No alcanzó ni con un enorme Messi

Messi quiso sí o sí la pelota y se la llevó: presión y zapatazo para hacer el 1-1

Messi quiso sí o sí la pelota y se la llevó: presión y zapatazo para hacer el 1-1 / Movistar

David Salinas

David Salinas

La competitividad de Leo Messi no tiene límites. El crack del FC Barcelona, se sabe, quiere jugar y ganar siempre. Ayer, en la semifinal de la Supercopa de España contra el Atlético (2-3), en un torneo que domina prácticamente todos los registros, quedó demostrado una vez más ese arrojo y acometividad del capitán azulgrana.

Messi, tras el 0-1, tocado en su orgullo, tiró de su exclusivo repertorio para dar la vuelta a una situación que no casaba con la realidad. Y gracias a su talento y sus galones, el Barça resucitó. Pero se quedó sin final por las irrebatibles decisiones del VAR y las contras del Atlético, una de sus grandes especialidades.

Tanto para nada...

Messi fue de menos a más. En el primer tiempo destacó más por el juego asociativo y por romper líneas que en el remate. De hecho, solo en una ocasión, minuto 22, creó peligro real con un disparo que Oblak sacó con las piernas. En la segunda parte, que empezó con el gol de Koke en el primer minuto, fue clave en la reacción azulgrana. Convirtió el 1-1 cinco minutos después del 0-1 y lo hizo con la derecha. Fue su gol 619 (en 707 partidos) y el 14 en la Supercopa de España. Poco después, en el 54, envió un zurdazo por encima del travesaño rojiblanco.

En el minuto 60 le anularon el 1-2 por tocar el balón con la parte superior del brazo izquierdo. Y cinco minutos después, desde fuera del área, remató ligeramente alto. Acto seguido filtró un pase a Suárez que olía a gol del uruguayo. El portero del Atlético salvó a su equipo.

Y en el minuto 74, en el lanzamiento de una falta, habilitó magistralmente a Arturo Vidal, que cruzó para que Piqué volviera a llevar el balón al fondo de la red sobre la línea, pero el VAR otra vez invalidó el tanto por arrancar el chileno en fuera de juego. Un fuera de juego milimétrico.

Luego llegaron los dos goles del Atlético y en las urgencias del Barça Messi volvió a generar el mayor peligro con conducciones imposibles y muy forzadas. El mejor Messi no alcanzó para doblegar al Atlético. Y el crack se fue dolido y... ‘abrazado’ por un incontrolado. Solo le faltaba eso.