Alves 39: Un viaje a los orígenes del baiano

Para aguantar más de dos décadas al máximo nivel, más allá de dotes tan apreciadas como el liderazgo y el aportar experiencia al vestuario, hay que tener una mentalidad competitiva y un físico privilegiados. Dani Alves cumple hoy 39 años. Desde que Xavi lo llamó a filas para unirse a su proyecto, el de Juazeiro ha conseguido convertirse en el más veterano de la historia del Barça en jugar un partido oficial y en marcar.

Aprovechando su cumpleaños, en SPORT nos sumergimos en sus inicios. Y, para ello, charlamos con Marcelo Chamusca, figura clave en su debut como profesional. “Cuando llegué al Bahia Daniel ya estaba en el club. Yo dirigía al sub’20 y él estaba en una categoría inferior, en el sub’17. Nada más verlo ya le pedí a su entrenador que entrenara conmigo. Siempre fue un jugador prematuro,”. Chamusca se cruzó con Dani hace un par de años. Él entrenaba al Fortaleza y Dani jugaba en el Sao Paulo. Un reencuentro muy emotivo (el jugador le dedicó un mensaje en sus redes) “Me sentí muy feliz, muy emocionado. Fue muy especial. Los dos casi lloramos, hacía mucho que no nos veíamos. Reencontrarnos en el campo, como adversarios. Me dio su camiseta después del partido, siempre lo recordaré”. 

PRIMERA IMPRESIÓN

“Siempre confié mucho en Dani. No era muy fuerte, no tenía mucha masa muscular. Eso sí, no paraba de correr, atacaba y defendía sin parar. Ya era un jugador al que le gustaba mucho jugar por dentro. Organizaba bien el juego. Tanto que en la época colocaba a un volante que también hacía la función de defensa para liberarlo”, añade Chamusca, que fue el que lo bendijo ante Evaristo de Macedo (ex del Barça y por aquel entonces primer entrenador del conjunto baiano). “Me pidió informes sobre Alves y le aconsejé totalmente que lo subiera. Obviamente, para poder jugar con el primer equipo del Bahía necesitas tener mucha personalidad. Hay mucha presión. Yo lo avalé”.

UN ESTRENO INESPERADO

Sobre ese estreno como profesional nos arroja luz Márcio, excompañero de Alves en el sub’20 del Bahía y que compartía también piso con él: “Es curiosa la forma cómo llegó a profesional. Porque recuerdo que estábamos listos para salir de viaje a jugar un partido fuera del estado de Bahía con el sub’20. En el mismo autobús recibió un mensaje diciendo que se tenía que quedar en Salvador para completar el entrenamiento del primer equipo”, narra el exportero.

“Era un viernes. Recuerdo que al principio no se lo tomó muy bien porque esas competiciones de categorías eran muy importantes. Y quedarse solo para entrenar no era lo más apetecible. Pero entrenó tan bien y dejó tan impresionado al técnico que ese mismo fin de semana se estrenó como profesional con el Bahía. Ganaron y a partir de ahí se quedó fijo, no volvió más con el sub’20. Ahí empezó a forjar su camino en la élite. Perdimos a un compañero, pero el mundo ganó a Daniel Alves”. 

LA MEJOR INVERSIÓN

El lateral estaba cedido por el Juazeiro con una opción de compra: “Yo presioné al club y lo avalé para que hiciera efectiva la compra. El valor era de unos 10.000 reales, algo muy por debajo de su nivel. Me acuerdo que ganamos muchas competiciones, incluso fuera de Brasil. En Francia, en un torneo en Marsella. Eso fue en 2001 y varios clubes europeos ya se interesaron por él. No paraban de llamarme”. Ganó su primer título (la Copa Nordeste) y poco después daría el gran paso. El Bahía, con problemas financieros, lo cedió al Sevilla dos años. Su irrupción fue tal que el club hispalense apenas tardó unos meses en comprarlo.