto en su debe, de esos que hacen daño a la vista cuando suceden en directo y se repiten de forma insistente a través de la televisión.

Pero lo más increíble, aunque cada vez sorprenda menos visto el desenlace del campeonato, es que las pifias arbitrales castigaron al de siempre, al conjunto de Pep Guardiola. Iglesias Villanueva se comió uno de esos penalties clamorosos, una acción de Jefferson Montero sobre Andrés Iniesta que no puede albergar duda alguna ni justificación válida en base a posibles aglomeraciones de jugadores.

Lo de la posterior cartulina amarilla sobre el centrocampista culé fue la puntilla a una acción que es para echarse las manos a la cabeza. Es cierto que los goles posteriores de Alexis Sánchez y Leo Messi restaron trascendencia a la fatídica jugada, pero llueve sobre mojado y la mochila de errores arbitrales en contra de los intereses blaugrana pesa demasiado.

Al finalizar el encuentro, Iniesta no salía de su asombro al comentar la polémica acción de la segunda parte. “He visto muy claro el penalty y no sé qué habrá interpretado el árbitro. Afortunadamente esta acción no ha tenido trascendencia en el resultado final”, señaló. El futbolista tampoco quiso hacer sangre sobre la incomprensible tarjeta y se mostró esperanzado que al final quedará sin efecto. “Espero que me la puedan quitar. Me imagino que las imágenes hablan por si solas y se habrá visto que me han derribado, no me he tirado. No existe otra explicación”.

Lo de la teoría del Villarato y esas memeces hace tiempo que suena a broma, pesada por supuesto. Pero lo sufrido últimamente empieza a adquirir tintes surrealistas, y más si se compara con el eterno rival, el Real Madrid. El contraste en la jornada recién disputada refleja la realidad del actual campeonato. El `novato¿ Pérez Montero protegió y contribuyó de forma decisiva a que la escuadra de José Mourinho le diera la vuelta al marcador ¿penalty ignorado en el área madridista y ridículo fuera de juego en un mano a mano contra Casillas¿. En contrapartida, Iglesias Villanueva, hizo todo lo posible e imposible para que los blaugrana se dejaran como mínimo dos puntos en el Camp Nou.

Traduciendo los errores cometidos por los jueces en puntos virtuales, el Real Madrid puede `presumir¿ de haber sumado hasta siete puntos adicionales gracias a errores producto de los colegiados. Curioso dato ya que el Barça podría haber sumado idéntico bagaje si los árbitros no hubieran perjudicado directamente al equipo. Es decir, la clasificación de Primera de la Liga española daría un vuelco radical y la primera y segunda plaza se alternarían si no fuera por la incidencia directa del estamento arbitral.

Desquiciados

Pero volviendo a lo sucedido en el Camp Nou, Iglesias Villanueva superó uno de esos retos dignos de enmarcar en el álbum de las pesadillas de cualquier trencilla. En un mismo partido, de hecho en cuestión de pocos minutos de diferencia, logró algo insólito hasta la fecha: sacar de quicio a dos auténticos caballeros sobre un terreno de juego como son Andrés Iniesta y Leo Messi. Entre penaltis ignorados y errores de apreciación en la frontal del área bética, ambos futbolistas protestaron ostensiblemente las decisiones desafortunadas del colegiado. Más de uno en la grada se temió que el nerviosismo latente en el césped se pudiera traducir en una posible segunda amarilla, la consiguiente expulsión y un resultado final catastrófico.

La Liga roza su ecuador con dos actitudes absolutamente contrapuestas desde los banquillos del Real Madrid y Barça. José Mourinho, sus continuas quejas en el pasado, sus protestas habituales e incluso sus notas públicas contrastan frontalmente con las recientes declaraciones de Pep Guardiola. El técnico de Santpedor lamentó la poca fortuna que el Barça ha tenido con las últimas actuaciones arbitrales pero recordó que los escándalos posteriores y las posibles salidas de tono en declaraciones y ruedas de prensa no conducen a nada positivo y no se traducen en puntos reales en la clasificación. Dos maneras de entender el mundo del deporte que no se parecen en nada.

El empate de Cornellà-El Prat ya no tiene solución. El Barça se dejó dos puntos por culpa de un error arbitral en los minutos finales del encuentro. Lo de ayer sí pudo enmendarse gracias al acierto de Alexis y Leo Messi. Dos finales bien distintos pero que parten de un mismo error: cuesta Dios y ayuda señalar una pena máxima cada vez que los delanteros del Barça caen en las áreas rivales o se producen jugadas sospechosas. Otro dato irrefutable: los de Mourinho han lanzado siete penas máximas mientras que el Barça solo ha disfrutado de tres