Algo se rompe en el vestuario del Barça

El Barcelona regresa a los entrenamientos todavía sin internacionales

El Barcelona regresa a los entrenamientos todavía sin internacionales / Efe

Jordi Gil

Jordi Gil

El vestuario del FCBarcelona vive días de incertidumbre por la iniciativa emprendida por el club de ajustar sus contratos como consecuencia de la crisis económica derivada de la pandemia del Covid-19. La falta de una sintonía con la directiva que comanda Josep Maria Bartomeu ha impedido una actuación conjunta, como por ejemplo pasó con el Real Madrid donde los futbolistas acordaron una rebaja del diez por ciento con Florentino Pérez. El Barça está negociando de forma individual y valora la naturaleza particular de cada situación.

Ello ha llevado a que en el vestuario existan diversos puntos de vista de cómo reaccionar ante la propuesta del club. De entrada, la mayoría de futbolistas acordaron que no podían entrar en la mesa de negociación junto a los trabajadores del FCBarcelona al tratarse de casos absolutamente distintos. Además, la falta de confianza con la actual directiva hacía que no se fiaran de la composición de la mesa con la inclusión de figuras favorables a los intereses del club.

Renovaciones

Los futbolistas comunicaron que no entrarían en la mesa a través de un  burofax en el que faltaron tres firmas de la primera plantilla:Ter Stegen, Lenglet y De Jong. Tampoco estaban las de los nuevos fichajes, Pjanic y Dest, porque ya negociaron sus contratos en el marco de la pandemia.

Estos tres jugadores decidieron seguir su propio camino y fueron consecuentes renovando sus contratos. En una parte del vestuario, en cambio, sí que sorprendió la actitud de uno de los capitanes, Gerard Piqué, de firmar el documento, pero ampliar su vinculación con el Barça.

‘Timing’ del club

El club era consciente de que el anuncio de las cuatro ampliaciones de contrato causarían cierta discordia en la caseta y prefirió dejarlo para después del partido ante el Ferencvaros con el objetivo de que el equipo solo estuviera centrado en el juego.

Las ampliaciones se llevaron a cabo mientras otras conversaciones siguen su curso, algunas se han roto y las hay que ni tan siquiera se han iniciado. En el vestuario cada futbolista está siguiendo su camino o “haciendo la guerra por su cuenta”, como se apunta de forma interna.

En el caso de Piqué, a algunos futbolistas les extrañó que fuera de los primeros en renovar cuando, además de firmar el burofax, ha liderado otras reivindicaciones, como la reclamación de los derechos de imagen del documental ‘Match Day’.

Incógnitas

Más allá de consideraciones personales, entre los asesores de los futbolistas también existen dudas sobre el marco legal de los nuevos contratos. El abono en años posteriores de las cantidades que ahora se restan abre incógnitas. “¿Y si la nueva junta no considera válidas estas renovaciones?”, es una de las cuestiones que planea. Nadie olvida que en apenas diez días se votará probablemente una moción de censura y la llegada de una nueva directiva estaría próxima. La junta entrante deberá analizar los puntos de estos contratos y valorar si la carga añadida para los siguientes ejercicios tiene total validez.

En este supuesto, en algunos entornos de los jugadores también se ha deslizado el componente ético de firmar un contrato que hipoteca un mandato de seis años. Tanto por el componente económico como deportivo. “Si ahora renovamos, pero el entrenador del próximo proyecto no cuenta con nosotros, ¿qué pasa?”. Es otra de las reflexiones que están pesando.

En un vestuario con 24 jugadores profesionales, junto con los del filial, los puntos de vista son muy diversos. El nulo ‘feeling’ con Bartomeu y la forma de actuar de los ejecutivos barcelonistas ha potenciado la disparidad de criterios. Cada futbolista ha respondido de forma individual a la propuesta del club y las renovaciones van camino de anunciarse a cuentagotas, como ocurrió con las cuatro primeras de la noche del martes.

Ejemplo de la 'Bomba' Navarro

Incluso, con algunos futbolistas más veteranos no se descarta que se pacte una vinculación que se extienda más allá del final de sus carreras. Es decir, el club garantizaría un pago de cantidades una vez se hayan retirado, manteniendo algún cargo. Al estilo de la ‘Bomba’Navarro en el baloncesto.