Aleñá, víctima de una paradoja existencial

Carles Aleñá ya está en Sevilla

Así ha sido la llegada de Carles Aleñá a la capital andaluza / @BetisarmyTW

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Carles Aleñá, antes de dar el sí al Betis, hacer las maletas y poner rumbo hacia Sevilla, jugó 260 minutos en el Barça, 170 en LaLiga y 90 en la Champions. Desde que llegó a finales de diciembre al Benito Villamarín, ya acumula 433 minutos. Objetivo cumplido en cuanto a tener mayor protagonismo: 223 en LaLiga y 210 en la Copa del Rey. Rubi, poco a poco, va integrándole al equipo.

Después de 15 años formándose en el Barça, esta noche se medirá por primera vez al conjunto blaugrana. No será un partido fácil de gestionar a nivel emocional, pero Aleñá se ha preparado toda la vida para convertirse en profesional y, ahora, se debe al Betis. De hecho, el partido esconde una paradoja existencial importante para el futbolista. Y es que los de Rubi pueden poner su granito de arena para que el conjunto blaugrana se aleje un poquito más del título liguero o, lo que es lo mismo, Carles Aleñá puede colaborar directamente en alejarse a sí mismo de ganar LaLiga. El de Mataró, por haber jugado con la camiseta blaugrana, también contaría en su palmarés con el trofeo pese a acabar la temporada en Sevilla.

Algo parecido le pasó a Leo Baptistao, pero de forma mucho más cruel. La temporada 2013-3014 jugó en el Atlético de Madrid y también en el Betis. Ese año los colchoneros fueron campeones de Liga y el Betis bajó a Segunda División. El brasileño fue protagonista en ambos casos. El Betis lucha por objetivos mucho más ambiciosos que salvarse del descenso, pero no deja de ser curioso que, gracias al negocio del fútbol, un futbolista luche por empobrecer su propio palmarés de títulos. 

UN ATERRIZAJE ACCIDENTADO

La llegada de Carles Aleñá al Benito Villamarín estuvo rodeada de mucha polémica. El jugador concedió una entrevista a la Cadena Ser en la que realizó dos declaraciones controvertidas. Por un lado, se declaró, pese a llevar pocas horas como bético, “antisevillista”, algo que no gustó a la afición rojiblanca, que le atacó en las redes hasta el punto de verse obligado a cerrar su cuenta de Twitter. Por el otro, pese a haber crecido en La Masia, no cerró la puerta al Real Madrid:“El fútbol da muchas vueltas. Yo soy del Barça toda mi vida, pero siempre me han enseñado que nunca digas nunca”.