Alrededor de 14.000 personas despiden a Quini

Emotivo último adiós a Quini

Emotivo último adiós a Quini / EFE

Xavi Canals

El Molinón registró el mayor lleno de su historia para despedir al ídolo más grande que ha defendido nunca la zamarra rojiblanca del Sporting.

Alrededor de 14.000 personas dijeron adiós a Enrique Castro ‘Quini’ en una noche muy emotiva para todo el sportinguismo.

El “Ahora, Quini, ahora” que tantas veces atronó en el templo gijonés, volvió a sonar ayer cuando el féretro de Quini abandonaba el césped, una vez concluída la ceremonia oficiada por el eterno capellán del Sporting, Fernando Fueyo.

El sacerdote hizo florecer las lágrimas y los aplausos cuando en un momento de su homilía sentenció: “Se le rompió el corazón de lo grande que lo tenía”.

Gijón se volcó en el homenaje a Quini desde el minuto uno y el Ayuntamiento decretó a primera hora de ayer tres días de luto en toda la ciudad.

Nada más conocerse la noticia de su muerte –la noche del martes–, cientos de aficionados se congregaron en los aledaños de El Molinón para recordar su figura.

El club habilitó un altar en la puerta ‘9’ del estadio, que rápidamente se llenó de camisetas rojiblancas, bufandas, banderas de Asturias y velas encendidas.

Coronando todos estos presentes, dos pancartas que rezaban: ‘Eterno Brujo’ y ‘A tus pies’. La capilla ardiente también estaba repleta de flores y otra leyenda: ‘Gracias, Brujo’.

Un buen números de personas se agolpagan a la entrada de la capilla ardiente esperando su apertura, para recibir con una cerrada ovación el cuerpo de Quini.

Las colas de aficionados que acudieron a dar el último adiós a su ídolo se eternizaron durante las ocho horas que la capilla ardiente tuvo abiertas sus puertas.

En algunos momentos, la afluencia fue de 3.000 personas por hora y la cola daba la vuelta al estadio.

No faltó nadie a tan señalada y triste cita. Desde el secretario de Estado para el Deporte, José Ramon Lete, al presidente en funciones de la RFEF, José Luis Larrea, pasando por todas las autoridades de asturias y representación de la inmensa mayoría de clubs de Primera y Segunda División.

Las plantilla del primer equipo y del filial del Sporting, acudieron en bloque a la capilla ardiente y luego al funeral. El club anuló los entrenamientos de todos los equipos.

El momento más emotivo de la jornada fue cuando el féretro de Quini entró en El Molinón portado por exfutbolistas históricos del Sporting, algunos excompañeros, como José Maunel Nova, Miguel Montes, Jiménez, Cundi, Joaquín, Maceda, Esteban, Espinosa, Eloy, Redondo, Uría,David, Claudio o Ablanedo, junto Dani, excompañero mítico de Quini en la selección española.

El Molinón se vino abajo. Su mujer Mari Nieves, sus hijos Lorena, Jorge, Enrique y Óscar, y su hermano Rafael asistían al cariño de todo el sportinguismo desde un lugar privilegiado, el banquillo del Sporting.

El césped de El Molinón se llenó de flores y cuando el coche fúnebre salió del estadio con el féretro, los aplausos atronaron, junto a cánticos como “se nota, se siente, Quini está presente” y “adiós, querido Quini, adiós”, emulando el tono del “ahora, Quini, Ahora”. Los gritos de “Sporting, Sporting”, también resonaron durante la ceremonia.

El cuerpo de Quini será enterrado hoy en el cementerio de La Carriona de Avilés, en un acto que será íntimo, a petición de la familia.