Ansu Fati mostró chispa y atrevimiento en su 'regreso'

La inesperada irrupción de Ansu Fati en el once del Barça levantó grandes expectativas y lo cierto es que no decepcionó. El '10' se mostró atrevido y dinámico en la que fue su segunda titularidad del curso, exhibiendo 'chispa' y frescura pese al nulo ritmo competitivo que acumulaba.

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Ubicado en el costado izquierdo, donde suele actuar Raphinha, Ansu empezó el encuentro pidiendo el cuero y moviéndose bien entre líneas, pisando área cada dos por tres e incluso intentando varios disparos. De hecho, en una acción recibió dentro de la zona de castigo pero su remate con la izquierda se marchó fuera por poco. Después, su disparo lejano con la zurda se marchó por encima del larguero.

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Más allá de la cuota de acierto que le faltó en la definición, Ansu transmitió buenas sensaciones y, sobre todo, un estado de ánimo de motivación y ganas de reivindicarse. Osado, Ansu no dejó de jugarse situaciones de uno contra uno y, además, se asoció con buen 'feeling tanto con Héctor Fort, lateral en su costado, como con Olmo y Lamine.

El Mallorca se aculó atrás con sus tres centrales y dos carrileros, generando un guion de partido que también favorecía el tipo de juego de Ansu, hoy en día más en versión atacante de área que de extremo de ida y vuelta como sí era años atrás.

Cordialidad con Flick

Tras el descanso, Fati se mantuvo enérgico y con ganas de protagonismo. Su nuevo remate tierno lo atajó fácil Leo Román. Esa sería su última acción destacable antes de ser sustituido pasada la hora de juego. Con un rostro a medio camino entre la seriedad y el orgullo -su actuación fue más que correcta-, el '10' dejó su sitio a Raphinha y se saludó con Hansi Flick con total corrección pero sin ninguna dosis extra de cariño.

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Ansu anhelaba una gran noche a nivel individual para poder reivindicarse, a poder ser, con un gol que le ayudara a escalar puestos en la rotación de Flick. Pese a no lograr su objetivo, sí se puede considerar que lo exhibido por Fati durante los 60 minutos es, esta vez sí, un punto de inflexión al que agarrarse para crecer. La duda ahora es qué rol le espera al atacante de aquí a final de temporada. ¿Volverá a tener minutos de calidad?