Ansu Fati se regala a sí mismo un gran partido

¡Atención al caño de Ansu Fati! Laguardia aún está buscando el balón

Toni Frieros

Toni Frieros

Ansu Fati está creciendo a pasos agigantados hacia ese peldaño reservado únicamente a esos jugadores tocados por una varita mágica. A su insultante precocidad le estaba faltando cierta regularidad y parece que la está consiguiendo semana tras semana. Este sábado, en Mendizorroza, ante un aguerrido y ordenado Alavés, el joven canterano del Barça se hizo un regalo a sí mismo el día que cumplía 18 años. 

Hace tiempo que Ansu alcanzó la mayoría de edad como futbolista, por su descaro, valentía y rendimiento. Todas esas virtudes las exhibió en Vitoria, refrendando que estamos delante de un futbolista distinto.

Empezó, como el Barça, frío, sin tocar balón y perdiéndolo en su primera incursión en la portería de Pacheco. No se arredró ni se vino abajo, ni siquiera cuando a los doce minutos, después de un extraordinario pase de Lenglet, no supo definir ante la salida del meta vitoriano.Cruzó en exceso el balón cuando lo tenía todo para abrir el marcador. En el primer tiempo conectó muy bien tanto con Griezmann como con Messi, a quienes, con sendas paredes, habilitó para disparar a puerta del Alavés.

Si en ese primer periodo estuvo bien, en el segundo que convirtió en un verdadero cuchillo para los locales. Rápido, intuitivo, siempre que tuvo el balón en sus pies creó el caos en la defensa local, con ese uno contra uno tan característico suyo. Se atrevió, incluso, a tirar un caño dentro del área y provocó que hasta cuatro rivales fueran a pararle. Su trabajo, presión y motivación provocó que el Alavés perdiera el esférico al borde del área que aprovechó Griezmann para igualar la contienda.

Un minuto antes de ser sustituido por Braithwaite, lanzó un fuerte disparo que Pacheco despejó con apuros. Fati volvió a dejar la impronta de lo que es: un jugador diferente que ya está haciendo historia. Y solo tiene 18 años recién cumplidos.