Aniversario Messi: 34 años, una vida de récords y una renovación pendiente

Lionel Messi cumple hoy 34 años a seis días de terminar su contrato con el Barça, pero más cerca del club de su vida que hace un año. Parece que haya pasado una eternidad, pero en junio de 2020 el equipo fue pisoteado por el Bayern y, un mes más tarde, Leo envió un burofax al club para decir que se iba. 

Lo resumió así en la famosa entrevista a Jordi Évole. “Llegó un momento que yo pensaba que había cumplido un ciclo, que necesitaba un cambio, que mi cabeza necesitaba salir de todo esto, por los líos que había en el club en ese momento, por lo que se venía”.

En ese momento sentía que no había marcha atrás: ni creía a Bartomeu, ni creía en el proyecto deportivo, ni tenía ganas de sentirse un extraño en un vestuario que, cada vez sentía más ajeno con la salida de jugadores como Suárez o Vidal.

Para que a estas alturas de 2021 se dé casi por hecha su renovación -se espera que sea oficial más pronto que tarde- han tenido que intervenir varios factores. Pero el principal ha sido conectarlo de nuevo al club. Volver a sentirse en casa. Lo explicó Laporta recientemente en ‘La Vanguardia’.

“Lo primero que pide es cariño, estar cómodo y a gusto. Volver a sonreír y pasarlo bien. Ganar y ver que puede ganar. Eso es lo único. Está poniendo mucho de su parte porque sabe del esfuerzo importantísimo que estamos haciendo”.

El presidente está cuidando al argentino. La llegada de un futbolista como Aguero atiende a esa necesidad de sentirse acompañado en el vestuario. Algo que hace apenas unos meses no terminaba de encontrar. 

“Me costó, no estaba en el lugar donde quería estar, me costó adaptarme al vestuario porque hay mucha gente nueva, de los que me rodeaban no queda nadie o pocos, hay muchas gente de fuera, pocos de casa, somos diferentes culturas, somos todos diferentes”. 

Messi alcanza los 50 goles de falta

Laporta sabía que fichar al Kun era acercar a Messi al Barça. También jugaba a favor la renovación de Koeman, un técnico con el que se ha sentido cómodo todos estos meses. El mismo que tuvo paciencia con él cuando no terminaba de arrancar la temporada pasada.

“Ronald nos dio una seriedad y una idea de lo que pretende y lo que quiere para su equipo y lo que quiere para el club. Creo fue un acierto y que está haciendo las cosas bien”, señaló Messi el pasado mes de diciembre.

Con Koeman en el banquillo, el argentino fue rencontrándose hasta ser el de siempre. Y con esa versión de Messi -38 goles en 47 partidos entre todas las competiciones- el Barça terminó compitiendo por el doblete y ganando la Copa. 

En una temporada alejado de la zona de confort, el argentino tuvo que abrirse a otras compañías. A sociedades menos exploradas como Pedri, Dembélé o incluso Griezmann, jugadores a los que, sin Suárez en el Barça, tuvo que recurrir para poder hacer su juego. Porque este Messi, que sigue siendo la arma más competitiva de LaLiga, es un futbolista que ya no recurre tanto a la jugada individual.

Que se nutre de paredes para llegar a la portería y necesita de futbolistas que sepan interpretar su juego. Ninguno, esta temporada como Pedri, un futbolista que pareció devolverle la ilusión, un talento capaz de potenciar a Messi como otros socios ilustres en su momento como Alves, Xavi, Iniesta o Suárez. 

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Messi ha vivido una temporada que terminó con decepción (el equipo se vino abajo en los últimos partidos del campeonato), pero que dejo buenas noticias para el futuro a corto plazo. Y en ese futuro al que Laporta llamó cambio de ciclo el club quiere que esté Messi.

Un Barça con los Pedri, Ansu Fati, Ilaix, Riqui Puig, Eric Garcia y Depay, pero también con Messi, que debe seguir siendo la máxima referencia. Ya lo dijo Koeman: el equipo no puede renunciar a los más de 30 goles de Messi por temporada.

Para lograr su continuidad lo que el Barça ofrece al argentino no es un contrato cualquiera. Es un proyecto de vida basado en la relación deportiva y económica que todo futbolista tiene con su club, pero a la que, en el caso de Leo, hay que añadir la vertiente sentimental.

Messi signaría por dos temporadas, que se le pagarían en cinco. El argentino seguiría vinculado al club en el futuro y, después de esas dos temporadas, una de las opciones sería jugar en la MLS. Una etapa en la que ejercería de embajador del Barcelona. 

El argentino está muy pendiente de las noticias que llegan en forma de entradas y salidas del club. Laporta asegura que lo ve “ilusionado” con la próxima temporada. Una temporada en la que se espera que haya público en los estadios, pero la gran preocupación de Messi es ser competitivos.

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Su gran ilusión es poder volver a ganar una Champions. Pero sobre todo sentir que puede competir con los mejores, una sensación que ha ido perdiendo, sobre todo en Europa.

Cumplidos los 34, Messi encara la recta final de su carrera con la ambición de despedirse a lo grande y una gratitud infinita. Ya lo dijo en el programa de Évole hace unos meses.

“Es una historia de amor con el club y la ciudad desde muy chiquito. Termine como termine no tiene por qué manchar lo que se vivió en toda mi carrera”.