Año I después de Roma

El FC Barcelona preparó el partido ante el Manchester United en Old Trafford

 El Barça preparó el choque de Champions ante el Manchester United en el césped de Old Trafford / EFE

Didac Peyret

Los momentos de mi vida en los que he mejorado tienen que ver con el fracaso; los momentos de mi vida en los que he empeorado tienen que ver con el éxito. El éxito engaña, nos vuelve peores [...] el fracaso es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones”.

El discurso es de Marcelo Bielsa y está estampado en la pared del despacho de Guardiola, el técnico que entrena el gran rival del United. La lección, la aprendió el Barça, hoy hace justo un año, en el Olímpico de Roma. Ese día el Barça se despidió de la Champions en cuartos, como viene ocurriendo los últimos años. Una espina clavada en el corazón del barcelonismo, que se pregunta cómo es posible que con el mejor de la historia en sus filas, su equipo haya perdido peso en la competición. Esta vez, para alivio del culé, el Madrid se desplomó ante el Ajax. Un fantasma menos para seguir adelante en la competición más añorada. “La copa más linda”, como definió Messi la Orejuda en la presentación del curso.

A su ambición incontestable y a su talento descomunal se aferra el equipo para hacer algo grande esta temporada. Un camino que se presenta resbaladizo desde hoy mismo. Porque el Barça se la juega en Old Trafford. Frente a un equipo que le trae buenos recuerdos -le ganó dos finales de Champions- pero en un escenario imponente y ante un rival que ha recuperado la moral.

El nuevo United

El United de Pogba, de Solskjaer, un tipo con estrella, y de futbolistas como Lukaku que parecen hechos de hormigón. Un equipo al que no hace muchas semanas los rivales le cantaban: “park the bus, park the bus Man United”, por el sello defensivo de Mourinho. Pero que desde la llegada del técnico noruego vuelve a jugar con alegría. En Inglaterra no han tardado en dar el papel de favorito al Barça, a pesar de la memorable remontada del United ante el PSG. Los jugadores miran con admiración a Messi, temen a Suárez y han conocido la mejor versión de Coutinho. Pero también conocen el historial reciente del Barça en la Champions. “No es imposible parar a Messi”, avisó ayer Solskjaer. 

Con las horas crece la sensación de que el noruego podría ser más conservador de lo previsto y apostar por tres centrales, un sistema que esta temporada ha incomodado al Barça. En el conjunto azulgrana no habrá cambios. Y son muchos los que esperan que, esta vez, Suárez rompa su mala racha fuera de casa en la competición. El momento parece propicio, porque en los últimas semanas ha mostrado un nivel formidable. 

Piqué, en su segunda casa

El central apareció ayer en la rueda de prensa con un semblante más serio que de costumbre. De vuelta a Manchester, reconoció locuras de juventud y conocer bien la cultura inglesa. “Para ellos la Premier es igual o más importante que la Champions”. Una reflexión que puede escandalizar a más de un aficionado español. Pero que va a misa para los aficionados del United. “Aquí hay una rivalidad muy fuerte con equipos como el City. Disfrutamos muchos de eso y se celebran más las victorias”, reconocen trabajadores del club inglés. 

Nada raro porque Manchester sigue siendo una ciudad tradicional que reivindica lo local a los cuatro vientos. El club venera a sus leyendas (la sala de prensa es un homenaje a los jugadores que, como Best, Cantona o Beckham, han hecho historia con el dorsal 7).

En sus pubs se sigue escuchando Oasis, New Order y Stones Roses. Y, por supuesto, los aficionados de los ‘red devils’ presumen de estadio. Hoy en Old Trafford al Barça le espera un ambiente abrumador. También una lucha contra sus demonios. Lo sabe Piqué, que insiste que llegan con la lección aprendida. “Te caes y te levantas; estas cosas pasan en la vida. Seguro que este año tendremos más cuidado”.