Alexia Putellas da un repaso a su vida

La jugadora del Barcelona publica una carta íntima y personal en la que desgrana su trayectoria deportiva

"Mi carrera futbolística empezó con una mentirijilla. Mi familia tuvo que hacer un poco de trampa para que yo pudiera fichar por mi primer equipo con ocho años"

Alexia Putellas

Alexia Putellas

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Alexia Putellas ha hecho balance de su vida y, sobre todo, de los últimos meses a través de una muy íntima y personal carta publicada en The Players' Tribune. En ella da detalles de su trayectoria como jugadora y de lo que ha supuesto ser nominada como la mejor jugadora del mundo.

La noche del Balón de Oro todavía la tengo borrosa en mi cabeza. Por un momento, estoy dejando el entreno con la selección española, después estoy viajando en un avión privado hacia París y, de repente, Kylian Mbappe me está haciendo entrega del trofeo. Hecho un vistazo a ese precioso teatro y en las primeras filas veo a mi familia y a Leo Messi! Fue una noche histórica no solo para mi sino también para las otras compañeras del Barça nominadas, cuatro de las cuales somos españolas.

La jugadora del Barcelona admite que su vida ha dado un vuelco: "La fama es algo más con lo que tienes que convivir. Mi vida ha cambiado durante el último año y todavía está cambiando pero yo sólo me centro en lo que tengo que hacer cada día. El resto no me interesa".

Reconoce que ya desde muy pequeña tenía claro que quería ser futbolista: "Solía escuchar cosas como "Esta chica tiene algo...Es especial". Pero nunca le dediqué atención. Solo quería jugar. Cuando fuera y dónde fuera, jugaba siempre. Jugaba tanto en la calle que acababa con las piernas llenas de moratones y mi madre me decía "Vale, tendremos que llevarte a algún club de fútbol por el bien de tus piernas!".

Mi carrera futbolística empezó con una mentirijilla. Mi familia me llevó a Sabadell porque una tenían a una amiga que jugaba en el equipo. Yo tenía siete años y la edad mínima para jugar era de ocho años, por lo que mi familia tuvo que hacer un poco de trampa para que yo pudiera fichar. Recuerdo que, después de trabajar, se turnaban para llevarme a entrenar en un viaje de media hora.

El Barça creyó en el equipo femenino. Cuando volví al club en 2012, estuvimos unas cuantas temporadas sin ganar nada. No dábamos el nivel. Pero el Barça, en vez de revisar su apuesta, la dobló. Incluso cuando los resultados no eran inmediatos, el club se comprometió con el proyecto. Sabían que se necesita tiempo para llegar al éxito.

Recuerda la derrota ante el Olympique de Lyon como un punto de inflexión: "Que el Lyon nos aplastara en la final de la Champions de 2019 nos fue bien. De hecho, fue uno de los momentos más importantes en nuestro trayectoria. Fue mérito del Lyon, estaban en otro nivel. Ni siquiera nos pudimos acercar a su nivel en Budapest pero en ningún momento sentimos que hubiéramos fracasado. Parece raro decirlo después de una derrota pero me sentía en paz conmigo misma. Era como si hubiéramos visto que “O sea, que este es el nivel, no?”. El camino estaba claro y supimos que nos teníamos que poner manos a la obra". 

Alexia dice también que no se ve en otro club que no sea el Barça: "Soy adicta a la presión. Siempre me ha gustado ganar y he odiado perder. Incluso cuando era una niña, necesitaba que hubiera algo en juego. Pero, después de 10 años en el Barça? Bueno, interiorizas los valores del club…y, si no lo haces, no duras mucho aquí. Sabes que tienes que ganar todos y cada uno de los partidos. No hay más. No me puedo imaginar jugando en un club que no tengas unas aspiraciones tan altas. No sé si podría rendir".

Cuando me retire, me pondré la camiseta y la bufanda y volveré a montarme en ese bus de la Penya Barcelonista de Mollet –el mismo en el que me montaba de niña– para ir a ver a la siguiente generación de niños y niñas que jueguen para el club de mis amores.