Aleñá salva al Barcelona del ridículo ante el Hércules

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Carles Aleñá fue el gran triunfador del partido disputado en el Rico Pérez ante el Hércules en Alicante. El de Mataró marcó un golazo con un disparo espectacular con la zurda que igualó un partido en el que los de Tevenet se habían adelantado con un gol de Mainz. Aleñá salvó al Barcelona de un tropiezo preocupante en un partido en el que los de Luis Enrique no jugaron un buen partido.

Luis Enrique hizo debutar desde el inicio a Borja López, Carbonell (repitió de pivote como en la Supercopa de Catalunya ante el Espanyol) y Aleñá, que acompañaron a un equipo plagado de no habituales cuya misión, más allá de lograr un buen resultado, era reivindicarse. Como Aleix Vidal, Arda, Rafinha y, sobre todo, Alcácer. Umtiti salió de inicio para ganar minutos de cara al clásico. Lo hizo por la derecha para acompañar a Borja López, zurdo, en el eje de la defensa. 

El Barcelona arrancó enérgico, con la intención de sorprender al Hércules desde el inicio moviendo el balón con velocidad. Pronto se igualaron las fuerzas y los alicantinos se mostraron ordenados ante un conjunto blaugrana impreciso. Un error de Umtiti a los cuatro minutos provocó la primera salida a la contra de los de Tevenet. Alcácer, muy dubitativo durante el primer tiempo, provocó una falta muy peligrosa al borde del área que él mismo usó para probar a Ivan Buigues por primera vez. 

Digne lo intentaba por la banda zurda con varios centros que nunca encontraron rematador. En la derecha, Aleix Vidal fue uno de los futbolistas más incisivos y con las ideas más claras. Sus subidas crearon poco peligro, pero el de Puigpelat era todo voluntad. Rafinha y Aleñá no acababan de encontrarse cómodos, algo que hizo que la circulación no fuera del todo fluida. Alcácer ganó bien la posición sobre su defensor a la media hora, aunque fue poco preciso en su remate ante Buigues. 

El Hércules lo probó en la siguiente jugada con un disparo muy lejano de Omgba que intentó sorprender a Cillessen. El balón salió fuera. Gaspar, el hombre más peligroso de los alicantinos, recibió un balón en la frontal en la jugada más elaborada de su equipo en el 31. El Hércules se mostraba valiente. A diez minutos para el descanso, un servicio de falta de Denis lo remató Borja López fuera. La réplica fue el cabezazo de Rojas que acabó a manos de Cillessen. La última fue un córner favorable a los alicantinos que acabó en nada.

La falta de fluidez y precisión en el Barcelona hizo, poco a poco, crecerse a un Hércules que salió tras el descanso con un plus más de agresividad que sorprendió a los blaugrana. La tuvo primero Gaspar con un lanzamiento de falta en el que Cillessen evitó el gol. A los 53 minutos, un centro desde la zurda de Álvaro Salinas hizo enrojecer a la defensa de Luis Enrique al completo. Mainz sorprendió en el segundo palo rematando con el pecho y adelantando a su equipo. 

La alegría duró poco en las gradas del Rico Pérez. Aleñá tuvo la culpa. El de Mataró, en un arrebato lleno de calidad y rabia, agarró un balón a 30 metros de la meta local y, con un zurdazo impresionante, la puso en la base del palo para empatar el partido. Digne pudo hacer, a los 61 minutos, el segundo del Barcelona con un disparo desde la esquina del área que rechazó Buigues. 

El gol de Aleñá hizo reaccionar a los blaugrana y dejó algo tocado al Hércules, que empezó a sufrir cerca de su área. Un centro de Aleix Vidal desde la derecha estuvo a punto de rematarlo Paco Alcácer antes de que la defensa rechazase a córner. A partir de ahí, carrusel de cambios en ambos equipos, dos por cada bando. Arda Turan remató de forma defectuosa un centro desde la derecha a los 72 minutos. Probó también desde lejos André Gomes. 

El Barcelona buscaba el segundo gol para dejar sentenciada la eliminatoria, pero el Hércules no lanzaba la toalla y seguía creyendo en el milagro pese a la ofensiva del equipo entrenado por Luis Enrique. André Gomes lo intentó con un remate de cabeza a las manos del meta alicantino. La mejor la tuvo Marc Cardona nada más entrar por Aleñá, pero su disparo dentro del área lo rechazo a córner Buigues. Luego aún tuvo otro remate de cabeza. Cardona aprovechó a la perfección los minutos que le dio el técnico asturiano.

Tevenet ordenó subir sus líneas en los últimos diez minutos con el objetivo de sorprender al Barcelona. El empate, aunque meritorio, era un resultado que beneficiaba demasiado a los blaugrana y muy pocos a los alicantinos. Cillessen inquietó con una salida que hizo temblar a Luis Enrique en el banquillo tras un centro desde la izquierda. El Hércules no se rendía en una muestra enorme de orgullo, pero el paso de los minutos acabó por pasar factura al equipo local, que se vio obligado a firmar el empate.