Albert Bosch: "El principio del juego del Barça es el mismo: atacar"

Albert Bosch, un catalán en el Frencvaros

Albert Bosch, un catalán en el Frencvaros / sport

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Albert Bosch es un técnico catalán que, a sus 33 años, ejerce como mano derecha de Serhiy Rebrov en el Ferencvaros. Ambos se conocieron en Ucrania, país al que Bosch llegó tras finalizar su etapa en el fútbol base del Espanyol. “El entrenador español, en especial el catalán, está muy bien considerado en el extranjero”, asegura. Por eso decidió buscarse la vida lejos de casa.

¿Cómo llegó a Hungría?

Estuve en el fútbol base del Espanyol y me fui en 2013 al extranjero. Al fútbol base del Dnipro, donde estuve dos años antes de juntarme con el míster (Serhiy Rebrov) en el Dinamo Kiev. Allí estuve dos temporadas, casi tres. Él estaba en el primer equipo y me dio el encargado de controlar el fútbol base y entrenar al equipo Sub-17.

¿Aquí no vio futuro?

Bueno, lo que sí es verdad es que el entrenador de aquí está muy bien considerado en el extranjero y está muy bien preparado. Además, los éxitos de Barça y Madrid, como de la selección española en la Eurocopa y el Mundial nos ayudó a tener más oportunidades.

Son ya siete años lejos de casa.

Sí, una cosa lleva a la otra. En los dos años y medio en el Dnipro tuve la oportunidad de conocer bien el fútbol ucraniano, a sus jóvenes talentos de la selección ucraniana. También hablo ruso y eso me facilitó las cosas. Mi mujer es ucraniana y cada día lo hablo en casa.

¿No le seduce regresar a España?

Todo se ha ido dando así. Ahora estoy bien, he vivido experiencias muy bonitas, gracias al míster. El año pasado jugamos la Europa League, he ganado títulos a nivel profesional, ahora jugamos la Champions y de momento no me planteo nada. Nunca se sabe, todo se verá. Todo llega en su momento. No es tanto planificar. De hecho, no me planteaba salir al extranjero, pero salió. He hecho más carrera fuera.  Después del Dinamo me fui a Rusia como entrenador asistente, al Terek Grozni, que ahora se llama Ajmat Grozni, de la Premier League rusa. Estuve una temporada allí, fue mi primera experiencia como profesional en un primer equipo.

Y de allí al Ferencvaros.

Sí, esta es mi tercera temporada. Es un club con un proyecto muy estable, el presidente nos apoya mucho porque tiene la paciencia necesaria para hacer un equipo, tiempo para construir un proyecto, que es lo más difícil en el fútbol. Todo el mundo quiere resultados inmediatos.

De hecho, los tuvieron. Campeones el primer año, Europa League el segundo y la Champions el tercero.

Hemos ido mejorando. Con el míster hemos hecho un equipo a nuestro gusto, tal y como nosotros queremos jugar, pero sí, los resultados llegaron pronto y eso ha ayudado. Pero lo importante es que crean en ti y continuar trabajando. El primer año ganamos la Liga y había ganas de Champions, pero se veía muy lejos porque el coeficiente de la liga húngara obliga a pasar cuatro rondas, pero aquí estamos.

Ganaron al Celtic en Glasgow.

Somos el único equipo que ha llegado a la fase final empezando desde la primera ronda. El club está muy contento e ilusionado por jugar con equipos como el Barça, la Juventus, el Dinamo Kiev, todos equipos históricos. Hay muchas ganas de enfrentarse a estos equipos y ver si somos capaces de competir contra ellos. Lógicamente es un premio, pero jugamos sin ningún tipo de presión, aunque tenemos una responsabilidad y queremos dar la mejor imagen posible y que todo el país y el club estén orgullosos de nuestra participación.

El Ferencvaros es el club más importante de Hungría.

Es el equipo con más historia y tradición, con más afición, que siempre está en todos lados, también fuera de casa. Siempre vienen con muchos autobuses. El primer partido lo jugaremos en nuestro campo, el Groupamma Arena, pero ante Barça y Juventus lo haremos en el Puskas Arena, donde se jugó la Supercopa de Europa entre Bayern y Sevilla. Caben más de 60.000 espectadores, así que podrán venir unos 18 o 20.000 aficionados.

¿Ve al Barça distinto este año?

En el Barça juegue quien juegue hay mucho nivel. Estamos analizando los tres partidos de LaLiga y veremos el último antes del nuestro. Hay algunos jugadores nuevos, más jóvenes, han cambiado  de estructura, con un 4-2-3-1, pero el principio de juego es el mismo, atacar.

En Barcelona hay mucho debate sobre ello...

En el fútbol los sistemas son dinámicos y adaptables. Es un debate más de periodistas, que valoran más en función del sistema, pero al final lo que miramos es la regularidad del juego, lo que más repiten, qué hacen en según qué zona, la salida del balón…

¿Habría sido mejor para ustedes que Messi hubiera cambiado de equipo?

Que Messi se haya quedado es un plus para el Barça, pero a todo el mundo le gusta jugar contra él, lo prefiero. Además, jugamos contra el Barça, no solo contra él y habrá que intentar defender como un equipo tanto si juega como si no.

Una última pregunta. La relación entre el Barça y Hungría ha sido históricamente muy estrecha. ¿Lo percibe en Budapest?

Sinceramente, no te puedo responder porque vivo un poco aislado, no entiendo el idioma, no tengo relación con aficionados de forma regular. Sí que hay mucha gente en el club, jugadores legendarios, pero solo entiendo algunas palabras y, sobre todo, relacionadas con mi labor como entrenador.