Ansu: el peligroso regreso

Desde que se lesionó en Balaídos, hace 22 meses y medio, solo ha disputado 15 de los 45 partidos que ha habido, ninguno completo y un único de titular

Con el 31,2 por ciento de los minutos jugados es el segundo delantero menos utilizado por Xavi esta temporada, sólo por detrás de Memphis

Xavi Torres

Xavi Torres

Fue un amor a primera vista. Debutó con apenas 16 años y 298 días para convertirse en el segundo jugador más jóven de la historia del Barcelona, tras Vicenç Martínez -debutó en 1941-, y con su gol ante Osasuna una semana después registró otro récord de precocidad azulgrana. Su carisma y rendimiento le otorgaron el 10 de Messi tras el adiós del genial jugador argentino pero hoy la realidad de Ansumane Fati (31 de octubre de 2002) es muy distinta. Un rosario de lesiones ha hecho que todos, incluído él, duden de cómo va a ser su futuro en el Barça.

Tras una excelente temporada de debut en lo personal, Ansu cerró el ejercicio 2019-20 con ocho goles en 33 partidos pero habiendo vivido la destitución de su mentor, Ernesto Valverde, y el desastre de Lisboa ante el Bayern -derrota por 8 a 2-, con Quique Setién en el banquillo. La siguiente empezó bien con Ronald Koeman, titular con 17 años y conectado a Messi de manera espectacular. Sin embargo, tras 10 partidos, cinco goles y dos asistencias todo se fue al traste: ante el Betis se rompió el menisco interno de su rodilla izquierda y tuvo que pasar por el quirófano. Una, dos, tres y cuatro veces. Adiós a la temporada.

Regresó en la siguiente, la 2021-22, con la Liga ya empezada pero el 6 de noviembre, en Balaídos, se lesionó el isquio de su pierna izquierda y estuvo de baja dos meses. En su segundo ratito de vuelta, en Copa y ante el Athletic, otra vez el mismo bíceps femoral: iba a jugar apenas media hora pero la prórroga lo complicó todo. Ansu lloró. El barcelonismo entero, lloró. Un terrible mazazo que puso sobre la mesa la necesidad de pasar otra vez por el quirófano. Esta vez dijo no. Optó por un tratamiento conservador que le obligó a estar tres meses de baja antes de volver al equipo, ya con Koeman en casa y Xavi, en el Camp Nou.

El miedo a la recaída

Esta temporada Ansu solo ha sido titular en uno de los ocho partidos, en el estreno de la Liga de Campeones contra el Viktoria Plsen. En los otros siete siempre ha disfrutado de un rato pero saliendo desde el banquillo y jugando, como máximo, media hora. En total, 225, un 31'2% de los minutos de la temporada. Entre los delanteros, el segundo menos utilizado por Xavi, por detrás de Lewandowski (87'5%), Dembélé (77%), Raphinha (55'6%) y Ferran (31'3) y solamente por delante de Memphis (18'1%).

¿Por qué juega tan poco? ¿Es mala su actitud en los entrenos? Rotundamente, no. ¿No entiende la idea del entrenador? Tampoco. El cuerpo técnico está contento con su trabajo pero ahora mismo existen algunos elementos que impiden que Ansu sea titular y el primero tiene que ver, precisamente, con las lesiones y la larga inactividad ya comentada. Atención a los datos: desde su lesión en el campo del Celta, hace 22 meses y medio (casi dos años), solo ha podido jugar quince de los 45 partidos que ha habido, y solo uno como titular -el citado de esta temporada, contra el Viktoria-. Y, para completar la información, ninguno completo. En estos momentos, con el partido de San Mamés -el de la recaída- en la memoria de todos, la prudencia es máxima y nadie en el club quiere tomar riesgos con la readaptación de Ansu a la alta competición.

El peligroso regreso

La lesión de isquiotibiales es muy frecuente en actividades que implican esprintar o aceleraciones rápidas y Ansu, como cualquiera de sus compañeros, debe enfrentarse a ellas. El club está trabajando con programas preventivos e incluso, en esta pausa sin partidos, ha planteado un trabajo específico concreto para él. Como las lesiones en esta musculatura isquiotibial son multifactoriales hay que atender a todos ellos para tratar de minimizar el riesgo de la lesión.

El primer factor importante sobre el que están actuando es la fuerza, buscando ejercicios que impacten sobre la zona lesionada con trabajo isoinercial -o sea, tanto de contracción como de estiramiento del músculo- utilizando la polea cónica y, también, entrenos específicos de toda la cadena posterior de músculos y articulaciones -cadera, tobillo y pie-, básicos en la propulsión. El segundo es la carga de entrenamiento en el campo para intentar que el jugador tenga una concentración mental y fisiológica muy elevada, reproduciendo los esfuerzos que va a realizar durante los partidos según el modelo de juego -no es lo mismo ser delantero centro del Barcelona que del Getafe, por ejemplo-. El tercer factor sobre el que incide Iván Torres y el resto de los preparadores físicos es en la carrera a alta velocidad, una característica fundamental de los delanteros ya que con frecuencia preceden a los goles y a otras acciones decisivas. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las lesiones de isquiotibiales (57%) ocurren durante acciones de sprint de alta velocidad que, por cierto, se suelen trabajar -cuando se puede, según el calendario de competición- dos y tres días antes de los partidos.

Otros factores importantes son la atención médica y fisioterapia, la nutrición y la recuperación post-partido que como estamos pudiendo observar muchas veces empieza sobre el propio césped una vez ha finalizado el encuentro y la gente se ha marchado ya del estadio. Luego, estiramientos, inmersión en agua fría y, por supuesto, mucho descanso. Un GPS marca su estado.